“El equipo de salud no puede solo”, afirma un “soldado” de la primera hora
El voluntariado gira en torno a ayudar a otros. Sin embargo, quienes prestan servicio como voluntario confiesan que una de las personas que más se benefician son ellos mismos. El testimonio de Jeremías Vignola (19), que lleva un año como colaborador del COE.
Por Mauricio
Argenti | LVSJ
A punto de cumplir 20 años, Jeremías Vignola es uno de los 80 voluntarios que día a día llevan a cabo actividades administrativas y en territorio con los equipos de los COE.
Su voluntariado comenzó en el mismo momento en que las autoridades sanitarias ponían en marcha las primeras acciones para intentar frenar el avance de la pandemia, en 2020.
Al principio participó de las tareas que se realizaban en los centros de testeo que el COE había dispuesto en el acceso oeste a San Francisco, en la intersección de las rutas 19 y 158 para luego trasladarse a la base operativa que funcionaba en el Centro Cultural de Mitre y J.J. Paso.
En la primera etapa del aislamiento social, preventivo y obligatorio, Jeremías repartía sus horas de voluntariado entre el llenado de planillas y otras tareas administrativas en este lugar donde se evaluaba el estado sanitario de los choferes de camiones internacionales que pasaban o ingresaban a la ciudad.
Tiempo después fue derivado al centro de testeo que funciona en el Polideportivo de los Hermanos Maristas y luego comenzó a participar de los operativos de vacunación organizados por la Secretaría de Salud Municipal.
Tarea humanitaria
"Un año de esta locura, mañana, tarde y noche, operativos, centros de testeo, planificaciones, guardias de teléfono, asesorar, contener y conocer realidades muy distintas. Gracias a mi familia, a pesar de sus miedos, por bancarme en esto, gracias por estar siempre. ¡A seguir con más fuerzas que nunca que falta menos!", expresó el joven en sus redes sociales.
En charla con LA VOZ DE SAN JUSTO Jeremías se explayó más en el asunto y consideró que el balance de esta experiencia "es muy bueno" porque le permitió "ganar una enseñanza muy grande que, de no ser por la pandemia, no la hubiera adquirido".
Igualmente, rescató el hecho de "haber conocido personas muy valiosas" así como también "conocer otras realidades y diferentes maneras de trabajar".
En ese contexto, el joven se mostró "muy impresionado" por la manera en que trabajan en el Hospital Iturraspe. "El trabajo que llevan a cabo sus directores Valentín (Vicente) y Verónica (Pepino) y su equipo es algo increíble. Están todo el tiempo a disposición, siempre atienden nuestros llamados y están para lo que necesitamos. Eso nos pone muy tranquilos porque sabemos que estamos respaldados en lo que hacemos".
Al momento de explicar las razones por las cuales permaneció como voluntario durante todo un año, Vignola dijo que "sin dudas mucho tiene que ver la voluntad de aportar, aunque sea un granito de arena, en toda esta situación" impulsado también por "el gran equipo que se armó" sabiendo además que "el equipo de salud no puede solo, sino que necesita de la ayuda de muchos que podemos aliviar su trabajo y aportar alternativas".
Vignola aprovechó asimismo para agradecer "el apoyo que siempre me brindó Gisella Dimeola, que es mi coordinadora junto a Brenda Gómez y Agustina Castellino" que conforman un cuarteto de voluntarios formados desde la primera hora y que aún hoy continúan brindando su aporte a la lucha contra la pandemia en la ciudad.
Contener y entender la angustia
El joven comentó que en su tarea diaria nota "cierto hartazgo" entre la gente que va a testearse por el impacto que genera las restricciones.
"Tenemos que estar preparados para brindar contención cuando aparece el miedo" entre aquellas personas que reciben el diagnóstico positivo de Covid -19.
"No es sencillo llevar el diagnóstico positivo a la gente. Hay que entenderlos porque algunos reaccionan bien y otros no. Hemos aprendido a entender cada situación particular y que esa angustia que puedan llegar a sentir no se relaciona con nosotros y para eso tenemos que estar preparados para asistirlos de la mejor manera posible", manifestó Jeremías.
Nunca se contagió
El joven se considera "afortunado" puesto que en todo este tiempo y pese a la cercanía de su tarea con el virus nunca se contagió.
Si bien en septiembre del año pasado tuvo que transitar un período de aislamiento en el Hospital Iturraspe por haber sido contacto estrecho de un positivo de Covid, finalmente pudo comprobar que no se había contagiado.
"En ese momento pude vivir en carne propia el inmenso cariño que brindan en el Hospital a todos los pacientes, mientras junto a mis compañeros voluntarios y mi familia esperábamos el resultado de los primeros estudios. Pasé esos 14 días de una manera muy buena con el apoyo de mucha gente que estaba pendiente", recordó.
Tiempo más tarde, con la llegada de las primeras vacunas recibió su dosis y con ella reconoció que se encuentra "más seguro" para seguir ayudando.
"La vacuna nos da tranquilidad para llevar a cabo la tarea que hacemos a diario. Con una mayor cantidad de testeos diarios y a medida que se incremente la vacunación entre la población va a ir disminuyendo la cantidad de casos", estimó.
"Los jóvenes necesitamos divertirnos, pero este no es el momento para hacerlo".
Por último Jeremías, se dirigió a toda la comunidad a la que le pidió "un poco más de paciencia" con todas las medidas sanitarias y restricciones. "Es necesario que nos cuidemos más, tenemos que pensar en nuestra salud y la de tofos, y para eso se deben evitar los encuentros masivos, hay jóvenes que la están luchando en una cama de Terapia Intensiva por haberse contagiado. Yo tengo 19 años y el viernes voy a cumplir 20. Soy joven, entiendo por lo que pasan los jóvenes, necesitamos divertirnos, pero este no es el momento para hacerlo. Ya vendrá el momento adecuado y ojalá que todos estemos bien para poder disfrutarlo".