El Equipo de Antropología Forense cumple 35 años buscando la verdad detrás de los huesos
Luis Fondebrider, miembro fundador y presidente del Eaaf, hizo un repaso de la labor que hacen en el grupo que fue formado luego de la dictadura militar para recuperar restos de víctimas del terrorismo de Estado.
Con presencia en 50 países del mundo y una prestigiosa trayectoria que lo convierte en un ejemplo a nivel mundial, el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf cumple 35 años combinando el trabajo forense con la cercanía a los familiares de víctimas de violaciones a los derechos humanos, con el objetivo de restituir la identidad y recuperar la historia y la verdad que esconden huesos y restos de personas desaparecidas.
En una entrevista con Télam en la sede que les fue cedida por Abuelas de Plaza de Mayo en dependencias de la ex Esma, Luis Fondebrider -miembro fundador y presidente del Eaaf- hace un repaso de estos 35 años de labor del equipo, que se conformó tras la dictadura militar para recuperar restos de las víctimas del terrorismo de Estado.
Con el correr de los años, el equipo amplió su campo de acción y, en ese marco, recientemente fue actor clave en la identificación de restos de soldados argentinos muertos en la guerra de Malvinas, que habían sido enterrados sin identificar en el cementerio de Darwin. En otros países del mundo viene participando en casos de femicidio, violencia étnica y religiosa.
-Télam: ¿Cuál es el balance de estos 35 años?
-Fondebrider: "Es muy positivo. Nuestra tarea se enmarca en la lucha de la sociedad civil argentina desde que volvió la democracia por la verdad, la justicia, la reparación y la memoria. En nuestro caso, pudimos demostrar que la ciencia tiene un rol importante en la administración de justicia para dar respuestas concretas a los familiares: la posibilidad de devolver la identidad y recuperar la historia de su ser querido para poder cumplir con los rituales de la muerte. Hemos pasado por ocho o nueve gobiernos democráticos, con situaciones diferentes, momentos difíciles, pero siempre nos mantuvimos independientes de todos ellos
-T: ¿Cuál es el rol que cumple hoy el EAAF como colaboradores de la Justicia?
-F: Eran muy pocos los jueces y fiscales que entendían que había otra forma de hacer las cosas. Hoy en día, logramos hacerle entender a la justicia que es importante el enfoque multidisciplinario y nos convocan para casos de desapariciones actuales, por distintos tipos de violencia institucional, femicidios. También a nivel internacional, nuestra participación ha ido 'in crescendo' y estamos en 50 países del mundo investigando casos, no solo de violencia política sino también religiosa y étnica. Uno de nuestros proyectos más grande es el de recuperar migrantes en el eje Centroamérica, México y Estados Unidos.
-T: ¿Cómo se combina el trabajo científico y forense con el rol más humanitario, como es el contacto con los familiares?
-F: -Está todo muy intrincado. Tratamos a cada familiar como especial, sin importar el caso. Hacemos de la ciencia forense un modelo diferente a lo que fue siempre en el país, una caja cerrada donde el familiar no tenía contacto con los forenses, recibía la noticia a través de un tercero y no se le explicaba el proceso. Desde el primer día recibimos al familiar, se atienden sus dudas. Les damos la noticia, explicando las complicaciones de la genética, lo que hace que se sienta más tranquilo y seguro, acompañado ante una noticia terrible, y mitigando la angustia de tantos años.
-T: -¿Cómo fue encarar el proyecto de identificar a los caídos en Malvinas?
-F: -Fue un trabajo muy fuerte emocionalmente, intenso, en un tema que quizá sea el único que nos une a los argentinos. Se demostró que la sociedad civil y el Estado pueden trabajar en forma conjunta. La tarea permitió que en dos años pudiéramos identificar a 112 caídos en nuestro laboratorio de Córdoba. Nos quedan 10 y el trabajo continúa buscando las muestras de esas 10 personas que aún no la aportaron.
-T: ¿Cuáles son los desafíos del Equipo de cara al futuro?
-F: Avanzar en la búsqueda de nuevos desarrollos de tecnología que nos permitan utilizar aplicaciones de otras disciplinas científicas en el trabajo de búsqueda de cuerpos, como geofísica, arquitectura, ingeniería, y explorar nuevas formas de comunicar para que los familiares tengan resultados en forma más transparente. También estamos proponiendo a las autoridades que haya una base de datos unificada a nivel federal para que las búsquedas sean más ágiles y haya mayores identificaciones. Hoy, si desaparece una persona en Chubut y aparece un cuerpo en Tucumán, no hay forma de relacionarlo. Por último, queremos crecer un poco más como equipo, que nos ha quedado un poco chico con las necesidades que tenemos.