El drama de volver a empezar luego de la inundación
La inundación de abril de 2007 provocó que una de las paredes de la casa de la familia Oliva, en barrio San Francisco, se derrumbara. En aquel momento, fueron evacuados y llevados a las instalaciones del Centro de Deportes Municipal (Cedem) donde permanecieron hasta poder regresar a su casa para volver a empezar.
Con la casa destruida y la pérdida de la mayoría de los muebles y pertenencias, los Oliva pudieron salir adelante pero con la posibilidad de escribir su historia en otro barrio.
Diez años después, LA VOZ DE SAN JUSTO buscó a la familia, que contó cómo la vida les dio una nueva oportunidad. "Volvimos a empezar, cuando no teníamos más nada", dijo Gustavo Felipe Oliva, de 42, quien junto a su esposa, Valeria Duarte, de 34, y sus hijos hoy adolescentes (Agustina de 16, Laureano de 13 y Nerea de 10) y la pequeña Morena de 8, viven en barrio Parque.
Sentados en la vereda de la casa que hoy habitan, ojeaban la edición impresa de nuestro diario del domingo 1 de abril de 2007, que hizo de una suerte de mapa de guía para nuestra búsqueda; que incluyó la consulta a muchos vecinos sobre el paradero de "la familia de la foto". "¡Mirá qué épocas!, exclamó Gustavo en voz alta.
"Tenemos recuerdos feos de aquel momento. Fue difícil perderlo todo. Eso no se olvida más", manifestó Valeria, con menos euforia. "Empezamos de nuevo y aquí estamos".
"Fue desesperante ver todo bajo agua"
La vieja casa ubicada en Potosí al 100 hoy guarda recuerdos, fue vendida luego del fallecimiento del papá de Oliva y allí se construirá un complejo de departamentos. "Hoy no queda nada de lo que fue nuestra casa, pero siempre pasamos por ahí y nos acordamos de lo que pasó como si fuera hoy. Quedan pocos de los familiares que vivían por esa zona. La inundación nos había afectado a todos", confió Gustavo.
Luego de perderlo todo, en abril de 2007, la familia quedó sin recursos, pero la ayuda no tardó en llegar. "Primero, recibimos la ayuda de la municipalidad para arreglar la casa, ya que se había dañado gran parte por la inundación. Era una casa vieja, de esas que se hacían como antes, con barro", recordó Gustavo.
"Nos había quedado como un pozo en el hueco donde estaba la pared y mucho no se podía hacer. Se cayó todo", añadió Valeria.
"Recién estábamos arrancando como familia. Vivíamos en una casa familiar, estábamos juntados y con los niños chiquitos. Éramos muy humildes y fue desesperante ver todo bajo agua".
"Pude perderlo todo pero nunca perdí la compañía de mi esposa. Ella siempre estuvo conmigo", rescató Gustavo.
Durante 2007 y gracias al Plan Federal de las 95 viviendas de un sector de barrio Parque -Valeria salió adjudicada con una de ellas-, hoy su casa está en una esquina. "Gracias a Dios tuve la suerte que durante el gobierno del ex intendente Hugo Madonna me hiciera adjudicataria de una de las casas", dijo la mujer.
"La casa que nos dieron tenía dos dormitorios pero poco a poco fuimos ampliando y hoy pude construir una habitación más para mi hija y su pareja, porque la familia se va agrandando", expresó Gustavo.
Luego, Gustavo consiguió trabajo, ese mismo año, ya que hasta el momento de la inundación se dedicaba a hacer changas mientras su esposa estaba abocada a la crianza de los hijos.
"Pude entrar a trabajar en el área de recolección de inertes de la municipalidad de San Francisco y por mi antigüedad, pude quedar efectivo", indicó el padre de familia.
"No podemos decir que el Estado nos dejó abandonados. Cuando necesitamos colchones en aquel momento, nos lo dieron; cuando necesitamos una casa, la tuvimos; y cuando necesité trabajo fijo, lo obtuve. La gente también nos dio mucho, Nunca nos dejaron de lado".
Sobre los miedos de que el agua vuelva a afectarlos, sostuvieron: "Acá no hay problema porque el barrio es alto y el agua se va hacia la laguna de retardo del Parque Cincuentenario".
Por último, Gustavo expresó: "Por televisión vemos lo que le pasa a la gente en la región con el agua, que pierden todo y eso hace que vuelvan a nosotros los recuerdos de hace una década. Lo único que queda es aferrarse a Dios porque Él es quien te da la fuerza para seguir adelante", reflexionaron.