El domingo reabre sus puertas la Capilla San Martín de Porres
Pasaron más de dos años y una pandemia y la ayuda de muchos voluntarios puso otra vez de pie al templo de barrio Dos Hermanos luego de que el temporal de 2018 le volara el techo y causara más destrozos. Vecinos del sector y de otros lugares de la ciudad salieron a su rescate. "Estamos muy ansiosos esperando que llegue el día", aseguraron.
A pocos días de cumplirse 2 años y 9 meses del fuerte temporal que azotó gran parte de nuestra ciudad generando serios daños en distintos inmuebles, la capilla San Martín de Porres de barrio Dos Hermanos finalmente volverá a destinarse para la realización de celebraciones religiosas.
Desde aquel 14 de diciembre de 2018, cuando la llegada de la tormenta a la ciudad destruyó por completo el techo de la capilla junto a gran parte de su infraestructura, la comunidad religiosa puso manos a la obra para su reconstrucción. Pasó el tiempo... y una pandemia.
Esa tarea fue posible gracias al apoyo desinteresado de vecinos y colaboradores quienes, a través de donaciones y actividades benéficas, lograron reunir el dinero necesario para encarar la reconstrucción de los cuantiosos daños.
Lejos quedó entonces ese momento de zozobra en el cual la comunidad religiosa asistía azorada a esa preocupante imagen que dejaba el templo en ruinas.
Además del techo, se perdieron las luminarias, ventiladores, instalación eléctrica y varios bancos resultaron seriamente dañados. El piso también debió ser cambiado en su totalidad.
Tras encarar la reconstrucción, mañana domingo, a las 19, el obispo diocesano monseñor Sergio Buenanueva presidirá la ceremonia de consagración del templo ubicado en Pasaje Haití 236 a partir del cual el lugar quedará nuevamente habilitado para la realización de ceremonias religiosas.
Para que eso fuera posible, un grupo de vecinos se puso al hombro una serie de responsabilidades y tras conformar una comisión pusieron manos a la obra para llevar adelante actividades destinadas a reunir el dinero necesario para su reconstrucción.
Olga Boscarol es la coordinadora de la subcomisión de la capilla y en un alto en sus tareas para dejar impecable el lugar explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO los pormenores de los trabajos que se hicieron.
"Estamos muy ansiosos esperando que llegue el domingo y que se pueda reabrir la capilla para todos los vecinos", expresó para luego indicar que "ya tenemos todos los bancos lustrados, el altar está listo y el lugar está perfecto".
Con techo totalmente
nuevo, la capilla estrenará cielorraso que le brinda un acabado impecable.
La capilla sin
techo. Una de las imágenes que dejó el temporal de 2018. (Archivo)
"Durante todo este tiempo mucha gente trabajó para que esto finalmente sea posible", contó Boscarol quien integra esta subcomisión compuesta además por alrededor de siete personas pero que, según aseguró, "recibimos la colaboración de toda la comunidad".
La tormenta y posterior reconstrucción del techo obligó a la colocación de revestimiento de madera en todas las paredes ya que "la humedad que había no se podía arreglar. Pese a todos estos inconvenientes, el trabajo quedó precioso y la capilla está espectacular".
A esto debe agregarse el reemplazo total de la instalación eléctrica que, como consecuencia del temporal, quedó inutilizada. "Se hizo un trabajo impecable y muy arduo", valorizó Olga.
“Todo lo que se hizo se logró por la colaboración de vecinos y personas desinteresadas que, de manera particular y se acercaron para colaborar”.
Si bien se disculpó por no contar con precisiones respecto del monto de dinero que se destinó para la restauración integral de la capilla, dijo que "fue mucho dinero" el que se necesitó para realizar los trabajos.
En este caso comentó que "fue la gente con donaciones" la que hizo posible el dinero que se utilizó para reparar el lugar.
Una vez que se realice la ceremonia del domingo, la capilla quedará habilitada para la realización de las actividades religiosas. "Todavía no sabemos bien los días en que estará abierta, pero estimamos que seguramente los fines de semana se celebrarán las misas tal como estábamos acostumbrados".
Igualmente, estimó que "seguramente el año próximo" se retomarán las actividades destinadas a recaudar fondos para solventar el funcionamiento de la capilla. "Antes hacíamos dos té con torta al año y un locro. Seguramente el año próximo también vamos a hacerlo".
Emoción y alegría
Al describir lo que sentía en este momento de tanta cercanía con la reapertura de la capilla, Olga explicó que "siento una mezcla de emoción y alegría" ya que "ha sido mucho tiempo de trabajo luego que ese 14 de diciembre vino el temporal. Ese sí que fue un momento de mucha tristeza y desolación".
Con el paso del tiempo todo pasó a ser un mal recuerdo y en su lugar "se puede destacar el trabajo y esfuerzo de mucha gente que siempre nos fueron ayudando. Todo lo que se hizo se logró por la colaboración de vecinos y personas desinteresadas que, de manera particular y se acercaron para colaborar".