El documental de la voz de Inxs: el capítulo que falta, en manos de un sanfrancisqueño
La historia del cantante de Inxs es una revolución en Netflix. Sin embargo, el capítulo por su paso por Buenos Aires en 1994 está ausente ya que la productora no arregló con el dueño de ese material, el sanfrancisqueño Alfredo Moreda.
En la esquina de Vélez Sarsfield e Iturraspe suena un clásico del rock internacional. Si el lugar donde venden reliquias y objetos del pasado invita a un viaje en el tiempo, New Sensation de Inxs es el corolario perfecto para trasladarse a la mística de los ochenta.
Allí, sobre una mesa, Alfredo Moreda atesora una camcorder JVC que está guardada celosamente en su estuche. Esa cámara, 26 años atrás, grabó las imágenes inéditas e íntimas de la visita de la banda australiana a Buenos Aires, cuando se alojó en el hotel Sheraton de la ciudad de Bienes Aires.
Esas imágenes fueron captadas por el propio Alfredo fueron solicitadas por la productora de RichardLowenstein para Mistify, el polémico documental que retrata la vida de Michael Hutchence y su trágica muerte.
Ese material que está Netflix cautiva, emociona, enoja y a la vez enamora. La voz de Never Tear As Apart se reveló en imágenes únicas que hasta la mismísima Kylie Minogue brindó de cuando era su pareja, pero no está la visita de la banda a la Argentina. Esas imágenes solo están en manos de Alfredo y no fueron cedidas para este tributo.
Un tesoro de la música
"Conocía el 80% del contenido del documental. Es muy triste pero necesito verlo varias veces para hilvanar la historia. Michael era el carilindo, el frontman de una banda espectacular. Además, tuvo unas novias. El fue más conocido por su vida, el resto por su música", dijo con lágrimas Alfredo. "A Michael se le debía este tributo, este homenaje. Él sufrió el abandono de los fans", contó.
"Hello, Alfredo"
En abril de 2018, un correo electrónico sorprendió al coleccionista sanfrancisqueño. Estaba redactado en inglés y la remitente, era nada más y nada menos que Lisa Savage, la mano derecha de Lowenstein quien buscaba desesperadamente el metraje de Alfredo en 1994 en el hotel Sheraton de Buenos Aires.
La comunicación fue fluida, intercambiaron emails en un inglés exquisito hasta que llegó el pedido que no tendría un buen final: "Quisiéramos usar cualquier metraje de su video en el Sheraton pero necesitamos los videos originales para obtener la mejor calidad posible. Sería maravilloso si pudiera enviarme una lista de lo que tiene", reza el correo electrónico y ese pedido por parte de la productora del mejor amigo de Michael Hurtchence, era imposible de cumplir. "No iba a darle los originales y justo estaba en pleno armado de mi local. Insistió en muchas oportunidades pero para mí, mi video, es un tesoro".
Ellos no insistieron, tampoco presionaron mucho más a Alfredo. Toda aquella posibilidad quedó en la nada y el documental se hizo igual, publicándose a fines del 2019 en la plataforma Netflix, solo con imágenes de Brasil y el mundo pero nada de Argentina. "No me arrepiento de lo que sucedió. Si quiero, puedo hacer mi propio documental de Michael", afirmó el fanático.
Un video, una foto y una lapicera
"Lo que más atesoro es la firma de Michael con esta lapicera. Imaginate si voy a enviar mis videos originales a Australia", mostró Alfredo a lo lejos mientras recordó cómo fue la secuencia para llegar a la voz de la banda australiana.
Fue en 1994, cuando el fanático sanfrancisqueño tenía 22 años. "Primero los vi en Córdoba. Ahí tomé algunas imágenes en el hotel pero a los pocos días se presentaban en el Estadio Vélez Sarsfield de Buenos Aires y planeé todo para alojarnos en el Sheraton".
La estadía en el hotel de Inxs era una sorpresa para Rodrigo, el sobrino de Alfredo. Los fanáticos se apostaron al frente de los cuatro ascensores en el hotel más lujoso de la ciudad capital. Alfredo recordó que llevaba una riñonera llena de lapiceras, papel, cámara JVC en una mano y la foto de Michael en la otra. "Era un verdadero cazador de autógrafos esperando ver a la banda de su vida", relató Alfredo.
"Primero vimos a Kirk Pengilly (guitarra y saxo) y Garry Gary Beers (bajo). Les hablé en inglés `tarzanesco´, les pedí una foto y un autógrafo", contó Alfredo. Pero faltaba Michael, uno de los más deseados.
En tanto, en una de las tantas guardias, pasó lo tan esperado. Bajaron Michael Hutchence con su camisa blanca como registra la foto, John Farris y unas chicas. "Nos metimos rápido al ascensor y los grabé pero no querían aunque seguí filmando como podía".
Michael bajó en el piso 14, luego que otro huésped le preguntara porqué lo seguían y él le dijo que era cantante. La persecución dio sus frutos a medias: Alfredo obtuvo el autógrafo pero la foto apenas se divisa. No hay pose pero si un recuerdo imborrable.
Al otro día, nuevamente a caza autógrafos. ¿El lugar? La pileta del Sheraton.
"Lo vimos a Michael que se acercó a la mesa con los otros músicos y me miró haciéndome la seña de `Basta´ pero yo seguí filmando. Él se dio cuenta, se ofuscó y se acercó Chris Murphy -manager de la banda- a pedirme que no lo siga haciendo
La foto con Michael, la lapicera y la cámara JVC que fueron clave del encuentro del fanático sanfrancisqueño y los australianos
Una vida de Inxs
La pasión por la banda australiana nació en Alfredo cuando tenía 13 años y sus hermanas le acercaban los primeros temas. Pero el primero, que inauguró la pasión, fue "The Original Sin", del disco The Swing de 1983.
"Me gustó esa canción pero no sabía quiénes eran esos tipos de campera de cuero que cantaban en inglés"
Para 1987, Inxs lanzaba su disco más valioso; Kick, con canciones como New Sensation, Never Tear As Apart y Devil Inside. "Susana de Disquería Tokoa me grababa las canciones que iban saliendo y yo me subía al Falcon de mi papá a dar vueltas por el centro con mis amigos y a escucharlo. New Sensation me enamoró".
Sin Internet ni redes sociales, Alfredo empezó su locura de investigar quienes eran parte de la banda e inició su colección: su primer material coleccionable fue la versión japonesa del disco Kick.
"La adolescencia, las vivencias en la ciudad de Córdoba con amigos, la libertad y la independencia de aquellos tiempos; todo se vio impulsado por Inxs. Lo disfrutaba de una manera diferente", recordó Alfredo.
"Inxs me entró por la cabeza, por los poros y por el corazón", afirmó Alfredo quien se reconoció casi un acumulador.
"No llevo la cuenta de la cantidad de cosas que tengo, pero a la vista se contabilizan una veintena de casetes, más de 40 libros, cientos de discos de pasta, fotos y remeras", señaló el fans. "Pero lo más preciado es la JVC y el video de Michael", precisó sin dudar.
Un tesoro de la música
"Muchos me criticaron, me dijeron cosas, que era un acosador, de todo. Pero en esos casos, ¿Qué hacés? Yo me la jugué porque era la única vez que iba a estar con mis ídolos", concluyó Alfredo.
Esas imágenes casi robadas a su ídolo hoy se comparten en You Tube, no forman parte del documental de la famosa plataforma de películas y series, pero los originales quedaron al resguardo de Alfredo al igual que tantos tesoros que fue coleccionando a través de tantos años.