El día que una ordenanza dijo “abajo el socialismo de las calles”
León Toltói, Henry George, Jean Jaurès son nombres que ya no existen en los nomencladores porque una decisión municipal en 1937 los borró del plano de la ciudad.
Por Ivana Acosta | LVSJ
Esta es la historia de una persona que corre por pleno Bv. 25 de Mayo gritando e interiorizando a la gente de algo extraño, pero no se trata del presente, es algo que pasó hace 84 años y que quedó perdido en algún archivo.
- "¡Les digo que borraron a los intelectuales socialistas, se los digo!", iba gritando apesadumbrado.
- "¡Pobre hombre!" - dijo alguna mujer espantada que no entendía bien de qué venía la cosa.
- "¡No es ficción, en algún archivo municipal deben estar los papeles!" - insistía el señor.
La gente shockeada dejó de darle importancia a lo que gritaba y el hombre se fue repitiendo cada vez más bajo como apagándose su relato.
- "¿Por qué no creen lo que les digo? Borraron a los intelectuales socialistas, se los digo".
Apenado por las circunstancias decidió sellar su información, hasta ahora que 84 años después las coincidencias hicieron que salga a la luz la historia, aunque en rigor de verdad los hechos pasarían desapercibidos si no se ataran cabos a partir de la lectura del Libro de las calles (escrito por José Alberto Navarro) donde están las pistas.
A pesar de lo hilarante, la historia era cierta. Por obra del destino apareció un dato que hilado con otros y algunas fechas cerraron el círculo, de verdad los pensadores socialistas alguna vez estuvieron en la ciudad y fueron borrados de las calles. Alguna vez Tolstói y Henry George fueron arterias de San Francisco y un día fueron reemplazadas para pasar a llamarse Ingenieros y Almirante Brown respectivamente.
En virtud de esta empresa que apareció ante nuestros ojos por obra del destino, buscamos el calendario más amarillento y señalamos el día lunes 22 de noviembre de 1937. Fue a partir de allí que juntamos las partes del pasado para reconstruirlas en el presente.
Ese lunes del '37 sesionó el Concejo Deliberante de la ciudad. Entre los temas del día se aprobó por medio de la ordenanza N° 618 el cambio de nombre de diferentes calles y en esa nómina aparecían las socialistas.
Adieu Jean Jaurès
El 6 de febrero de 1924 se denominó como Jean Jaurès a una arteria del este de la ciudad, en homenaje al político socialista de origen francés que incidió en el pensamiento de esta corriente en aquel país y otros de Europa.
Jaurès fue un marxista heterodoxo que rechazó la dictadura del proletariado como forma de toma del poder y se definía como conciliador y pregonaba que el hombre de izquierda debía involucrarse como revolucionario en pos de la república y no a través de la violencia.
La calle permaneció con su nombre hasta el 22 de noviembre de 1937 que el Concejo la renombró como Jacques Antoine Marie de Linierts Et Bremond, conocido en la actualidad por el nomenclador que dice Liniers. De esta forma se recuerda a un hombre que luchó por el país cuando todavía no era tal y repelió como tantos otros las invasiones inglesas.
Su destino fue trágico, ya consagrado como conde estaba en Córdoba cuando estalló la revolución de Mayo en 1810 y trabajó con los españoles para formar el ejército realista lo que le costó ser capturado y fusilado.
Liniers reemplazó a Jean Jaurès en los nomencladores.
A Tolstoi lo borraron
León Tolstoi escritor ruso y representante de la novela realista junto con Fiódor Dostoievski tenía su calle en San Francisco, o al menos la tuvo entre el 6 de febrero de 1924 hasta ese día de 1937.
Los libros que lo catapultaron al éxito fueron Guerra y Paz y Ana Karenina, pero también viajó por diferentes países de Europa y puso en práctica sus ideas pedagógicas al abrir una escuela para pobres y fundar un diario sobre temas de este tipo.
Desde el '37 a la actualidad la calle pasó a llamarse José Ingenieros en homenaje al médico, escritor, criminólogo y sociólogo que creció leyendo libros socialistas. En su activismo político también fue secretario del Centro Socialista Universitario y del Partido Socialista Argentino, además con Leopoldo Lugones dirigieron y fundaron el periódico de esta orientación La Montaña.
Su nombre es Henry, Henry George
Entre las fechas de 1924 y 1937 ya nombradas también existieron vecinos que vivían sobre calle Henry George, un pensador de Estados Unidos que fue marinero, escritor, minero y tipógrafo.
Interesado por la economía investigó acerca de las condiciones económicas en Estados Unidos durante el proceso de colonización, pero se hizo conocido por ser exponente del "Georgismo" fijando la doctrina de la denuncia de los monopolios y la desigualdad económica extrema.
En su libro "Progreso y miseria" denunció estas prácticas que llevaban adelante los propietarios de la tierra empobreciendo a otras personas desclasadas. Sus ideas se difundieron en su propio país, Reino Unido, Noruega, Rusia y China, por ejemplo.
Ya no quedan nomencladores con su nombre, fueron reemplazados por los de Almirante Brown o mejor dicho Guillermo Brown que fue un héroe naval de la época independentista del país y que vivió 80 años, 43 de los cuales los pasó luchando por nuestra nación.
Almirante Brown le ganó la pulseada a Henry George
El último bastión
Quien se mantiene firme dentro de la vanguardia socialista en nuestras calles es Juan B. Justo un eximio médico que en Europa tomó contacto con estas ideas que cambiaron su visión del mundo, de esta forma se transformó en un precursor de las ideas de izquierda en Argentina y fundador del Partido Socialista posteriormente.
En los hospitales pasando el tiempo con sus pacientes víctimas de situaciones absolutamente evitables se encontró pensando que debía construirse una alternativa que evitara el sufrimiento y la degradación humana y la respuesta la encontró en la ascendencia del movimiento obrero. Era la forma de ganarle al pillaje y la plutocracia, como le contó a sus amigos en diferentes misivas.
Las exclamaciones de ese hombre bien podrían haber sido una leyenda urbana peculiar y digna de San Francisco, en realidad no pasó, pero eso no quita que en 1937 una ordenanza borró a los intelectuales socialistas de las calles.