El desafío de la nutrición segura en personas con discapacidad
Alimentarse es una actividad básica de la vida diaria, pero puede ser un desafío en las personas con discapacidad. Alteraciones en el sistema nervioso central, disfunción de la deglución -la capacidad de tragar- o la imposibilidad de comunicar hambre, saciedad o preferencias, puede llevar a que la persona sufra de una mala nutrición, poniendo en peligro su salud.
La alimentación requiere
maduración y desarrollo de estructuras que permiten tragar, acto que
realizamos involuntariamente y que en muchos casos se ve afectado e
impide que el alimento llegue adecuadamente al sistema digestivo
disminuyendo la absorción de nutrientes. La deglución es la
encargada de permitir la hidratación y nutrición adecuada de la
persona.
Cuando se presentan problemas en la deglución se produce pérdida de la capacidad para alimentarse y mantener un nivel óptimo de nutrientes e hidratación. También existe el peligro de que ocurra paso de alimento al sistema respiratorio.
El trabajo en equipo interdisciplinario es necesario para abordar a estos pacientes. En Neuro "Rehabilitación y Educación" ubicado en Dante Alighieri esquina Yrigoyen de nuestra ciudad, integran el equipo la licenciada en Nutrición, Andrea de los Ríos (MP-2674) y las licenciadas en fonoaudiología Virginia Delgado (MP-8456) y María Cecilia Sileoni (MP-7731).
Las profesionales explicaron a LA VOZ DE SAN JUSTO cual es la importancia de la alimentación en las personas con discapacidad y de qué manera se realiza el tratamiento según las necesidades de cada uno.
Advirtieron que cuando se producen problemas en la alimentación-deglución, "es importante prestar más cuidado ya que la comida, habla de autoestima, habla de la capacidad de cuidarse y de cuidar, de la posibilidad de darse y de dar placer, de una apuesta por la salud personal y por la salud de quienes nos rodean y nos necesitan para que este acto ocurra".
La licenciada en nutrición especializada, en este caso Andrea de los Ríos, es la que interviene garantizando una alimentación segura, identificando riesgos nutricionales, implementando métodos de alimentación alternativos y todo lo que sea necesario para permitir generar autonomía y mejorar la calidad de vida. "Es necesario realizar seguimiento en pacientes con estas dificultades, ya que es habitual que presenten una inadecuada evaluación nutricional, reflejándose en su mayoría en bajo peso, fallo de crecimiento, deficiencia de micronutrientes, etc.", afirmó.
Agregó que muchas veces en las personas con discapacidad "se puntualiza que el paciente avance en su tratamiento sin tener en cuenta el estado nutricional del mismo. Se hace rehabilitación y todo tipo de actividades que algunas veces se ven limitadas por la falta de nutrientes, sin tener en cuenta sus adaptaciones alimentarias, necesidad y requerimientos nutricionales".
De los Ríos, -formada por la licenciada en Nutrición Andrea Yunes, diplomada en discapacidad (MP-1389), en el posgrado en intervención terapéutica interdisciplinaria en alimentación y nutrición en niños y adultos con trastornos del desarrollo y discapacidad- recordó que un estado nutricional adecuado "mejora la salud, la calidad de vida, hay progresos en el desarrollo, permitiendo una adecuada cicatrización de las heridas, hay menos complicaciones, menos frecuencia de internaciones o inasistencias a escuelas o a rehabilitación, mejora el desarrollo neurológico y estimula un buen crecimiento".
Las licenciadas Andrea De los Ríos, Virginia Delgado y María Cecilia Sileoni
Qué es la disfagia
La deglución es el acto de tragar, permite el paso del alimento de la boca al estómago. Si se produce una alteración en la deglución por diversas causas, se puede llegar a desencadenar la disfagia. En estos casos interviene la licenciada en fonoaudiología identificando los posibles síntomas de esta patologías los cuales son: tos o ahogo durante o posterior a ingesta de alimentos, cambio de voz luego de la deglución, disfonía, disminución de fuerza faríngea, regurgitación nasal, babeo excesivo, entre otros.
La licenciada Virginia Delgado explicó que la disfagia se llega a diagnosticar mediante una evaluación fonoaudiológica y estudios específicos como videofluoroscopia, videofibroscopia deglutoria y tránsito esofágico. "Una vez diagnosticada esta patología es indispensable el tratamiento con la licenciada en fonoaudiología, para lograr una mejora en la calidad de vida. Durante y posterior al tratamiento de la disfagia se puede modificar o variar la alimentación del paciente, ya sea su consistencias, sabor, textura entre otras", dijo.
El peligro de la aspiración
Una complicación de disfagia puede ser la aspiración, que se produce cuando los alimentos o líquidos pasan a la tráquea y a los pulmones. Al respecto la fonaudióloga María Cecilia Sileoni explicó que la aspiración de alimentos y líquidos "puede causar neumonía u otros trastornos pulmonares graves. Los niños con disfagia generalmente tienen problemas para comer lo suficiente, lo cual provoca una nutrición inadecuada y la incapacidad de aumentar de peso o crecer correctamente".
Los síntomas que experimentan los niños con disfagia pueden ser: ingesta lenta, intentos repetidos de tragar el mismo bocado, dificultad para coordinar la succión con la respiración, arcadas durante la alimentación, salivación, tos o ahogamiento al comer o beber, infecciones respiratorias frecuentes, salida de los alimentos por la nariz durante o después de la alimentación, pérdida de peso.
"La discapacidad se manifiesta de manera variable en las personas, lo cual hace compleja la tarea de unificación de criterios en lo que respecta a la atención en salud y específicamente a la alimentación".
No hay una alimentación general para todos
Las profesionales aseguraron que es difícil recomendar alimentación general ya que cada paciente tiene objetivos de trabajos distintos. "No se pueden globalizar necesidades únicas, porque cada uno de ellos necesita que su alimentación sea considerada exclusiva, se tiene en cuenta el tiempo, la forma, la ubicación, la textura, consistencia, etc, haciendo de este tratamiento un tratamiento único e irrepetible. Son una población de alto riesgo nutricional que requiere una alimentación de calidad y en algunos casos cuidados especiales".
"La discapacidad se manifiesta de manera variable en las personas, lo cual hace compleja la tarea de unificación de criterios en lo que respecta a la atención en salud y específicamente a la alimentación", añadieron.
Resaltaron que el trabajo en equipo interdisciplinario es necesario, pero se hace indispensable la tarea cooperativa entre la nutricionista y la fonoaudióloga. "La tarea de alimentación y nutrición es principalmente de la nutricionista, la cual realiza seguimiento, adaptaciones de alimentos y capacitación a las personas que estén al cuidado de los pacientes, trabajando cooperativamente con la licenciada en fonoaudiología que evalúa la respiración, la voz, realiza trabajo postural, maniobras deglutorias y asesoramiento a familiares; permitiendo entre ambas disciplinas explotar al máximo las capacidades de los pacientes contribuyendo a mejorar la calidad de vida", finalizaron.