El bien no hace ruido

La Asociación Civil Amigos del Bien celebró recientemente sus 45 años de trabajo basado en la caridad y la solidaridad como un acto de justicia.
La Asociación Civil Amigos del Bien celebró recientemente sus 45 años de trabajo. Lo hizo con un almuerzo solidario en el que volvió a expresarse la raíz solidaria de una entidad que nació tímidamente allá por 1978 y que se convirtió en una referencia ineludible a la hora de hablar de ayuda social en San Francisco y también en la región.
Como sucede con muchas de las grandes iniciativas humanas, Amigos del Bien -nunca mejor puesto ese nombre- nació por la necesidad que tuvieron dos vecinos de la ciudad para ayudar a un amigo que se hallaba en la indigencia. Así, Benigno Marín y Demetrio Álvarez se abocaron a prestar la ayuda imprescindible. Este gesto fue motivo suficiente para que la acción se extendiera a un mayor número de personas, colaborando en los posibles con los más necesitados.
Es el ejemplo más cabal de cómo la solidaridad es un valor social de alcance universal. Que tiene en la empatía y el amor al prójimo a sus fuentes impulsoras. Que reconoce la dignidad de todas las personas y que permite afirmar que una sociedad que practica la solidaridad es, sin dudas, espejo de la verdadera humanidad.
Desde que comenzó su tarea en 1978, Amigos del Bien fue creciendo y actualmente brinda gran variedad de servicios como ortopedia, farmacia, ropero comunitario, talleres de la memoria y manejo de celulares para adultos mayores. Al mismo tiempo realiza eventos y campañas solidarias para ayudar a las personas de escasos recursos. Los sanfrancisqueños conocemos su tarea. Que, por cierto, merece unánime reconocimiento.
Una tarea silenciosa. Que no conoce de grandes manifestaciones públicas. Pero que calma y alienta. Calma penurias y dificultades. Alienta a perseverar y a avanzar hacia la solución de un problema. Porque lo que hace Amigos del Bien va mucho más allá de la entrega de una donación o un préstamo. Se basa en los principios más humanos centrales. En los valores que deberían siempre regir la convivencia.
La institución tiene como patrono a San Vicente de Paul. Este sacerdote francés, que vivió entre los siglos XV y XVI, dedicó su vida a trabajar en favor de los sectores más pobres de la sociedad de su tiempo. Fundó la congregación que hoy se conoce como Vicentinos y también la denominada Hijas de la Caridad. Durante la llamada sublevación de la Fronda, en la que el pueblo francés se rebeló contra la crisis económica generada por la Guerra de los Treinta Años, dedicó todos sus esfuerzos a mejorar la vida de los sectores más postergados.
Su labor caritativa fue notable y una de sus sentencias más conocidas dice que "el ruido no hace bien y el bien no hace ruido". Con la convicción de que la caridad y la solidaridad son, además, un acto de justicia, aquella frase del santo a Paul se transforma en un hermoso lema para graficar lo que hace Amigos del Bien.