El arte ataca: intervenciones kamikazes para pensar
Una chala con el colectivo Kamikaze. Un charla para entender cual es la importancia de que el arte esté en la calle, al alcance de todos.
Por Manuel Ruiz
En la costanera se queman libros para rememorar las quemas de libros durante el golpe de estado de 1976. Se acerca el 12 de octubre y el Rey de España, un flaco con la careta del Rey de España pasea por la ciudad y luego se toma el colectivo. Hay un montón de siluetas de mujeres muertas dibujadas en la explanada de la Plaza Cívica mientras la gente se aúna para marchar por el femicidio de María Lanzetti. Los carteles colgados en los canteros de Libertador Norte que unen la Plaza Vélez Sarsfield y la Cívica acompañan las proclamas de los que marchan en la marcha de la gorra. Unos diez, quizás más, corpiños decoran uno de los postes de electricidad del Centro Cívico en el Día Internacional de la Mujer.
¿Qué es eso? Eso es, o son, intervenciones artísticas que desde hace un año están a cargo del Colectivo Kamikaze, un grupo de estudiantes de la Escuela Superior de Bellas Artes de muestra ciudad que decidió salir a la calle con el arte en la piel y con una misión: romper para hacer pensar, sensibilizar para despertar el juicio crítico de la sociedad sanfrancisqueña.
"Lo que buscamos es que genere algo, positivo o negativo, algo. Si genera cumple la función del arte. El arte no tiene que gustar, esta amas allá si es lindo o feo, lo que importa es si te provocó algo"
Camila Ranciglio, Laura Cow, Hernán Coronel, Florencia Arato, María Eugenia Occhi, Santiago Aimar y Leandro Fenoglio, son los miembros del grupo que se conoció hace cuatro años en las aulas del Esba, cuna que los aunó pero de la que debieron irse para correr los limites. No eran emisarios del Esba, eran alumnos con otras inquietudes, otras necesidades. Aún lo son, al menos por un año más.
"Surge como una necesidad, necesitábamos hacerlo, había materias que nos exponían a hacerlo, nos empezó a gustar y porque no. Además había entre nosotros como una identificación superior que era la lucha social y decidimos empezar", narran coralmente. Porque cuando empieza hablando Laura, Florencia completa o lo hace Eugenia, o Santiago y así en cada una de las respuestas.
-¿Por qué salir a la calle? ¿Por qué sacar el arte de la cátedra en su caso, y llevarlo a la calle?
Laura: porque no hay filtro como puede haber en un lugar específico como los es una escuela o un museo. En la calle, el arte está al alcance de todos, y no está dirigido a un solo sector como podría ser alguno de esos lugares cerrados y más específicos. Como artista además, estás expuesto a todos, por lo bueno y lo malo, y salimos sabiendo que se iba a generar esto, nos íbamos a enfrentar a todo. No solo a la gente que estudia y consume arte. En la calle se siente más el tiempo y el espacio, no estás aislado, se interviene mucho más el cotidiano.
¿Cómo surgen las intervenciones?
Florencia: es tirar ideas e ideas y poner algún tipo de filtro, que normalmente es la plata (se ríen). Porque no tenemos nunca un peso y tenemos siempre ideas muy extravagantes pero no llegamos monetariamente a hacerlo, entonces empezamos a ver cómo podemos adaptar la idea a los materiales que tenemos. Siempre tomamos una fecha, Laura es muy de los textos, entonces desde ahí siempre surge algo, ideas que siempre se conciben y sobre el final terminan mutando en otra cosa. Uno de los filtros más importantes es lo que realmente queremos decir porque, por ejemplo, con la intervención de la "Marcha de la Gorra" surgieron muchas ideas y eso se fue desmenuzando hasta llegar al punto. Nosotros damos una representación recortada de la realidad y analizamos las posibles respuestas que va a tener ese mensaje que construye esa parte de la realidad y de ahí también, pensamos el qué hacer. También está eso de que te enfrentás a toda la sociedad, toda la sociedad te está leyendo y eso interviene a la hora de pensar el cómo.
Que hablen
Cuando les pregunto en qué momento deja de importarles lo que piensen los demás de lo que van a ver, al unísono escupen un "todo el tiempo" y eso tiene una justificación tan orgánica e íntima que en parte les sirve a los "Kamikaze" como manifiesto, como manual de instrucciones: lo que digan los demás no importa, mientras digan.
-Su última intervención ha generado muchísimas sensaciones en la gente ¿Pasó también con sus pares? ¿Cómo creen que ven en la escuela lo que hacen? ¿Cómo lo ve el "ambiente" del arte?
Laura: es criticado, que eso no es arte, que no es la forma de llevar el mensaje, que no es el mensaje. Con lo de los corpiños pasó un montón, porque antes de colgarlos en la plaza, a esa intervención la hicimos en Bellas Artes y los arquitectos por ejemplo, saltaron con todo, enfurecidos. Molesta el hecho de que no sea un cuadro, que nos quedemos ahí. Porque también molesta el arte contemporáneo. Quedan de lado los criterios estéticos, aunque los tengamos a la hora de intervenir porque nos focalizamos en irrumpir en una situación cotidiana, plantearla desde otro lado, incomodar, siempre con más hincapié en el mensaje. Esperan otra cosa del arte y cuando ven otra forma de expresión incomoda. La gente está más acostumbrada a consumir un mural con crítica social que unos corpiños colgados en la Plaza Cívica.
"Quedan de lado los criterios estéticos, aunque los tengamos a la hora de intervenir, porque nos focalizamos en irrumpir en una situación cotidiana, plantearla desde otro lado, incomodar, siempre con más hincapié en el mensaje".
Prestarle los ojos al arte
"A nosotros nos sirve que a la gente no le guste, que a la gente le pase algo, sería muy feo que a la gente no le pase nada, porque si pasa algo cuando lo ven quiere decir que la cabeza se posó ahí un rato, que pensaron eso que ven. Cuando leímos los comentarios de la noticia de la intervención no nos dio bronca, lo que buscamos es que genere algo, positivo o negativo, algo. Si genera cumple la función del arte. El arte no tiene que gustar, está más allá si es lindo o feo, lo que importa es si te provocó algo. Y aparte abre dudas en nosotros, si lo que estamos haciendo está bien o estamos mal, y estamos expuestos a eso, a dejar ahí nuestra interpretación de la realidad. Está bueno que genere el diálogo. Es un desafío para el arte en el contexto actual de sobreinformación poder tener un lugar en la discusión cotidiana, Y que nosotros lo hayamos provocado está buenísimo, es importantísimo", explican.
Cuando el arte se hace público, palpablemente público, el arte gana. Su objetivo gana. Ganan también los que se aminan a frenar y a ver. Hay en este grupo de jóvenes artistas locales razones para pensar que son personas que se juegan la vida realizando una acción temeraria, para pensar que son kamikazes. El problema es que no nos pongamos a pensar que lo temerario en lo que los "Kamikaze" se juegan la vida es en hacernos pensar, dudar, criticar, sentirnos incómodos. La comodidad reconforta tanto, que duerme, no invita a construir un poco mejor lo que vivimos.
¿Qué significan los corpiños atados a un poste en el Día de la Mujer? ¿A usted, lector, qué le parece?