Egresados, emprendedores y docentes: una vida junto al Ipet 50
Daniel Gallo y Jorge Folli pasaron gran parte de sus vidas dentro de la Escuela del Trabajo. Allí se formaron y recibieron las herramientas para llevar adelante sus propios talleres. Con la docencia encontraron la manera de devolver todo lo recibido y llevan 37 y 34 años, respectivamente, insertos en ella.
Recorrieron sus pasillos como alumnos y egresaron. La escuela los formó y les brindó herramientas para emprender y hacer realidad el sueño de la empresa propia. Pero eso no fue suficiente, el sentido de pertenencia y la necesidad de devolverle al Ipet N° 50 "Ing. Emilio F. Olmos" todo lo recibido, hizo que Daniel Gallo y Jorge Folli incursionaran en la docencia, en la cual llevan 37 y 34 años, respectivamente.
Ellos son "EFO emprendedores" y forman parte de una larga lista de egresados que se amplía día tras día de la Escuela del Trabajo, que posteriormente lograron levantar y consolidar su propia empresa.
Gallo tiene 59 años y lleva 44 en la escuela, sumando el tiempo como alumno y docente. Por su parte, Folli tiene 57 y 41 trabajando en el Ipet 50. El primero de ellos fundó Hergall Electrónica; el segundo, GPS Taller - Mecánica Folli. Además, a ambos los caracterizó el hecho de contratar como empleados a egresados de la misma.
LA VOZ DE SAN JUSTO dialogó con ambos sobre la iniciativa del colegio donde se educaron y sus historias detrás de años de trabajo y docencia.
"La escuela es como un segundo hogar"
Recorre sus pasillos desde 1972, año en que ingresó al primer año de este establecimiento educativo cuando tenía 13. Fueron cuatro de cursado del ciclo básico, por la mañana y tarde, y tres más para ser técnico, con asistencia nocturna. En 1983, con 22 años, inició su periplo como docente de la escuela. A la par, siempre tuvo su taller.
"La escuela es como un segundo hogar, creo que es más importante que mi taller", sintetizó Gallo.
Daniel Gallo, en su taller
Durante la charla con el diario, recordó sus primeros pasos emprendedores mientras aún cursaba en la escuela. "Yo cuando egresé ya tenía mi pequeño emprendimiento en la casa de mis padres haciendo bobinado. Cuando terminé el secundario fui a trabajar a un taller de bobinados, estuve seis meses, pero yo quería hacer algo mío. Entonces donde había empezado, en mi casa, comencé a bobinar motores y a reparar artefactos".
Así nació, en primera instancia y acompañado por su hermano Omar, Electrónica Gallo. A la par, seguía dando clases en el Ipet 50.
Al tiempo, su hermano emprendió nuevos rumbos en otra empresa de la ciudad y Daniel comenzó a incursionar en la electrónica. "Trabajaba en el taller y daba clases pero a además, a la noche, estudiaba electrónica. Me apasionó", dijo.
En 1991, fundó Hergall Electrónica. "Empezamos haciendo equipos de audio y amplificadores. Trabajaba de mis dos pasiones. Mi familia aportó muchísimo, sobre todo mi mujer Silvia porque estaba muchas horas fuera de casa. Llegué a tener siete empleados a cargo, todos ellos recibidos en la EFO", explicó.
En los primeros años del nuevo milenio, la importación de los equipos de audio ya era muy importante en todo el país y la industria local no podía competir en igualdad de condiciones.
"En ese momento surgió la fábrica de transformadores, la cual permaneció hasta el 2016, donde ganó la pulseada la escuela, mi amor por la docencia. Además, mis hijos tuvieron otros emprendimientos así que vendí la fábrica y me quedé con la docencia y algo que hago en mi taller, no me puedo desligar ni de lo mío ni de todo lo que me dio la escuela".
Y ahora, a falta de seis meses para su jubilación como docente, Gallo indicó: "Yo creo que me va a quedar un bache, un agujero muy grande que llena la docencia. Voy a estar en la escuela, voy a seguir colaborando, es parte de mi vida, lo que pasa es que ya no voy a poder estar en contacto con los chicos en las aulas, ese ida y vuelta que es invalorable. Al que le gusta la docencia, eso no tiene precio".
En contrapartida, Daniel tiene otro motivo de orgullo, para sonreír: su hija Lorena también es docente en el Ipet 50. Es maestra de Biología. "Entró este año. Yo decía, cómo puede ser que dé clases en otras escuelas y no acá. Se dio este año y me emocionó mucho", afirmó.
Consultado por la iniciativa de la escuela, Gallo manifestó: "Es extraordinaria. Permite demostrar lo que es esta escuela para la ciudad y para cada uno de nosotros, los egresados. Ella nos dio las herramientas para poder hacer lo que queríamos" y agregó: "Han surgido muchísimos emprendedores que han formado empresas grandes, medianas y chicas, pero son emprendedores al fin".
"Hace 34 años convivo con los dos trabajos"
El caso de Jorge Folli también es particular. Al cabo del ciclo básico, se recibió de perito en automotores y en 1981, fue egresado de la primera promoción de Técnico Electromecánico.
"Mientras fui haciendo el ciclo básico, yo ya trabajaba fuera de hora o los días sábados en un taller de electricidad automotor. Después seguí el ciclo técnico y ahí ya me empleé en un taller mecánico cerca de mi casa paterna. Los tres años de ciclo técnico, a la par, trabajé y estudié", contó a LA VOZ DE SAN JUSTO.
En 1982 fue convocado a realizar el servicio militar, del cual regresó a la ciudad a mediados de 1983.
El camino por la docencia comenzó a desandarlo en julio de 1984. Y al respecto recordó que "yo me había anotado para dar clases en la EFO y en julio de ese año me llamaron. Ahí fue cuando decidí largarme por mi cuenta, dejé el taller en donde era empleado y abrí el mío. Hoy en día, llevo 34 años como docente y como dueño del taller mecánico". Y entre risas acotó: "Siempre digo que tengo 57 años de vida y 68 de trabajo".
En el Ipet 50, desde 1996, brinda sus clases por la mañana y por la tarde dedica sus horas al su propio taller: GPS Taller - Mecánica Folli.
"El taller lo inicié solo aunque por momentos me ayudó mi padre. Cuando empecé a tomar empleados, siempre fueron egresados de la EFO, incluso algunos pasantes", remarcó.
Y así, hoy en día, como hace ya 13 años, su actual empleado es Leonardo Bernachini, quien fuera su alumno. Además, el papá de Leonardo, Jorge, fue compañero de Folli en la escuela y Jefe de Taller.
Sobre la escuela, dijo: "Fue siempre un gran centro de proyección de alumnos al futuro de la industria y del trabajo universal. Pasan los años y sigue formando gente para el trabajo. Este reconocimiento a los egresados emprendedores, es una gran iniciativa".
Por último, Folli es palabra autorizada para hablar de los grandes cambios acontecidos en estos 34 años en la tecnología, que posteriormente incidieron en los contenidos dictados a los alumnos: "La escuela se tuvo que ir adaptando a las nuevas tecnologías que fueron apareciendo en el mercado automotriz o en la metalmecánica, por ejemplo con los controles numéricos. Nosotros en automotores nos acostumbramos a la inyección electrónica o el uso de escáner para verificar roturas o el mal funcionamiento de las piezas del auto".
Reconocimiento y homenaje
A través de una charla de café entre el director del Ipet 50, Jorge Tomé Seif, y el exprofesor Gustavo Toia, nació una iniciativa que busca reconocer y homenajear a aquellos egresados de la escuela que con el paso del tiempo pudieron forjar sus propias empresas.
Debido a los 84 años de historia del centro educativo, decidieron apelar a la memoria colectiva, que respondió con mucho interés, acercando una larga lista de nombres.
Los mismos serán homenajeados en el hall de ingreso al establecimiento educativo y podría ser a través de un cuadro que contenga nombre y apellido de los "EFO emprendedores".