Disputas por propaganda callejera
El hecho ocurrió en Santa Fe, aunque podría haber ocurrido en cualquier otro lugar del país. Una pelea entre punteros políticos terminó con una persona hospitalizada. Ante ello, es necesario que se arbitren los medios desde los partidos políticos para evitar que este tipo de episodios se vuelva una costumbre.
Ocurrió en la ciudad de Santa Fe. Pero
podría haber sucedido en cualquier población de la Argentina. Una pelea entre
militantes políticos terminó con un comerciante gravemente herido internado en
el Hospital Cullen. El hecho ocurrió en una parrilla, cuando su propietario,
Horacio Borda, de 52 años, intentó separar una pelea entre dos sujetos, fue
empujado y golpeó su cabeza contra un portón. La disputa era entre
punteros políticos de dos de las principales agrupaciones que compiten en las
elecciones Paso que se desarrollarán en la vecina provincia.
Testigos dijeron que la pelea fue entre activistas políticos, porque uno les cortaba los pasacalles que otro colgaba en la zona. El que supuestamente bajaba los carteles estaba comiendo en la parrilla, cuando llegó en una camioneta utilitaria el otro puntero y comenzó la pelea. En ese contexto, Horacio Borda intentó separarlos y poner fin al conflicto, fue empujado y golpeó su cabeza contra un portón. Se encuentra actualmente internado en estado crítico.
La grave situación derivada de esta mala costumbre de no acordar procedimientos para la propaganda electoral callejera, obligó al Concejo Deliberante de la capital de la vecina provincia a discutir un par de proyectos en los que se repudiaban las agresiones y se pedían precisiones sobre la investigación del suceso. Pero la sesión del cuerpo legislativo tuvo los mismos condimentos agresivos. Si bien no se llegó a las manos, se escucharon las voces altisonantes y observaron los intentos de despegarse de las acciones de algunos militantes de determinadas fuerzas políticas, lo cual refleja la inmadurez cívica incluso de quienes afirman representar a sus vecinos.
En un año en el que el desmadre del calendario electoral prácticamente no deja resquicios para la tranquilidad, el frenesí de las distintas fuerzas políticas llega a niveles irracionales. No solo en el discurso. La disputa por la utilización del espacio público alcanza proporciones preocupantes. Lo ocurrido en Santa Fe es un ejemplo tangible. Y, ante ello, se impone que la dirigencia de los partidos que compiten en las distintas elecciones demuestre algo de madurez y de sensatez, a la vez que bajen línea a sus cuadros militantes para evitar la violencia.
Sin embargo, este deseo es prácticamente utópico. Las peleas por ganar muros u otros elementos del paisaje urbano y colocar allí su propaganda son más frecuentes de lo que se supone. Las roturas de los carteles del adversario político y las acciones nocturnas en las que se tapan con publicidad política propia son frecuentes. Por lo que en cualquier momento pueden suceder episodios tan lamentables como el de Santa Fe, en el que un comerciante ajeno a la "grieta" terminó herido de consideración.
La racionalidad del ser humano presupone la existencia de la lógica, no solo de las emociones. Giovanni Sartori afirma que esta característica del hombre "es una potencialidad y, asimismo, un tener que ser, difícil de lograr y fácil de perder". La pelea en Santa Fe demuestra que es así. Y exige que se arbitren los medios desde los partidos políticos para evitar que este tipo de episodios se vuelva una costumbre.