Día del bibliotecario: “Leer en papel es diferente a leer en web”
Analía Bottero es bibliotecaria desde hace casi 20 años. Contó su rol dentro de la Biblioteca Popular y analizó el avance de la tecnología y su impacto sobre el papel.
El olor a libro es intenso en la Biblioteca Popular de nuestra ciudad. Atraviesa cada espacio del salón donde los libros son multitud. Los hay de todos los autores, géneros, viejos y nuevos. Pero todo eso no está ahí por el solo hecho de estar. Sino que alguien se encarga día a día de acomodarlos, de entregarlos a los lectores ávidos de lectura que van en su búsqueda, de arreglarlos si hace falta y de cambiar aquellos en alguna oportunidad fueron lectura obligada y que hoy le ceden sus espacios a los ejemplares más actuales.
Toda esta tarea, entre otras, la hacen los bibliotecarios, quienes hoy, 13 de septiembre celebran su día. Son casi las 11.30 del miércoles y Analía Bottero trabaja en ese universo plagado de hojas y con ese aroma penetrante que provocan.
"Hoy, después de tantos años en mi puesto de trabajo no solo hago lo que hace una bibliotecaria, que muchos se preguntaran qué es, y la realidad es que nos encargamos de comprar libros en ferias locales y de Buenos Aires, acomodamos archivos, preparamos el lugar para inspecciones, nos encargamos de asociar a las personas, ver qué libros se "descartan" y cuáles se necesitan y con los que ya no usamos hacemos ferias y recaudamos fondos. Eso es parte de nuestro trabajo como bibliotecaria", asegura quien hace 19 años se desempeña en esta profesión.
El día 13 de septiembre fue establecido como "Día del bibliotecario" por el Congreso de Bibliotecarios reunidos en Santiago del Estero en el año 1942 y fue instituido a nivel nacional en 1954, mediante sanción del Decreto 17.650, en homenaje a los bibliotecarios de todo el país.
Resistir a la tecnología
Es cierto que los avances tecnológicos dejan algunos mercados en "jaque", y el de los libros no es la excepción.
"Leer en papel es diferente a leer en web, pero la verdad es que la facilidad que brindan estos nuevos soportes han hecho del libro una antigüedad, ya que se vuelve más fácil y económico acceder al mismo vía internet", analizó Bottero.
Además, la experta en libros reconoció que incluso muchos libros se transformaron en "series de Netflix" y que el rato libre de las personas "frecuentemente es más utilizado para mirar series que para leer".
La celebración
Este 13 de septiembre, además, se corresponde con la edición de la "Gaceta de Buenos Aires" del año 1810, en la que apareció un artículo titulado Educación, escrito por Mariano Moreno, en el que informaba sobre la creación por la Junta de Mayo de la Biblioteca Pública de Buenos Aires, hoy Biblioteca Nacional y de los nombramientos del Dr. Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, quienes fueron los primeros bibliotecarios oficiales de la nueva era de la Independencia de la República.
Esta fecha tiene un gran valor histórico y cultural porque la Biblioteca Nacional fue creada a inspiración de Moreno, secretario de la Primera Junta de Gobierno de la Revolución de Mayo.
En uno de los tantos ensayos del prestigioso filósofo y pensador español, José Ortega y Gasset, se encuentra la siguiente expresión "A mi juicio la misión del bibliotecario habrá de ser, no como hasta aquí, la simple administración de la cosa libro, sino el ajuste, la mise au point de la función vital que es el libro."
Y Marcel Prevost dijo: "El Hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma."
El oficio del bibliotecario se encuentra indisolublemente unido al origen del libro como producto cultural que contiene el registro gráfico del conocimiento y como medio de comunicación a largo plazo. En el primer caso encontramos al bibliotecario como guardián de libros y, en el segundo, como su organizador, proveedor y facilitador, por consiguiente, como profundo conocedor de sus contenidos, dando como resultado dos extremos entre los que oscila el oficio: inquisidor y erudito.
Estos profesionales se han preparado durante años para apoyar la formación de nuestros jóvenes en las aulas, para colaborar en el desarrollo científico del país, al interior de los centros de investigación, o construyendo una Argentina más grande.