Despenalizar el aborto "no es una cuestión religiosa sino social"
El pastor Gerardo Ferace de la Iglesia Cristiana Evangélica Nueva Vida dialogó con LA VOZ DE SAN JUSTO acerca de la posible despenalización del aborto en forma voluntaria en el país.
Gerardo Ferace es pastor de la Iglesia Cristiana Evangélica Nueva Vida pero para debatir sobre la posible despenalización del aborto voluntario dejó de lado su cosmovisión cristiana de los hechos para expresar que lo importante en este debate es que "el Estado asuma su verdadero rol de garantizar los derechos humanos, entre ellos el de la vida de las personas nacidas y por nacer. Desde su lugar considera que los gobernantes históricamente tampoco implementaron "políticas de salud de inclusión y educación sexual" de forma "efectiva".
Ferace recibe amablemente a este diario en medio de un clima amigable y conciliador, justamente esa es la postura del pastor que deja de lado sus valores cristianos para abocarse al análisis de políticas estatales.
"La realidad nos pone el tema sobre la mesa, creo que trasciende a lo religioso, más allá de que nosotros tengamos nuestra visión hay que abordarlo desde nuestro lugar de ciudadanos a los cuales nos preocupa el rol del Estado", expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO.
Con esa premisa por delante, Ferace resume su postura frente a una posible despenalización del aborto y advierte que no se trata de poner a ciudadanos contra ciudadanos, tampoco de estar en contra de quienes se pronuncian a favor: "Me parece que está bien que haya disensos y pluralidad. Acá el tema que se debe discutir es qué rol juega el Estado, que está llamado a garantizar la protección de los derechos humanos".
Garantía absoluta
El pastor, que también debatió sobre el matrimonio igualitario como referente del sector cristiano evangélico en el Poder Legislativo, centra su posición en otro eje anexo que son los derechos de los ciudadanos. "Cuando hablamos de derechos humanos se trata de garantizarlos a todos los argentinos nacidos y por nacer. Tenemos que pensar que nosotros estuvimos alguna vez en esa condición y nuestros derechos no fueron conculcados porque la constitución protege nuestra vida intrauterina. Por eso lo que planteamos como base es la importancia de que el Estado proteja este derecho supremo que es el de la vida", explica pormenorizadamente.
Ferace también es consciente de los argumentos y posiciones proabortistas acerca de la libertad de la mujer de elegir qué hacer con su cuerpo, sin embargo acota: "Ése es un derecho relativo porque termina cuando empieza la de otro. El de la vida es absoluto porque todos los demás derechos son subsidiarios a él, no los tendríamos si se quita el derecho a la vida, es un valor primario".
Rol del Estado
El entrevistado en su análisis parte de considerar al niño en el seno materno como sujeto de derechos que debe ser protegido por el Estado. "Cuando un médico está ante una mujer embarazada son dos pacientes y se arroga la prohibición de ciertas cosas porque vela por el desarrollo de la vida del paciente que lleva en el vientre, se asume que son dos", subrayó.
Ferace se diferencia de otros movimientos que consideran que permitir el aborto no es una política de salud, debido a que "entran dos personas vivas a un hospital y sale una". También citó el caso español que pasó por estas mismas instancias tiempo atrás: "En España se empezó discutiendo esto y hoy hay muchos más abortos e incluso llegó a ser selectivo porque no solo aborta quien vive marginado sino que, por ejemplo, ya casi no nacen niños con Síndrome de Down porque con los análisis previos los padres eligen abortarlo".
Sufrimiento
El referente de Nueva Vida también se refirió a los procedimientos y los efectos que tiene en cualquier embrión al ser "eliminado".
"Sea con pinzas o con pastillas el niño que está en el vientre es sometido a una tortura para ser expulsado y no podemos decir que hacemos así defensa de los derechos humanos. Cuando la droga llega al líquido amniótico hace sufrir al bebé. Por eso pedimos que el Estado garantice los derechos de los nacidos y por nacer, que lleve a cabo políticas de salud al respecto porque no se pueden seguir produciendo muertes innecesarias", enfatizó.
Por último Ferace realizó una aclaración que suele tomarse a confusión, "nuestro problema no es contra las personas que tienen un pensamiento diferente, sino que no discutimos el rol que debe asumir el Estado y estamos ante esta situación porque venimos de años de malas políticas de educación e inclusión".
En su parecer no se ha podido contrarrestar lo que define como una "nefasta política de educación sexual y donde tampoco hay políticas de Estado serias".
Sentaron posición
Las iglesias evangélicas de Argentina instaron a los legisladores a votar contra la despenalización del aborto, ya que consideraron que es una práctica que quebranta el mandato universal "No Matarás".
El pedido fue formulado por la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera), que representa a miles de congregaciones en el país, al manifestar su defensa del "derecho a la vida, como derecho fundamental y superior a todos los demás".