Desde hace 23 años, el AGM cuenta la historia del carnaval en la ciudad
Jugar con agua, los pomos, las murgas, las máscaras y todos los condimentos de una costumbre que fue mutando con los años y que tuvo su época esplendorosa en San Francisco y la región.
Hace 23 años, el 1 de marzo de 1996, nacía el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y la Región (AGM). Todo comenzó con la iniciativa del actual presidente de la Fundación, el periodista Arturo Bienedell, quien entusiasmó a un grupo de compañeros de LA VOZ DE SAN JUSTO para iniciar una aventura que con el paso del tiempo terminaría consolidando esta importante institución, refugio de la cultura y la historia, en su sede de avenida de la Universidad 271
Y entre esos "tesoros" del pasado, hoy en plena celebración, el AGM guarda registros, todos esos relatos e hitos del carnaval en San Francisco contados a través de objetos y del inmenso acervo de imágenes. Eso que no se hacía el resto del año, se hacía en carnaval: desde disfrazarse hasta tirarse agua entre los vecinos del barrio.
Los clubes eran escenario de la fiesta popular
Se trata de un festejo, una tradición heredada, que trajeron hasta aquí los primeros pobladores, entusiasmados por la tradición europea, especialmente aquellos provenientes de Italia que no dudaron en continuar con estos festejos que tomaban inspiración en el carnaval de Venecia.
Los festejos eran de día y de todos
Durante los primeros tiempos, y por la falta de iluminación, los festejos en San Francisco se hacían de día. Allí no faltaban los juegos de agua, los bailes y sobre todas las cosas, mucho colorido.
Bienedell explicó que en el pasado, el carnaval "se celebraba mucho más que ahora" y participaba "toda la comunidad, desde las clases más adineradas a las populares".
Los primeros corsos de los que se tengan registro ocurrieron hace más de 100 años y el escenario era el bulevar 25 de Mayo. "Allí todo ocurría en calles de tierra donde el principal atractivo era el juego con agua y los bailes. En esas celebraciones, las personas de nivel económico más acomodado se concentraban en lo que era el Cine y Teatro Colón y en el Cine Plaza donde desarmaban las butacas y el espacio se convertía en una pista de baile.
Mientras tanto, el resto de los vecinos "participaba en un festejo más popular que se hacía en la calle donde había carrozas y palcos que eran alquilados por vecinos con algún poder adquisitivo y desde allí veía pasar las carrozas y los disfrazados por el bulevar".
El entrevistado recordó luego que los testimonios de los primeros carnavales de San Francisco "mostraban a las mujeres luciendo vestidos de época, evocando a la gente de la nobleza, mostrándose como las niñas de la sociedad. En todos los casos estas jóvenes tenían más de 15 años y eran presentadas ante la comunidad con el objetivo de que vayan conociendo gente con quienes luego terminaban formando parejas".
"El carnaval siempre fue una cuestión muy social", sobre todo en los primeros tiempos de San Francisco porque "la gente venía de la región a pasar un momento de diversión que era muy esperado en el año".
Los clubes y las murgas, protagonistas de la fiesta
Un detalle especial vinculado con el carnaval ocurrió en el año 1953 cuando en San Francisco, al igual que en todo el país, no se realizaron los festejos de carnaval. El motivo estaba vinculado con que "se mantenía el duelo por la muerte de Eva Perón, ocurrida en 1952", comentó Bienedell quien agregó también que en la misma época "por falta de energía eléctrica suficiente se suspendieron los festejos de carnaval".
Con el paso de los años, la tradición de carnaval fue tomada por clubes como El Tala, Asociación El Ceibo y Alumni que organizaban festejos con motivo del carnaval, mientras que más cercano en el tiempo tomaron protagonismo las murgas que continúan hasta las actualidad aportaron todo el colorido y el ritmo de esta tradicional fiesta.
Preservar la historia, objetivo cumplido
El edificio propio del AGM fue inaugurado en 2011 y desde entonces nunca dejó de estar en obra, acompañando el desafío de constante crecimiento.
Cuenta con una superficie de mil metros cuadrados en dos plantas. Guarda documentos, fotografías y elementos que cuentan la historia de la ciudad y la región.
El gran salto que dio la entidad con el edificio propio fue posible a partir de la donación del terreno donde se construyeron sus instalaciones, que en 2004 hizo la familia Delfabro.
Cuatro años más tarde, en 2008, se comenzaron a construir los cimientos gracias al aporte solidario de empresas y familias de San Francisco que vieron desde el inicio el potencial que tenía esta institución.
El Archivo Gráfico y Museo Histórico de San
Francisco y la Región, en avenida de la Universidad 271
Con motivo de la celebración del Bicentenario, en 2010, la entidad recibió un apoyo decidido de parte del entonces intendente Martín Llaryora quien interesó al gobierno provincial en la ayuda necesaria y desde allí se pudo contar con los fondos que faltaban para construir las actuales instalaciones.
Ampliar la sede
Durante casi todo el año, esta institución recibe la visita de numerosas delegaciones escolares e instituciones por su aporte a la educación y la historia, interesadas en rescatar sus raíces.
Actualmente, la entidad se encuentra en franco avance a partir de una obra de ampliación de su superficie que ha sido posible, según señaló Bienedell, "gracias al apoyo de la comunidad que se manifiesta a través del aporte de empresas que donan materiales. Igualmente siempre acompañó el gobierno municipal, particularmente desde 2008 en adelante y también el gobierno de la provincia de Córdoba".
Precisamente, en el último tiempo una ayuda directa del gobernador Juan Schiaretti posibilitó al AGM avanzar notoriamente con la ampliación del edificio.
El AGM tiene un rincón que repasa los
distintos oficios
Luego de haber recibido una importante donación de una institución local que los proveyó de los cerámicos, ahora el objetivo pasa por conseguir las aberturas para cerrar la construcción.
Con todo esto en marcha Bienedell estimó que "para mitad de año" seguramente podrán terminar con esta ampliación "muy importante en superficie ya que son dos plantas y en total suman unos 300 metros cuadrados".
En la nueva construcción, la institución contará con un ambiente destinado a salón de exposiciones y en la planta alta se ubicará una parte del archivo de documentación.
"Se suman muchos metros para trabajar y eso nos facilitará las cosas notoriamente y para nosotros es un crecimiento importante", dijo el presidente de la Fundación.
A 23 años de haber comenzado a trabajar para hacer realidad este sueño, "contamos con un proyecto muy consolidado y con perspectivas de seguir creciendo", indicó Bienedell.