Cultura nuestra en la Feria del Libro
El sentido de pertenencia de los jóvenes escritores sanfrancisqueños llegó a la Feria del Libro de Buenos Aires, donde un grupo de ellos formó parte de la embajada cultural en el stand de la provincia de Córdoba.
El escenario de la Feria del Libro de Buenos Aires, una de las muestras más importantes del continente, albergó durante una tarde a una embajada cultural sanfrancisqueña en el stand de la provincia de Córdoba. Jóvenes escritores, integrantes del Ballet Patria y actores de teatro fueron protagonistas de esta velada en la que el público pudo conocer algo sobre la actividad cultural de nuestra ciudad.
Desde hace mucho tiempo es conocido que el bienestar de una comunidad no pasa por obras de infraestructura o por estéticas urbanas solamente. La generación de una identidad propia, del sentido de pertenencia de sus habitantes, incorpora las manifestaciones artísticas como un modo particular de enraizar los valores y los hábitos con expresiones literarias, de la danza o del teatro -entre otras- que sean portadoras de tal patrimonio.
En este marco, merece resaltarse que cinco escritores locales, más los integrantes del Ballet Patria y del Taller Municipal de Teatro hayan tenido importante actividad en la Feria del Libro. Porque no solo se difunde su obra. Se trata también de actuar como una especie de embajadores de una ciudad que siempre ha procurado tener protagonismo cultural en la provincia y en el país a través de diversas manifestaciones, pero que en algunas oportunidades no ha conseguido trascender por deficiencias comunicacionales, políticas o incluso por criterios cerrados con los que a veces se manejan los distintos sectores que intervienen en esta actividad.
La cultura son los recursos que nos permiten dar sentido a la existencia. Consta de manifestaciones, códigos y símbolos compartidos que permiten innovar y recrear. Está basada en valores que mutan a lo largo del tiempo, pero que sirven para cohesionar a una comunidad y a integrarla, al tiempo que le permiten tener una identidad, puesto que el primer gesto es diferenciarse de los principios ajenos. Dice el antropológico español Albert Moncusi en su libro "La activación patrimonial y la identidad": "En la medida en que los miembros de una comunidad local compartan valores y formas de organización, símbolos que los definan y una memoria, tendrán materia prima para fundamentar una identidad compartida. Ésta es un componente importante porque su búsqueda y refuerzo puede contribuir a la cohesión del grupo. No obstante, la identidad va de la mano de la diferencia, por lo que el otro se convierte en un actor clave para subrayar los límites de la propia identidad. La cultura puede contribuir al desarrollo local, hoy, porque puede dotar de contenidos a proyectos con los que una comunidad quiere mostrar quien es a sí misma y a otros".
Por ello, la consolidación de una identidad compartida no puede concretarse evitando el apoyo a las manifestaciones que le imprimen vida. Las artes son el código y el símbolo que recrea una identidad, se rebela ante las prácticas que la desprestigian y profundiza las que sirven para dar cohesión aun en la diferencia. La cultura local estuvo representada en la Feria del Libro de Buenos Aires. Ha sido una muy buena noticia.