Cuidar al Viena: un “mandato” familiar para Héctor
Desde chico escuchaba lo que ocurría en el hotel, en boca de su mamá y su abuelo, quienes vivían al frente. Su pasado se entrelaza con el presente y hoy le toca a él estar al frente de la comisión que resguarda la historia del lugar. Héctor Duarte, junto a este grupo de "locos"- como lo llamaron al principio- transformó estas ruinas en uno de los íconos del turismo en la localidad.
Vanina Panero | LVSJ
Muchas son las historias y las anécdotas que se escuchan del Gran Hotel Viena. Pero esta no es una más sino tal vez la que genera las vivencias más cercanas a lo que fue y sigue siendo un ícono para Miramar de Ansenuza.
"Desde chico escuchaba lo que ocurría dentro del hotel porque mi mamá y mi abuelo siempre lo contaban en casa ya que ellos vivían frente al mismo y trabajan allí ", relata el miramarense Héctor Duarte. Su pasado se entrelaza con el presente y hoy le toca a él estar al frente de la comisión que resguarda la historia del lugar: la Asociación Civil Amigos del Hotel Viena.
En el marco del ciclo Rutas Regionales, LA VOZ DE SAN JUSTO rescata el pasado familiar que vincula hoy a Duarte con una tremenda responsabilidad, que asume junto a un grupo de vecinos desde 2004: resguardar la infraestructura del hotel y su historia como patrimonio de la localidad.
"Una gran parte de mi vida está vinculada a este gran hotel. Es algo que mamé desde muy chico. En casa siempre estaba la conversación de como se hicieron los cimientos, la construcción y hasta el hermetismo que mantenía la familia Pahlke, fundadores del lugar", manifestó Duarte.
"Mi abuelo siempre decía que podía caerse todo el pueblo, pero nunca el hotel y eso fue real, porque durante 20 años le pego el agua y no se cayó", destacó.
"Era una charla a menudo ya que mi madre vivía en frente del hotel junto con mis abuelos y ellos lo vivieron desde adentro. De hecho mi abuelo llegó a trabajar en la parte de usina y mi mamá y mi tía, como modista del personal y hasta de la propia esposa de Pahlke", manifestó.
Duarte cuenta que el hermetismo de los alemanes es parte de la mística del hotel y que era tal al punto que su madre, no podía ingresar a tomarle las medidas a la señora Pahlke tal como lola hacía con otras clientas. "Ella tenía un manequí hecho a su medida, sobre el cual mi madre le confeccionaba las prendas".
Otra de las charlas que lleva grabada en su memoria es la que hace referencia al período de su abuelo como cuidador del hotel, una vez que este se cerró. "Papi lo cuidaba como un león, no nos dejaba entrar ni a nosotros", recuerdo Duarte que le contaba su mamá.
"Mi madre era de una familia muy humilde y anhelaban poder bañarse en esas lujosas bañeras porque quizá nunca más iban a tener la oportunidad", contó.
Resurgir
Según cuenta Duarte, el sentido de pertenencia de su familia con el Viena es tan grande que sus antepasados lograron transmitirlo de generación en generación y lleva años más tarde a resguardar esta historia y mantener en pie un ícono para la población.
"Luego de la destrucción ambiental que sufre el hotel- con la gran inundación- queda como uno más encallado en el agua, con la diferencia de que cuando llegan las implosiones es salvado. Gracias a Dios hubo mucha gente que se opuso y lo pudo salvar", expresó Duarte.
Allí comienza una reconstrucción turística del lugar y la pregunta entre los vecinos era, ¿qué hacemos con el Viena?.
"En 2004, tengo la posibilidad de traer gente que trabajaba en canal América quienes quedan impactados del lugar y deciden hacer un documental, donde inclusive aparece mi madre hablando. Esto fue el puntapié inicial para darle la importancia y renovar en mi vida todo lo que me contaba mi madre de chico", explicó.
"En ese entonces ya había gente trabajando en investigación y haciendo algunas visitas, de la mano de Patricia Zapata", aclaró.
"Así fue como nos juntamos un grupo de vecinos interesados en el lugar y desde el municipio deciden armar una comisión para mantener este espacio de manera cultural, asentar las visitas guiadas que ya se venían haciendo y darle formato de museo. Me eligen como presidente".
"Esto fue creciendo con adepto de los visitantes. Al poco tiempo logramos la personería jurídica y llegamos a que se convierta en un ícono".
"No creo que ningún turista que llegue a Miramar no pase por el hotel Viena", concluyó.
Patricia Zapata:
"Un lugar que no representaba
al pueblo, hoy es
su ícono"
Patricia Zapata, es guía del hotel desde hace 18 años y formar parte del grupo de "Amigos" que conserva este espacio que se convirtió en museo desde el 2001.
"Desde el primer momento el hotel se diferenciaba del resto por sus servicios. Desde que se levantaba era un ícono aunque no representaba a los miramarenses que no pertenecían a ese status social y económico, sólo lo veían de lejos", aseguró.
"Luego de la inundación del 2003 me invitan a trabajar y se forma la asociación civil y se realizan inversiones para poder ampliar esos recorridos. La urgencia fue recuperar testimonios de personas que trabajaron en el hotel, que vivían en la zona; testimonio oral y visual", contó Zapata.
"Cuando se tuvo la posibilidad de reabrirlo y que el municipio lo declare como patrimonio histórico le da pie desde otro lugar reforzando esos 25 metros de cimiento que tiene", destacó.
Zapata asegura que el Viena vuelve a cimentarse desde su patrimonio, historia y cultura. "Un lugar que no representaba al pueblo y que ahora lo representa y eso responde a un trabajo de sensibilización de la población que nace de la nada".
"De las 10 fotos y diez sillas que tenía el museo cuando arranca en 2004, hoy somos uno de los más visitados de la región", rescató Zapata.
En este sentido destacó el trabajo de toda la comisión de Amigos del Viena que asegura Zapata "no se asusta con lo que genera el Hotel". En este sentido remarcó que trasciende las visitas y que es epicentro de ciclos culturales como "las noches del viena" los miércoles de verano, es elegido además como set de filmación de importantes series y figuras del mundo del cine y la TV y que no detiene su proyección a futuro.
"Un desafío más que asumimos es ampliar el hotel generando dos salas de uso cultural para exposiciones", adelantó.
Asimismo reconoció que la futura declaración de Parque Nacional "va a potenciar más el lugar como museo pero debemos seguir protegiéndolo con responsabilidad a la hora de su uso".
"Hay un record anual que se supera año a año y que sin dudas es mérito de sus visitantes", ponderó Zapata.