Cuento del tío: robó plata y un televisor, luego volvió por el control remoto
Una mujer de 78 años fue víctima de una estafadora que mediante el cuento del tío logró apoderarse de 2 mil pesos, productos comestibles y hasta un televisor. Ocurrió este lunes en barrio Cottolengo.
Una jubilada de 78 años fue engañada ayer con el famoso "cuento del tío" en un hecho que tuvo tres momentos y del que nadie se percató pese a haber sucedido en un complejo de departamentos de calle Chubut 1100, barrio Cottolengo, y en horas del mediodía.
Alrededor de las 11.30, una mujer tocó a la puerta de la que iba a ser su víctima, una abuela que en ese momento se encontraba sola. Sorprendida por su ingreso al complejo, presuntamente se encontraba abierta la puerta principal, la estafadora le explicó que venía en nombre de su nieta Judith para hacerle firmar unos papeles.
La abuela (se resguarda el nombre por pedido de su familia) se mostró reticente a poner la firma, sin embargo la mujer insistió hasta que consiguió ingresar al departamento y en pocos minutos lograr su cometido.
Tras retirarse del lugar, contó su nieta a LA VOZ DE SAN JUSTO, la estafadora volvió a los pocos minutos para continuar su objetivo. Esta vez la puerta del frente del complejo no estaba abierta, por lo que debió tocar el portero eléctrico.
Volvió a robar
"Hola..., soy yo nuevamente. Olvidé dejarle el número de mi teléfono para que se lo dé a su nieta y luego me llame por los papeles", le dijo convincente.
La víctima, ya entrada en confianza, volvió a abrirle la puerta de su casa pero esta vez la amabilidad del principio dio paso a la descortesía. "Esto es un asalto", le señaló la visitante, quien luego encerró a la dueña de casa dentro de la habitación. Al mismo tiempo le exigía dinero, de manera insistente, relató Judith a este diario.
Finalmente, la mujer se terminó llevando dos mil pesos, fiambres (chorizo y bondiola) que había en la heladera, paquetes de galletitas que había en una alacena y hasta un televisor. Se presume, que la asaltante habría estado acompañada de otra persona.
"Todo el tiempo le decía que si no hacía caso iban a lastimar a su familia, que era gente muy pensada la que la había enviado a robar; de todos modos no la maltrató físicamente", explicó Judith.
Antes de irse, la delincuente le avisó a la víctima que en media hora podía salir de la pieza y le arrojó la llave por la ventana para luego huir.
Pasado ese lapso de tiempo, la abuela salió y se sentó sobre una silla en la cocina. Angustiada por el engaño sufrido, jamás pensó que la historia iba a tener otro capítulo, ya que la ladrona volvió por el control remoto, lo que terminó obteniendo.
La familia de la víctima radicó en horas de la tarde la denuncia policial en Departamental San Justo.