Creciente inseguridad
hechos delictivos se cometen a diario en cualquier horario y sin discriminación de sectores, por más que se establezcan algunas ideas respecto de determinados lugares en los que pulula la delincuencia.
Fuerte impacto provocó el video que del intento de un asalto tipo "piraña" a un repartidor de helados en un barrio de San Francisco y que se reprodujo en varios medios de comunicación y también en las redes sociales. El hecho motivó los más variados comentarios y colocó a la inseguridad como tema de discusión pública prioritario también en nuestra ciudad.
El impacto que provocan las imágenes ha sido estudiado por investigadores desde que los medios audiovisuales hicieron su irrupción en la primera mitad del siglo pasado. Incluso antes, cuando la fotografía ya provocaba reacciones en los receptores del mensaje. Pero en un mundo dominado por las imágenes se pensaba que la gente podría perder su capacidad de asombro. Sin embargo, lo observado en el video difundido del intento de asalto al repartidor da cuenta de que hechos como éste despiertan respuestas de repudio y reclamo.
Repudio porque ya no se puede circular libremente por las calles de San Francisco en determinados horarios. Y no se trata de algunos barrios. Los hechos delictivos se cometen a diario en cualquier horario y sin discriminación de sectores, por más que se establezcan algunas ideas respecto de determinados lugares en los que pulula la delincuencia. También el rechazo llega a la sensación generalizada de que la acción de los organismos de seguridad y la justicia no alcanza para frenar el fenómeno que, si bien no es propio de nuestra ciudad, está también aquí afectando la convivencia y la libertad de los vecinos.
Se afirmará que la dramática situación social derivada de la cuarentena por la pandemia del coronavirus estaría generando también la aparición de nuevas formas de delincuencia. Sin embargo, no es posible afirmar que esto sea realmente así. Porque imágenes como las que se observan en el video referido líneas arriba dan cuenta de la audacia y la impunidad con la que parecen moverse grupos de jóvenes armados que deambulan libremente por las calles procurando encontrar alguna víctima.
El reclamo es lógico. Se necesitan respuestas urgentes por parte de las autoridades competentes. No solo por este hecho que afortunadamente no llegó a mayores, más allá de la repercusión pública que ha tenido por haber sido filmado. Sí porque se mantiene la idea de queno se persigue a los delincuentes como corresponde y de que la laxitud de las normas establece que los malhechores entren por una puerta y salgan por la otra.
La respuesta local a la inseguridad global que se vive involucra a todos los estamentos de nuestra comunidad, pero fundamentalmente a los entes que tienen la misión de prevenir, reprimir y sancionar el delito. Resulta doloroso comprobar que se suceden a diario los relatos de las peripecias que sufren las víctimas del delito, incluso filmadas casi en vivo y en directo.