Crean material sintético más tolerable para sustituir tejidos blandos dañados
El nuevo material tiene buena tolerabilidad y promueve la vascularización y regeneración de los tejidos. Además conserva su forma sin ser muy denso, lo que supone una ventaja ante los materiales de relleno que se usan actualmente.
Investigadores del hospital universitario estadounidense Johns Hopkins crearon un material sintético para sustituir tejidos blandos dañados -como el adiposo, el muscular o la piel- que genera menos efectos secundarios y reduciría la necesidad de implantes o injertos, informó hoy ese centro de salud.
El nuevo material "tiene buena tolerabilidad y promueve la vascularización y regeneración de los tejidos. Además conserva su forma sin ser muy denso, lo que supone una ventaja ante los materiales de relleno que se usan actualmente", señala la investigación publicada en la revista Science Translational Medicine.
"Como cirujano plástico atiendo diariamente a pacientes que, tras la ablación de tumores, traumatismos u otras enfermedades, tienen perjudicados tejidos blandos como la piel, el tejido adiposo o el muscular", comentó Sashank Reddy, director médico del centro de investigación tecnológica Johns Hopkins Technology Ventures.
El especialista señaló que las alternativas de reconstrucción con las que contamos actualmente se limitan a implantes, que son propensos a fibrosis, y a tejidos autólogos (es decir, cuando la misma persona es donante y receptora), que tienden a cambiar de forma con el tiempo.
"La naturaleza no es partidaria de los espacios vacíos, por lo que los tejidos blandos lesionados tienden a contraerse, deformarse y llenarse de cicatrices. Para repararlos, los médicos trasplantamos tejido graso de otro lugar del cuerpo, técnica que no siempre ofrece los resultados esperados", reconoció Justin Sacks, profesor de cirugía plástica y reparadora de la Universidad Johns Hopkins.
Los investigadores concluyeron que el material debía ser "biocompatible e inocuo", por lo que experimentaron con hidrogel, hecho a base de ácido hialurónico. Sin embargo, el doctor Hai-Quan Mao, catedrático de ingeniería y ciencia de los materiales en la misma universidad, advirtió que el producto "no conservaría su forma y se deformaría muy fácilmente en el organismo".
Los científicos añadieron entonces un tipo de fibra para endurecer el hidrogel, pero debieron restringir la cantidad, ya que un exceso de esa fibra podría generar un material demasiado grueso e imposible de inyectar.
Mediante una reacción química, lograron que las fibras se unieran al hidrogel para formar un compuesto, que "debía asemejarse estructuralmente al tejido adyacente a la zona donde sería inyectado, pero tener la porosidad necesaria para permitir la infiltración de células".
"Tras manipular el compuesto, descubrieron que las células no solo habían penetrado, sino que habían formado redes que parecían vasos sanguíneos, lo que era muy alentador", retomó Reddy.
El equipo espera ensayar este compuesto en el plazo de un año en pacientes con lesiones de tejidos blandos.