Convivencia y trabajo: el desafío del amor de Ivana y Norberto
Ellos son más que una pareja, son compañeros de trabajo. Lejos de los prejuicios de que pasar tanto tiempo juntos puede acabar con una relación, ellos demuestran que también puede fortalecerla y durar el amor. Están al frente de una rotisería de barrio Cottolengo, pero antes, otros trabajos también los unieron al punto de llevar de casados la misma cantidad de años que de "colegas". Ellos encuentran más pros que contras en trabajar juntos y explican por qué.
Compartir trabajo y hogar requiere un esfuerzo extra aun cuando el amor es grande; implica fijar claramente las pautas de convivencia.
Un matrimonio de nuestra ciudad, Ivana Oliva y Norberto Bustamante, es la muestra fiel de que si a la relación de pareja y familia se le suma el compartir un trabajo, esto implica mayores desafíos a la hora de no mezclar "los tantos". Pero ellos, que llevan el mismo tiempo de casados que de "colegas", sortean las dificultades a diario, a fuerza de paciencia, respeto y cariño.
Hoy no celebrarán el Día de los Enamorados. Y no por falta de tiempo para compartir juntos, porque eso les sobra en su rotisería de la esquina de Chubut y Juan de Garay, sino porque para ellos esta fecha "es un día más como tantos otros. Nosotros nos demostramos el amor que nos tenemos día a día. Quizás hoy nuestro regalo sea estar un rato solos tomando un helado y conversando sobre nuestras cosas".
Luna de miel interrumpida, pero valió la pena
Ivana y Norberto trabajan juntos desde el mismo momento en que se casaron, hace 19 años. En todo ese tiempo, además de haber tenido a sus dos hijas, comparten absolutamente todo dirigiendo una rotisería con una alta dosis de tolerancia, respeto y sobre todo, un gran amor que ambos se profesan y que se fortaleció con las dificultades que tuvieron que transitar.
Luego de un tiempo de noviazgo, Norberto e Ivana decidieron iniciar un camino juntos y hace 19 años contrajeron matrimonio. Ya en la luna de miel, en medio del romance, recibieron una propuesta laboral más que interesante que los vinculaba a ambos en el mismo proyecto y no pudieron negarse al punto que debieron interrumpir el viaje de boda para comenzar a trabajar juntos al frente de una cantina de un hotel en nuestra ciudad.
Norberto reconoció que los primeros días donde se mezclaba la convivencia con el trabajo "fueron muy difíciles" puesto que recién se conocían como pareja y a eso debían sumarle el tiempo laboral compartido.
"Para nosotros fue todo un desafío", comentó Ivana y agregó que "estuvimos de novios durante cuatro años y medio pero nunca habíamos convivido. De pronto nos casamos y sin pensarlo empezamos a trabajar juntos, es decir, ¡vernos durante las 24 horas!".
Y Norberto bromeó: "Durante el primer mes de casados, creo que nos separamos como tres veces" aunque con el paso del tiempo recordó con mucha satisfacción que "las cosas se fueron acomodando y pudimos afianzarnos laboralmente y como pareja".
Pese a las casi dos décadas que llevan trabajando juntos, ambos reconocieron que "no pudimos" separar el tiempo laboral del personal. "Es imposible lograrlo" dijo Ivana.
Norberto e Ivana (centro) juntos a sus
hijas, la familia que construyeron con tolerancia y enamoramiento
Se complementan
Ambos lograron establecer un mecanismo en su relación personal y laboral mediante roles y tareas designadas a cada uno, tanto en el hogar como en el trabajo.
"Tratamos de complementarnos. En mi caso en la rotisería estoy a cargo de la cocina y Norberto se encarga del reparto y los mandados. Yo soy muy detallista y él no tanto", señaló la mujer.
Además de trabajar y vivir juntos, sus hijas Agustina, de 14 años, y Micaela, de 16, les demandan el resto del tiempo que puedan tener para acompañarlas en la etapa de la adolescencia.
Al hablar de ellas, a Norberto le brillan los ojos. "Todo lo que construimos es para ellas, son nuestra vida. Lo que hacemos durante el día es para que ellas no tengan que pasar por lo que quizá tuvimos que pasar nosotros. Compartimos mucho con ellas y son muy partícipes de este emprendimiento".
Ivana comentó que "ellas pasan mucho tiempo en nuestro local, quizá para suplir las horas que no podemos compartir en casa. Comúnmente una familia tiene en el domingo al mediodía al momento en el cual se reúnen en torno a una mesa y en nuestro caso, recién almorzamos a las tres de la tarde".
Juntos en la enfermedad
Durante los años que están juntos, ambos debieron transitar por problemas de salud que pudieron ser superados, en gran parte por el apoyo que se tienen entre sí y por el gran amor y contención familiar.
En el caso de Ivana, en un momento pasó por un embarazo ectópico o extrauterino. "En esa oportunidad ella estuvo muy mal, casi se nos va y afortunadamente la hemos salvado", comentó Norberto quien en 2014 también tuvo que sacar muchas fuerzas para poder sobrellevar un linfoma de Hodkin.
"Cuando me diagnosticaron cáncer no podía entender qué me pasaba. Pasé por 16 sesiones de quimioterapia. Fue muy duro".
"Cuando se presentan esos desafíos, la vida se ve de otra manera. Dejás de preocuparte por cosas más superficiales y le empezás a dar valor a aquellas que realmente importan", coincidieron.
Ante una nueva celebración del Día de los Enamorados, Norberto confesó: "Yo vivo siempre enamorado de ella" por lo cual. Este es un día más como tantos otros. Me suena muy cursi regalar algo en estas fechas".
Ivana coincide y reconoce que esta fecha "es muy comercial".
"Nosotros nos demostramos el amor que nos tenemos día a día, eso es lo que marca si hay amor en una pareja. Quizás hoy nuestro regalo sea estar un rato solos tomando un helado y conversando sobre nuestras cosas que es una manera más de demostrarnos nuestro amor", concluyeron.