Convive con el VIH y tuvo covid: Joaquín pide más educación
Joaquín Rodríguez tiene 34 años y desde los 25 convive con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En medio de la pandemia y de cara al 1 de diciembre, Día Mundial de Lucha contra el Sida, contó cómo atravesó la covid-19 e hizo hincapié en la necesidad de la educación para prevenir el VIH.
Por Isabel Fernández|LVSJ
Joaquín Rodríguez tiene 34 años y desde los 25 convive con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH). En este año especial, no solamente siguió adelante con el tratamiento por esta infección, sino que además enfrentó al coronavirus, afortunadamente sin complicaciones.
En medio de la pandemia y de cara al 1 de diciembre, Día Mundial de Lucha contra el Sida, Joaquín -que decidió hace tiempo hacer pública su historia de vida para concientizar- contó cómo atravesó la covid-19 en octubre pasado e hizo hincapié en la necesidad de la educación para prevenir el VIH.
Desde el diagnóstico, hace nueve años, Joaquín cumple con el tratamiento médico, tiene una vida plena y se prepara para seguir compitiendo en ciclismo, el deporte que eligió para cruzar cualquier barrera.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, este sanfrancisqueño radicado en la ciudad de Córdoba, aseguró que atravesó el coronavirus sin ninguna complicación. "Solamente estuve trece días con fiebre pero no sufrí ninguna complicación respiratoria, dolor de cabeza o pérdida de olfato", dijo.
Afirmó que de acuerdo a los análisis que se hizo después del coronavirus tiene "una respuesta inmune bastante fuerte". "Los médicos me dijeron que tengo bastantes anticuerpos y por varios meses estaría cubierto de la reinfección por covid. Eso significa que mi sistema inmunológico trabaja bien, igual o mejor que el de una persona que no tiene la infección", destacó.
Vida normal
La infección de Joaquín está controlada. Con la medicación que existe en la actualidad que es una pastilla al día que reemplaza a los cócteles antirretrovirales de más de 10 comprimidos diarios, sigue haciendo vida normal y aseguró que durante la pandemia no tuvo ningún problema para conseguir la medicación.
"No tuve problemas para conseguir recetas, medicación y para hacerme análisis porque todo me lo cubre mi obra social. Pero sé que hay personas que tuvieron dificultades por ejemplo en el Hospital Rawson que estuvo enfocado en covid no pudieron ir a hacer consultas durante unos meses", afirmó.
Tiene una vida social activa, está en pareja, su novio Eugene vive en Estados Unidos, Nueva York pero la pandemia los mantiene separados físicamente desde hace casi un año. "Si Dios quiere nos vamos a reencontrar a fin de año estamos esperando lo mismo que todo el mundo que haya más apertura", confió esperanzado.
Más educación y autocuidado
En tiempos de la covid-19, el VIH- Sida debe mantenerse en un lugar destacado de la agenda de salud pública mundial porque todavía cobra cientos de miles de vidas cada año, advierten organizaciones de salud.
En ese sentido, Joaquín remarcó la importancia de aplicar de una manera más efectiva la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas y advirtió que hay un relajamiento en el autocuidado, se debe usar más el preservativo y hacerse el test para un diagnóstico temprano.
"Más cruel que la infección es la ignorancia de la gente con respecto a cómo vive una persona con VIH. Hay un relajamiento con respecto a las medidas de autoprotección, considero que la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas es algo muy importante porque va preparando a los chicos no solo para reconocer los abusos, sino también que es el VIH, aprender a usar un preservativo, que es la hepatitis, cómo prevenir un embarazo y muchas cosas más", dijo.
Añadió que la ESI "es resistida por algunos círculos con intereses opuestos y esa resistencia al cambio a que la sociedad evolucione no hace bien, no es buena".
Joaquín remarcó: "La ignorancia mata más que el virus, porque una persona que no se interese, que no se informe, que no se haga nunca un análisis es más peligrosa que otra persona con VIH que es consciente de su situación y hace el tratamiento".
Saber para no tener miedo
Afirmó que es clave que todos se informen para perder el miedo, "porque se le tiene miedo a lo que no se conoce, es importante que se comunique bien. No hay que tener terror porque no somos una bomba infecciosa caminando, pero sí hay que tomar precauciones y cuidarse usando preservativo en las relaciones sexuales. Deberían existir más campañas de difusión con respecto al VIH porque lo que sobra no hace daño".
Hay menos testeos de VIH y este año especialmente por la pandemia. Por eso Joaquín remarcó que aún en esta situación es "importante que se acerquen a realizarse el análisis porque cuanto antes se detecte la infección por VIH, mejor, se puede lograr la condición no detectable lo antes posible y siguiendo el tratamiento se lleva una vida normal".
El ciclismo, una pasión y un desafío
El apoyo es fundamental
En su momento, enterarse que tenía VIH impactó fuertemente en su vida pero gracias al apoyo de su familia, seres queridos y la empresa donde trabaja pudo aceptar y seguir adelante. "No está bueno recibir un diagnóstico así. Pasé por todas las etapas, la negación, la angustia, el enojo y la aceptación", recordó.
"Pero tuve suerte porque todos me apoyaron -destacó -, la empresa Scania donde trabajo me ofreció contención en todo momento, igual que mi familia, mis amigos, mi pareja de ese momento, entonces no la pasé mal, pero hay gente que sí está mal".
Destacó que la empresa donde trabaja "siempre tiene como pilares principales el respeto por el individuo, la tolerancia y recientemente me ofrecieron ser parte de una nueva iniciativa que es el Consejo de Inclusión y Diversidad de Scania a nivel nacional".
Cada vez que se hace pública alguna declaración suya Joaquín siente que está ayudando a otros que pasan por la misma situación. "Recibo muchos mensajes de agradecimiento, siento que les da un empujoncito más para animarse a vivir un poco mejor, a aceptar la vida y que esta infección les tocó como te puede tocar tener diabetes, quedarse ciego o perder una pierna", dijo.
Afirmó que el diagnóstico "es algo que hay que aceptar, no es fácil para nadie, pero hay que hacerlo. A mí me interesa contar siempre mi historia porque si yo pude vivir bien, tener una buena calidad de vida, hay otros que tienen que saber que va a poder hacer lo mismo con su vida".
Recordó que las señales de que algo no estaba bien antes del test positivo fueron muchas, se enfermaba seguido, tenía fiebre, gripe, estaba descompuesto. "Me hice el test porque al chico con quien yo salía le había dado positivo y por ende me dio positivo. No nos cuidamos, yo por ignorante, por esa sensación de invulnerabilidad que se siente en la juventud, eso de decir: 'soy indestructible a mí no me va a pasar nada'´, pero la vida te pega un cachetazo como ese y te acomoda todo de vuelta".
"Mi familia no tuvo problemas en aceptar y apoyarme, pero sé que hay familias que no aceptan a sus hijos, incluso por miedo o ignorancia le ponen cubiertos descartables cuando van a comer y eso es doloroso", se lamentó.
La pasión y el reto del ciclismo
Tras recibir el diagnóstico y empezar el tratamiento Joaquín encontró en el ciclismo amateur una pasión y un desafío.
"Comencé a hacerlo porque me gustó mucho y es un deporte desafiante para uno mismo, encontré como poético con el VIH el hecho de empujar los límites, seguir avanzando cada día más, practicar este deporte desafiante y contar mi historia de vida".
Actualmente no estoy entrenando en la bicicleta porque tengo que esperar un mes del alta para realizar el apto físico, tengo que seguir con controles.