Un insecticida fue la causa de la muerte de 500 colmenas en Porteña
Un insecticida fue la causa de la muerte de 500 colmenas en Porteña
Los análisis del Senasa confirmaron la presencia de Fipronil en las abejas. El Inta también había encontrado en las muestras el mismo producto.
Los análisis del Senasa confirmaron la presencia de Fipronil en las abejas. El Inta también había encontrado en las muestras el mismo producto.
El Senasa finalmente dio a conocer, luego de que se produjera
en septiembre pasado la muerte de 500 colmenas en Porteña, que la misma se
debió a la presencia de un insecticida letal para ellas.
El caso había sido denunciado por un grupo de apicultores que
perdieron alrededor de 500 colmenas. Los análisis, tanto del Inta como del
Senasa, demostraron la presencia de Fipronil, un insecticida de uso agrícola
con presencia en dosis letal para las abejas.
Fueron cuatro los apicultores afectados, con pérdidas que
-según sus evaluaciones- superaron los 2,5 millones de pesos.
"Los hallazgos de Fipronil y su metabólico (fipronil
Sulfona) se constatan con valores que exceden más que significativamente a la
DL50 de contacto de las abejas", precisa el informe entregado por el
Senasa a dos de los apicultores afectados.
Además, se indica que el Fipronil es un compuesto no
utilizado por los apicultores, por lo que debe considerárselo como una sustancia
presente en el medio ambiente donde ellas realizan los vuelos de forrajeo
circundantes al apiario, ocasión en la cual las abejas tomaron contacto con esa
sustancia.
La DL50 brinda información sobre la dosis que provoca la
muerte del 50% de la población expuesta a un determinado compuesto en un período
determinado.
"En base al resultado obtenido es posible considerar
que la magnitud de la dosis de Fipronil a la que las abejas estuvieron
expuestas causó el despoblamiento de las colmenas en forma abrupta y aguda, en
coincidencia con lo manifestado con los productores (sospecha de intoxicación
por plaguicidas) y con lo visualizados en los registros fotográficos y fílmicos
aportados", sostiene el informe del Senasa.
El 2 de octubre, y a partir de un pedido realizados por la
Sociedad Argentina de Apicultores, el Inta evaluó las muestras remitidas por
los apicultores afectados y el resultado de los análisis también fue la
presencia de Fipronil.
El Senasa finalmente dio a conocer, luego de que se produjera
en septiembre pasado la muerte de 500 colmenas en Porteña, que la misma se
debió a la presencia de un insecticida letal para ellas.
El caso había sido denunciado por un grupo de apicultores que
perdieron alrededor de 500 colmenas. Los análisis, tanto del Inta como del
Senasa, demostraron la presencia de Fipronil, un insecticida de uso agrícola
con presencia en dosis letal para las abejas.
Fueron cuatro los apicultores afectados, con pérdidas que
-según sus evaluaciones- superaron los 2,5 millones de pesos.
"Los hallazgos de Fipronil y su metabólico (fipronil
Sulfona) se constatan con valores que exceden más que significativamente a la
DL50 de contacto de las abejas", precisa el informe entregado por el
Senasa a dos de los apicultores afectados.
Además, se indica que el Fipronil es un compuesto no
utilizado por los apicultores, por lo que debe considerárselo como una sustancia
presente en el medio ambiente donde ellas realizan los vuelos de forrajeo
circundantes al apiario, ocasión en la cual las abejas tomaron contacto con esa
sustancia.
La DL50 brinda información sobre la dosis que provoca la
muerte del 50% de la población expuesta a un determinado compuesto en un período
determinado.
"En base al resultado obtenido es posible considerar
que la magnitud de la dosis de Fipronil a la que las abejas estuvieron
expuestas causó el despoblamiento de las colmenas en forma abrupta y aguda, en
coincidencia con lo manifestado con los productores (sospecha de intoxicación
por plaguicidas) y con lo visualizados en los registros fotográficos y fílmicos
aportados", sostiene el informe del Senasa.
El 2 de octubre, y a partir de un pedido realizados por la
Sociedad Argentina de Apicultores, el Inta evaluó las muestras remitidas por
los apicultores afectados y el resultado de los análisis también fue la
presencia de Fipronil.