Con nosotros, sus majestades: los Reyes Magos
Desde hace 21 años, un vecino de nuestra ciudad, Raúl Robledo, se convierte en Baltasar para mantener viva la ilusión de grandes y chicos. Junto a otras personas que se suman a la aventura -que van rotando con las fechas-, cada 6 de enero y en la víspera, él recorre la ciudad despertando sonrisas y entregando obsequios que con mucho esfuerzo acumula durante el año.
Melchor, Gaspar y Baltasar pasan por San
Francisco y LA VOZ DE SAN JUSTO fue partícipe del inicio de su recorrido por la
ciudad, donde ayer no faltaron las miradas, las sonrisas y las selfies con los
Reyes Magos.
"Melchor, anciano de blancos cabellos y larga barba del mismo color; Gaspar, más joven y rubio; y Baltasar, un señor negro", describió algún monje hace muchos siglos atrás. En San Francisco, ellos tienen nombre y apellido, aunque eso no importa ante la ilusión que despiertan en los niños: Valentina Bossio, Omar Aimar y Raúl "el Negro" Robledo. Este último es el alma de todo esto y desde hace 21 años reparte amor y presentes a muchos chicos; cada 6 de enero visita el Hospital, los hogares de ancianos, el Cottolengo y otras instituciones donde los esperan con emoción.
La travesía de regalos y sueños comenzó ayer y despertó muchas sonrisas
Más de 3.000 juguetes son los que repartió entre la tarde de ayer y los que se entregarán hoy, en un recorrido que llevará a nuestros Reyes Magos por distintos sectores de la ciudad.
"Arrancamos a las 19 -de ayer- y vamos por barrio Hernández. Mañana -por hoy- iremos al Pequeño Cottolengo Don Orione, a la Asistencia Pública, al Hogar de Ancianos 'Enrique J. Carrá' y al Hospital J. B. Iturraspe", contaron el itinerario.
Los regalos, dedicadamente seleccionados, son todos nuevos y los que compró Robledo durante todo el año. A ellos, se suman algunos artesanales, como almanaques, anotadores y centros de mesa, todas donaciones de amigos que acompañan el espíritu solidario de este vecino. "Hacemos lo que podemos por una sonrisa de los chicos", aseguró Raúl.
"Hacemos lo que podemos por una sonrisa de los chicos"
Con copia fiel de las túnicas como se usaban en Oriente, con los colores representativos de cada rey mago, Robledo y sus "cómplices" en esta aventura confiesan: "Lo que provoca la sonrisa de los chicos y sus padres te reconforta".
Los vecinos recibieron una visita muy especial
"Hacer esto nos da mucha satisfacción", dijo Valentina quien junto a Omar acompañan desde hace más de una década a Raúl, que sigue la estrella de la felicidad.
"Siempre agradecí por pan y trabajo y cuando lo tuve, porque viví una infancia muy pobre; entonces dije que iba a ayudar a los niños", contó Raúl.
"Solo recibí dos regalos en mi vida y uno fue de los Reyes Magos", agregó.
El negro Baltasar, en la piel de Robledo, es la clara representación de que el amor por el otro y la ilusión de los chicos puede mantenerse gracias a personas como él. "Ante los ojos asombrados de los niños y la serena alegría de los ancianos les decimos: ¡Gracias!", concluyó el hombre.