Con la crisis económica, se revalorizan los oficios
Los elevados precios y las altas tasas de interés generaron un combo que dio pié a que las personas lleven con más frecuencia a arreglar objetos en desuso o rotos, en lugar de comprar nuevos. A los zapatos y la ropa se les sumaron ahora las bicicletas y los celulares.
La crisis económica modifica hábitos. Antes de tirar un teléfono celular porque no funciona bien, hoy muchos sanfrancisqueños lo piensa dos veces. Y si se le rompe la suela de un zapato, quizá prefiera llevarlo a un zapatero para que lo repare porque el calzado no está nada barato.
Y este cambio de hábitos trajo aparejado que algunos viejos oficios comiencen a resurgir. Este es el caso de las modistas, los zapateros, los talleres mecánicos, los técnicos en electrodomésticos y electrónica, entre otros.
Además, los elevados precios y las altas tasas de interés en caso de pretender adquirir algún objeto en cuotas, también atenta contra el bolsillo.
En San Francisco, los "arregladores" reconocen que los pedidos para reparaciones vienen aumentando desde hace un tiempo de manera considerable y coinciden en que cuanto más necesidad tiene la gente, más trabajo ellos tienen.
Ropa y calzado, por necesidad
En las zapaterías y los talleres de costura se observan los signos más importantes de la crisis.
Tanto el zapatero Walter Pérez, como la costurera Marta Palacios remarcaron el crecimiento de la demanda en sus respectivos rubros.
Pérez contó que ante "más necesidad de la gente, más trabajo" tiene el zapatero. "A veces recibo trabajos que realmente no valen la pena, porque no van a poder durar por la condición en la que llegan, pero ante la escasez y necesidad de dinero que hay en algunas personas, optan por el arreglo para respirar un poco hasta comprar un calzado nuevo", sostuvo a modo de descripción del momento actual.
En su comercio además arregla valijas, camperas y mochilas. Justamente, sobre estas últimas el trabajo es incesante. "Mucha gente trajo este año la mochila que sus hijos habían utilizado el año anterior para hacerla arreglar o cambiar el cierre y darle una mayor vida útil", dijo.
A su vez, Palacios relató que "muchas personas están haciendo arreglar su ropa, generalmente la de niños, que se pasa entre hermanos o familias".
También mencionó que "con la crisis se trabaja más" por la imposibilidad que muchas veces tiene una persona para adquirir una prenda nueva y que, en la antesala del invierno, "se arreglan muchos cierres de campera, algo que se repite todos los años". Algunas camperas, para tener una idea, superan los $1500 en los comercios de ropa.
Prefieren arreglar
El rubro electrónico es otro de los que incrementó el volumen de sus trabajos.
En la actualidad, cualquier celular de gama media se ubica por encima de los $7000 y varía enormemente de acuerdo a qué aparato se pretende adquirir. Independientemente del dispositivo que se trate, en todos existe la posibilidad de que se rompa su pantalla.
Justamente en este aspecto, Alejandro Nívoli -de Central Service- contó que la reparación del módulo del celular es una de las mayores solicitudes que tienen en su comercio.
"Se ha incrementado la reparación de celulares. Acá se tiende a hacer reparaciones a diferencia de otros países en los que prefieren hacer un recambio tecnológico de dispositivo inmediato cuando este se rompe", explicó.
También aseguró que "cambiar un módulo del celular no equivale económicamente a un 50 % del valor del equipo pero sí tiene un costo importante". De todas maneras, tras la reparación, el dispositivo sigue funcionando y eso es lo que cuenta porque hay que cuidar el bolsillo.
Nívoli también apuntó otra problemática que emerge de este contexto económico del país, del cual nuestra ciudad no es ajena: "Si bien aumentaron la cantidad de reparaciones, también aumentó la dificultad para pagar" y mencionó que en ocasiones el propietario del aparato lo lleva a arreglar y jamás lo retira.
Otro rubro que también suele trabajar mucho en estas épocas es la bicicletería. Marcelo Pérez, propietario de Rodados Pérez, señaló que "creció mucho la venta de repuestos para las bicis" para la reparación personal.
El aumento de los combustibles es otro factor que hace que muchas personas vuelvan a utilizar estos rodados o que compren alguno para la movilidad diaria.
Pérez reconoció que cayó la venta de bicicletas para realizar deporte pero que, por el contrario, "en los últimos meses comenzó a moverse mucho la venta de bicicletas de damas y playeras. Son el tipo de bicicletas que la gente usa para ir a trabajar, para moverse de un lado para el otro, no para hacer deporte", señaló.
Televisores, sin repuestos
La reparación de televisores, caso contrario, se torna un tanto compleja. La escasez de repuestos hace que muchas veces no se puedan arreglar.
"Después del año de garantía es muy difícil poder conseguir repuestos que son indispensables para algunos arreglos. Generalmente, el fabricante no provee de algunos repuestos", dijo Alberto Nívoli, que lleva más de 40 años en este oficio.
Pese a ello apelan al ingenio: "El faltante nos imposibilita de realizar muchas reparaciones aunque a veces podemos reutilizar partes de televisores que no funcionan pero del cual se puede extraer alguna pieza que sí funcione", dijo.
Por último, detalló que una reparación jamás puede superar la mitad del valor del aparato.
Cuánto salen los arreglos
Zapatos: el cambio de suela de un par de zapatos, con mano de obra, cuesta $700. Otros trabajos menores, se ubican entre los $150 y $350. El cambio de carro de una valija se ubica entre los $1000 y $1200. Cambiar el cierre de una mochila, entre $150 y $180.
Prendas de vestir: colocar parches, entre $50 y $100. Achicar jeans o adaptarlo como chupín, desde $100; cambiar cierre de campera, $220; cambiar cierres de pantalones, desde $50 de mano de obra más cierre, cuyo valor arranca desde los $40.
Bicicletas: un centrado de ruedas cuesta de $150 en adelante; la reparación de frenos, $200; un parche, desde $50. Una cubierta se ubica por encima de los $400, a lo que se debe sumar la mano de obra. Un cambio de cámara, con mano de obra, más de $200.
Celulares: El cambio completo del módulo touch (incluye el cristal), arranca desde los $2000 y varía según el aparato, llegando en casos de tratarse de uno de gama alta a superar los $15.000. El recambio de PIN de carga, se encuentra entre los $389 y los $689, pudiendo incrementarse de acuerdo a la complejidad del despiece del celular.