Cómo ayudar a los más chicos a enfrentar el miedo a una internación
Señores y señoras con delantal blanco que se acercan, inyecciones, remedios, una cama distinta y menos juguetes que en casa. Pasar por una sala de internación resulta traumático para cualquier persona, pero en los niños esta situación se ve agravada por la incapacidad de poder comunicar lo que les ocurre; sus miedos, emociones y preguntas que aparecen en ese proceso.
Médicos, psicólogos, padres y también
payamédicos son una parte importante en el proceso de internación y
pueden ayudar a que sea más llevadero para el niño.
La licenciada en Psicología, Natalia Dimitroff (MP-9146), formadora en Payateatralidad y Payamedicina que trabaja con Payamédicos en San Francisco explicó qué hay que tener en cuenta para ayudar a los más chicos cuando es necesario estar en el sanatorio o el hospital.
"Cuando se sienten mal, los niños buscan normalmente el contacto físico con los padres como algo natural y ya el hecho de sentirse mal físicamente, genera malestar también en el plano emocional. Frente a una internación muchas veces aparece el miedo al delantal blanco, los niños generalmente relacionan a los médicos con las vacunas y saben que los procedimientos pueden ser atemorizantes", aseguró la licenciada Dimitroff.
Recordó que además "son espacios que no conocen, el Hospital suele ser un lugar que no es algo agradable a la vista y entonces los miedos aparecen ante estos extraños que lo observan, lo tocan, lo mueven y por eso tienen miedos sobre qué va a suceder, a veces no entienden qué les está pasando".
El rol de la familia es clave
Dimitroff aseguró que en el proceso de internación del niño "el rol de la familia es muy importante, sobre todo la presencia de la mamá o el papá y esto genera siempre complicaciones porque la internación es un proceso disruptivo en la vida cotidiana de cualquier persona".
"Por lo general las mamás o papás que trabajan, cuando tienen un niño internado se les complica muchísimo para poder acompañarlo todo el tiempo, lo ideal es que siempre esté acompañado por uno de sus padres o algún referente familiar que pueda contener al niño emocionalmente", dijo.
Aseguró que existen "muchos hospitales cuentan con algún servicio de atención psicológica cuando hay algún tipo de patología o diagnóstico complejo y los psicólogos que trabajan dentro de los equipos de salud mental dentro de los centros asistenciales, trabajan con el niño para que pueda comprender lo que le está sucediendo y atravesarlo de una mejor manera".
La tarea de los médicos
En cuanto al rol de los médicos, la licenciada afirmó que es "muy importante y es deseable que tengan un trato agradable con los niños, siempre es mejor cuando los médicos pediatras y especialistas en el tema trabajan con los niños y pueden jugar también ellos, saliendo de la imagen de poder o del miedo".
"Hay médicos que muchas veces hacen juegos o traen elementos que le llaman la atención al niño permitiendo centrar la atención no solo en el procedimiento que deben realizar, sino que también puedan enfocar la mirada en que la persona que los viene a ayudar es alguien que viene a tratar de mejorar la situación de salud pero también es alguien que puede contener, mimar, jugar y de esa forma se convierte en algo mucho más ameno", manifestó.
El juego una herramienta para hacer catarsis
La licenciada Dimitroff explicó que el juego es fundamental para que los chicos puedan entender y asimilar lo que les pasa. "Si son niños pequeños, normalmente las herramienta es el juego pero también mucho es poder ponerle palabras a lo que le está sucediendo, a los procesos dolorosos del cuerpo", afirmó.
Destacó que el juego "es una herramienta muy importante, mediante el juego los niños muchas veces pueden hacer catarsis, pueden de alguna manera simbolizar, el juego siempre es una herramienta que les permite elaborar las situaciones traumatáticas, sea de internación o en la vida cotidiana".
"Siempre sucede que cuando aparece algún procedimiento atemorizante, después los niños juegan y lo hacen sobre algún objeto o muñeco. Recuerdo la anécdota de una nena que su mamá para poder darle una medicación vía oral, como se resistía a tomarla, tenía que inmovilizarla. La nena después jugaba a que hacía eso mismo con una muñeca, simbolizarla y de alguna manera tomar un rol activo en eso", dijo.
Los payamédicos, compañeros de juegos
En ese sentido explicó que los payamédicos "trabajan con los niños aportando la cuota no solo de humor y color que permite en principio llevar fantasía al hospital, a ese espacio donde el niño no tiene tal vez más contacto que con algunos juguetes y los payamédicos están ahí para que el niño juegue".
"Muchas veces los niños internados juegan a que el payamédico tiene que saltar, correr, trepar, inventando realidades mágicas en las que el payamédico toma el rol activo dirigido por el niño que permite la catarsis tanto para niños como para adultos", finalizó.