Carne porcina: crece la producción, pero no alcanza a cubrir la demanda
A pesar del crecimiento de la producción, la Argentina aún enfrenta un déficit de carne porcina. El sector sigue importando cortes porcinos por más de U$S 100 millones al año.
La producción argentina de carne de cerdo registró un sostenido crecimiento en los últimos años pero aún no alcanza a cubrir las necesidades del mercado local, que sigue importando cortes porcinos por más de U$S 100 millones al año, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Un estudio de la BCR sobre este sector productivo recordó que "la balanza comercial porcina resultó fuertemente deficitaria en el 2017", ya que mientras las incipientes exportaciones se aproximaron a U$S 15 millones, las importaciones llegaron a 118 millones, según datos del Indec.
"La cadena porcina ha experimentado un crecimiento importante en los últimos años y tiene grandes posibilidades de aumentar el consumo interno y sustituir importaciones", indicó el trabajo de la entidad rosarina, que remarcó que "el volumen de faena ha venido creciendo en los últimos años a razón del 8%", y por primera vez superó en 2017 una faena de seis millones de cabezas (6.425.216 porcinos).
Este nivel de actividad, según datos del Ministerio de Agroindustria, permitió que el país alcanzará una producción de 566.276 toneladas de carne porcina en 2017, que de todos modos resultó insuficiente para cubrir sus crecientes requerimientos internos.
La demanda total de carne porcina se ubicó
en 2017 en 610.423 toneladas, lo que implica el doble de la que se consumía
diez años atrás, cuando los registros daban cuenta de un consumo de 310.507
toneladas. En este contexto, las importaciones de
cortes de cerdo sin hueso, fundamentalmente desde Brasil y Chile, han sido una
constante en los últimos treinta años, oscilando entre el 5 y el 10% de la
producción local, y el año pasado se ubicaron en 38.405 toneladas. Según los analistas de la BCR, uno de los
objetivos de la cadena porcina debería ser sustituir esta oferta de carne
importada, atendiendo el crecimiento del consumo interno (que el año pasado
superó por primera vez los 14 kilos anuales por habitante) y colocando saldos
en el mercado de exportación. "La actividad cuenta con numerosas
ventajas intrínsecas, como son la disponibilidad de maíz y soja, que conforman
la base de la alimentación y el principal costo de producción, el clima
favorable, la falta de amenazas sanitarias y la escala productiva necesaria que
favorece su desarrollo a nivel regional", indicó el informe. En una década se duplicó el consumo