Carlos Battán, de mozo al emprendimiento propio
En el Día del Trabajador Gastronómico conocemos la historia de Carlos Battán, que después de 16 de trabajar de mozo decidió dejar todo y abrir su propio comedor, su propio camino.
Por Leandro Gottardi
Puede que ser mozo aún no figure dentro de los oficios preferidos por los jóvenes, pero hay que admitir que trabajar en un restaurante se fue haciendo un lugar entre otras profesiones y, junto a ello, el sueño del espacio propio se transformó en el objetivo de muchos.
Carlos Battán, por años, fue mozo y hoy es dueño de su propio local de gastronomía.
Los 16 años en el oficio le allanaron el camino hacia su parrillada propia, "Los 4 Hermanos" Parrillada y Rotisería, que desde hace un año y siete meses abrió sus puertas en bulevar Juan B. Justo, entre Paraguay y Sáenz Peña, junto a su esposa Vanesa, mamá de sus 5 hijos y con quien decidió adentrarse en esta aventura gastronómica.
"Fueron 16 años como mozo. Comencé en La Palma, estuve en Bahía y luego en Cau Cau, donde permanecí 9 años y medio y en donde conocí a mi mujer", manifestó Carlos.
Y continuó: "Gracias a Dios surgió esta oportunidad de alquilar un local y largarnos por cuenta propia. Nos podía ir bien o podíamos durar seis meses y tener que salir a buscar trabajo nuevamente. Por suerte, nos está yendo bien, estamos muy agradecidos. Valió la pena habérsela jugado".
El sueño hecho realidad: la parrillada "Los 4 Hermanos"
Pero tomar la decisión de abandonar el trabajo que tenían junto a su mujer y empezar de cero no fue nada fácil. "Lo pensamos mucho. Ambos estábamos efectivos, teníamos aportes y era una apuesta difícil. Hoy por hoy dejar un trabajo en efectivo después de 10 años no es nada fácil. Lo pensamos mil veces, costó pero nos decidimos", agregó.
Al ser consultado por el cambio de rol, de empleado a dueño de un emprendimiento, resaltó que "fui mozo, fui lavacopas, estuve detrás de la barra pero cuando estás del otro lado, con un negocio propio, te das cuenta que no es nada fácil, que el patrón tenía razón al señalarte tal o cual cosa, era para mejorar".
Por último, Battán explicó que nota cambios importantes en el oficio en los últimos años. "Hoy no es como era 20 años atrás. Actualmente siempre se atiende con una libretita y se anota qué pide el cliente. Otros lugares tienen un sistema de computadoras. Nosotros tenemos el pedido común".
No obstante, "ya prácticamente no existen mozos como antes, que memorizaban pedidos de mesas repletas y no erraban nunca. Hoy si no vas con la libretita es imposible, no se ha ejercitado el tema de la memoria", finalizó.