Cada vez son más los que apuestan a tener su propia huerta agro ecológica
Las motivaciones pueden ser múltiples, ya sea por una cuestión de economía, para cuidar la salud por solo volver a trabajar la tierra, la actividad va en franco crecimiento en nuestra ciudad. Bartolo Di Donato, "el quintero" (foto), brindó consejos para el cultivo en casa.
Con el creciente auge que están tomando los cuidados en la alimentación, son cada vez más las personas que se inclinan por consumir productos naturales y en ese sentido, el cultivo en huertas caseras volvió a ser una alternativa que capta cada vez una mayor cantidad de adherentes.
A principios del siglo XX, cuando la mayoría de las ciudades estaban conformadas por casas bajas construidas sobre grandes superficies de terreno, no faltaban las huertas donde cada grupo familiar sembraba una amplia variedad de hortalizas que luego consumía.
Con el paso del tiempo y el avance de la industrialización, junto al incremento de la población, las huertas fueron perdiendo terreno para dar paso a la "comida rápida" y con ella a una menor calidad en los productos que se consumen.
En los últimos tiempos, de la mano del cuidado de la salud a partir de la creencia de que 'somos lo que comemos' pareció resurgir en nuestra ciudad, esa ancestral costumbre de 'hacer la quinta' en algún rincón de la casa, aunque sea de escasas dimensiones, con tal de poder cultivar vegetales de alto valor nutricional y libres de agroquímicos.
En este caso, la realización de una huerta casera no solo mejora la calidad de vida sino que además permite un importante ahorro de dinero en el grupo familiar.
Graciela Gasparetti, del Inta
Las semillas que entrega el Inta
En cada temporada de siembra de semillas, el Inta San Francisco -con sede en la Sociedad Rural- distribuye unos 1.500 kits del programa Pro Huerta, lo que implica el gran auge que el autocultivo ha generado en nuestra ciudad.
Cada kit cuenta con semillas para sembrar diez especies en cada temporada entre las cuales se cuentan cultivos que son anuales como las hortalizas de hoja como también las de estación.
Actualmente, se distribuyen semillas de especies de la temporada de primavera verano correspondiente a la Región Pampeana Norte Urbana, entre las cuales se cuentan acelga, achicoria, albahaca, lechuga, maíz, pimiento, poroto, rabanito, tomate y zapallito redondo.
Para la temporada otoño invierno, las semillas que contienen el kit son las de acelga, achicoria, albahaca, lechuga, coliflor, repollo, cebolla y puerro.
Hacer la huerta
Esta colección de semillas puede cultivarse en un patio común de hasta diez metros por diez metros o para las denominadas huertas verticales o en maceta.
Cada kit de semillas fue diseñado para que un grupo familias de cuatro a cinco personas pueda tener cubiertas las necesidades alimentarias en materia vegetal en cada estación.
El programa es absolutamente gratuito, es decir, que las semillas y el instructivo correspondiente no tienen costo alguno para los interesados en incursionar en esta práctica, así como tampoco lo tienen las distintas charlas de capacitación que se implementan de manera periódica.
Esta iniciativa es organizada de manera conjunta entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Ministerio de AgroIndustria de la Nación a través del Inta.
Más conciencia alimentaria
La ingeniera agrónoma Graciela Gasparetti, encargada del programa Pro Huerta, aseguró a LA VOZ DE SAN JUSTO que en el último tiempo "se advirtió un cambio de conciencia alimentaria en la población. Hay cada vez más gente que tiene la intención de saber qué es lo que come, más allá de que la cuestión económica y el alto costo que tienen las hortalizas hacen que vengan más a buscar los kits de semillas. De todas maneras, muchos lo hacen interesados por saber qué es lo que comen y si bien en su origen este programa apuntaba a brindar una ayuda a personas con necesidades básicas insatisfechas, en estos momentos la gran mayoría son personas que tienen empleo, otros son jubilados quienes por contar con un espacio disponible en su casa -que no necesariamente es tierra porque cada vez se desarrollan más las huertas verticales-, deciden hacer huerta".
Hoy "hay una revalorización del consumo de alimentos frescos en general, sobre todo por ciertas elecciones alimentarias. Con esto no solo se engloba a los veganos sino también a los vegetarianos en general junto a otras 'tribus' alimentarias que fomentan cada vez más este tipo de alimentos en su dieta diaria dentro de lo cual se destacan las hortalizas nuevas, es decir, cultivos que aparecen en el mercado".
El trabajo en las escuelas
El trabajo en las escuelas ha dado sus resultados en cuanto a la concientización alimentaria en los niños. "Allí trabajamos y les enseñamos a los chicos qué son las hortalizas y para qué sirve comerlas y desde allí empiezan a incorporar más vegetales en su alimentación", se explayó Gasparetti.
"La gente mayor viene por una cuestión nostálgica de querer volver a hacer la huerta como la hacía con sus padres o sus abuelos. En cuanto a las personas de más de 40 años, quieren incursionar en las huerta para modificar sus hábitos alimentarios y los niños y jóvenes, están interesados por lo que vieron en la escuela o porque otro la hizo y les generó la inquietud de imitar esta conducta", agregó.
El programa Pro Huerta fomenta la agricultura agro ecológica y para ello se utilizan variedades botánicas, dejando de lado los híbridos. Sobre esto, Gasparetti dijo que "de la semilla que se usa en un cultivo se pueden volver a obtener nuevas semillas que nos permitirán volver a sembrar por tiempo indefinido. Esto es así a diferencia del cultivo de productos híbridos que sirven para una sola vez. Con esto la idea es que cada participante del programa recoja sus semillas y volverlas a sembrar".
Instructivo para novatos
Pro Huerta no solo apunta a aquellas personas que tengan conocimientos en el cultivo de especies sino que intenta involucrar a todos los que tengan interés, más allá del propio conocimiento. Para ello se elaboró un instructivo denominado 'La huerta agroecológica familiar' a partir de lo cual se brindan valiosos consejos acerca de la manera de armar una huerta agro ecológica, que incluye desde el marcado de los canteros, su preparación, la multiplicación de especies, las etapas de siembra, el trasplante, los diferentes tipos de abono y su utilización, las rotaciones de cultivo y además se brinda información acerca de cómo identificar las plagas que puedan perjudicar a los cultivos.
"Desde la agencia estamos organizando charlas de manera permanente para capacitar a la gente en esta actividad", indicó Gasparetti para luego agregar que "con esto buscamos que todas las personas tengan el mejor aprovechamiento de este programa".
Por último, la entrevistada explicó que "la huerta tiene más de arte que de ciencia. Cada uno le pone su propia impronta y en función de ello se obtienen los mejores resultados".
Bartolo Di Donato es conocido en San
Francisco como "el quintero". Con una gran huerta ubicada en López y
Planes al 900, en barrio Sarmiento, todos los días desde hace 20 años, este
afable hombre que está próximo a cumplir 88 años desarrolla con pasión una
tarea que se advierte en cada almácigo de su huerta a la que concurren a diario
numerosos vecinos para comprar sus productos. Di Donato explicó a LA VOZ DE SAN JUSTO
los secretos de este oficio y pasión que heredó de su padre. En estos días, quienes visitan la huerta
de Bartolo pueden encontrar achicoria, lechuga y acelga lista para cosechar.
También muchas otras esperando el momento propicio para la cosecha, como
tomates, pimientos, remolachas, escarola, espinacas, etc. "La tierra tiene que tener una preparación
especial y en esto es importante tener un buen abono. En mi caso, un amigo me
provee de un producto muy bueno, totalmente orgánico, que lo mezclo con la
tierra. No hay que poner ningún químico y la proporción de abono se relaciona
con la calidad de la tierra que se disponga. Un balde de 20 litros de abono,
sirve para cubrir una superficie de diez metros de tierra", sugirió. Pese a la vasta experiencia en esta
tarea, Di Donato confesó que "el riego es lo más difícil de todo este trabajo.
Si se echa mucha agua, el cultivo se pudre, pero tampoco puede salir bien con
poco riego. Yo me doy cuenta de la cantidad exacta de agua que requiere un
cultivo con solo ver la tierra. Mientras la tierra está humedecida, se debe
escarbar un poco para ver si hay humedad por debajo, hasta unos cuatro a cinco
centímetros desde la superficie". Otro punto fundamental es "contar con una
buena semilla. Eso es clave a la hora de querer tener un buen resultado en la
huerta". "Una vez que se siembra la semilla de
lechuga, el primer paso es hacer el plantín en una maceta -indicó Di Donato-, que
luego se trasplanta a otra. Del primer brote al trasplante pasan unos 25 días y
luego deben pasar otros 20 días para ubicar la planta en el lugar definitivo.
Esto significa que desde que se planta la semilla hasta que está en condiciones
de cosechar, pasan unos 60 días". Algo más: "Hay que cuidar bien los
plantines. Por eso hay que ver las raíces y cuando tiene muchas, es momento de
sacarlo para ubicarlo en un nuevo lugar. Una vez que el plantín está en el
lugar definitivo, se cubre con una malla para protegerlo de las aves y los
gatos". Un último consejo: "Si se quiere tener
buen resultado en la huerta hay que dedicarle tiempo. Cuando más tiempo se esté
en la quinta, se logra una mejor cosecha".Consejos del "quintero"
Preparar la tierra
El riego
Cuidado de los cultivos