Bioquímicos: de los análisis con sapos y jeringas de vidrio a la tecnología de avanzada
Un bioquímico de trayectoria. Jorge Raúl Vignolo tiene 80 años y trabajó 36 adentro de los laboratorios. En el Día del Bioquímico, repasó sus inicios, cuando las jeringas eran de vidrio, las agujas se afilaban y los sapos eran el"test" de embarazo.
La bioquímica, como profesión, nació hace 100 años en la Argentina como una necesidad de establecer una estrecha correlación entre los estudios médicos, fisiológicos y químico biológicos, microbiológicos y hoy bio moleculares.
Jorge Raúl Vignolo tiene 80 años y trabajó 36 como bioquímico en San Francisco. Recién egresado de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), inauguró su laboratorio un 21 de junio de 1965 en la esquina de Paraguay y Libertador Sur, en barrio Catedral, cuatro años después que se instituyera el 15 de junio de 1961 como el Día del Bioquímico, por las entidades gremiales.
El día fue establecido en conmemoración al nacimiento del doctor Juan Antonio Sánchez, propulsor de la instauración de una profesión bioquímica con fuertes bases científicas y profesionales.
Vignolo atendió varios años en Paraguay y Libertador Sur y posteriormente, en bulevar Sáenz Peña al 1900, hasta que se retiró en 2001.
En su laboratorio no solamente pudo desplegar su vocación por la química, sino también lograr un trato personalizado con los pacientes que se acercaban para realizarse los análisis que los médicos solicitaban para el diagnóstico de enfermedades.
En sus inicios, las jeringas eran de vidrio, había que hervirlas para esterilizarlas; las agujas se afilaban; se hacían los análisis más básicos y los sapos se utilizaban para saber si una mujer estaba embarazada.
Hoy, aunque ya está retirado, destaca el avance que ha tenido la profesión, con nuevas tecnologías, tipos de análisis más complejos y reactivos mucho más rápidos y eficaces.
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, Vignolo afirmó que antaño los análisis"eran más personalizados, yo conocía a los pacientes que venían al laboratorio y también iba mucho a domicilio. Ahora hay laboratorios con varios boxes y hacen análisis a varias personas. Hay máquinas y computadoras que permiten más presición y rapidez".
Brindar un servicio
Los exámenes de laboratorio son una herramienta fundamental por los médicos que los utilizan juntamente con la historia clínica y el examen físico del paciente. Por eso para Vignolo, la bioquímica es una vocación. "Ser bioquímico es brindar un servicio a la sociedad y es un pilar importante en la medicina para detectar y diagnosticar enfermedades", dijo.
"Ser bioquímico es brindar un servicio a la sociedad y es un pilar importante en la medicina para detectar y diagnosticar enfermedades".
Agregó que la química "es el alma mater de todo bioquímico. Es importante que los profesionales tengan amor por la química para ponerla a disposición de la medicina y las investigaciones".
Cuando los sapos eran reactivos
Al contar anécdotas de su larga trayectoria, Vignolo recordó que hace años, cuando todavía no había reactivos y pruebas de embarazo que se vendían en las farmacias, los análisis para saber si una mujer estaba esperando un bebé o no, se hacían utilizando sapos, que tenía y alimentaba en una"sapera" ubicada en el mismo laboratorio.
¿Y cómo se podía saber por medio de un sapo si una mujer estaba en la dulce espera? El bioquímico explicó que para el análisis"la mujer llevaba la muestra de orina al laboratorio y entonces se tomaba un sapo y se analizaba si tenía espermatozoides o no. Si no tenía, a ese sapo se le inyectaba la orina de la mujer en los sacos, se dejaba y a las 24 horas volvía a hacerse el procedimiento. Si en el microscopio había espermatozoides -en este caso del sapo-, era embarazo".
"Esto es así porque la hormona de la mujer embarazada-detalló Vignolo- provocaba una reacción en el sapo que hacía queéste libere espermatozoides. Si no los liberaba, no había embarazo. Los chicos iban a buscar sapos al campo porque había que tener muchos, era un sapo por cada análisis".
"Durante muchos años ese análisis era común, pero más tarde comenzaron a aparecer los test, los reactivos y ahora hasta hay análisis que permiten saber hasta de cuántas semanas está la mujer", relató. Y hasta en un futuro no muy lejano, se dice que revelará el sexo del bebé.
Muchas veces en el laboratorio pasa que es difícil para el bioquímico encontrar la vena en el brazo de la persona, cualquiera sea su edad. Para Vignolo no es solamente sacar sangre sino que es una tarea que debe hacerse de manera precisa y estudiada.
"A cada paciente se lo tiene que estudiar y conocer para hacer la extracción y hay que tener la precaución de que no se impresione, para eso hay que distraerlo y que mire a otro lado", finalizó.
La inflación y la devaluación impactan en los laboratorios
En este siglo de existencia, la profesión del bioquímico fue avanzando vertiginosamente, de la mano de los avances teconológicos y la medicina. Además fue cambiando su manera de trabajar, mientras hace años un profesional podía abrir un laboratorio, hoy los altos costos de los insumos y reactivos, no lo permiten y es común que los nuevos profesionales desempeñen su tarea en lugares de mayor complejidad como en clínicas y sanatorios.
La actividad atraviesa una difícil situación por el desfasaje que sufren a raíz del avance de la inflación y la devaluación que impactó en la profesión que utiliza casi la totalidad de sus insumos importados.
El Centro de Bioquímicos de San Francisco reúne a 32 profesionales de la ciudad y la vecina localidad de Devoto."Los reactivos tienen costo en dólares y también es fuerte la carga impositiva, que quita un 35%"de lo percibido, advirtió el presidente del Centro, Dante Ottero.
El 90 % de los análisis que se piden se realizan en San Francisco y el 10 % se envían a laboratorios más grandes en Buenos Aires o Córdoba, como por ejemplo el de ADN y otros más complejos.
En tanto, Ottero afirmó que se sigue adelante y que los profesionales continuamente se capacitan en ciudades como Córdoba o Buenos Aires y en San Francisco.