Banco rojo: símbolo contra la violencia
Un banco en una plaza invita a descansar. Pero también a reflexionar. Y si es rojo llama más la atención. Con el tiempo, se ha venido transformando en un símbolo de la lucha diaria que hay que dar contra los agresores de las mujeres, en favor de un cambio social profundo que no se logrará sin educación ni justicia.
Se están desarrollando en nuestra ciudad los "16 días de activismo" contra la violencia de género, que se extenderán hasta el 10 de diciembre próximo. La primera actividad visible de estas jornadas fue el emplazamiento de un "banco rojo", que se está transformando en el símbolo de la necesidad de terminar con un flagelo que destruye el tejido social.
Según se ha informado, el banco rojo es el ícono y símbolo a la vez de un proyecto internacional, cultural y pacífico de prevención, información y sensibilización contra los femicidios, que tomó cuerpo en la ciudad durante la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
El banco, que contiene escrito el mensaje: "La violencia deja marcas, no verlas deja femicidios", se encuentra ubicado en la plaza General Paz y su objetivo es inspirar a luchar y brindar la fuerza y valentía que se necesita para salir de una situación violenta y pedir ayudar. Es que la violencia contra las mujeres no solo debe ser condenada. La sociedad toda tiene la obligación de actuar de manera decidida para dar vuelta y eliminar estas conductas aborrecibles de las cuales algunos parecen disfrutar, ante la indefensión, el terror y la vergüenza que sufren las víctimas.
La Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer emitida por la Asamblea General de la ONU en 1993, define la violencia contra la mujer como "todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada." Asimismo, se estableció el 25 de noviembre como día internacional en esta lucha contra los abusos que sufren las mujeres, en honor a tres dominicanas que murieron asesinadas por el régimen del dictador Rafael Trujillo en la década de los años 60.
La Argentina, entre tantos de sus males que revelan la decadencia y la falta de humanidad, exhibe aberrantes números en esta problemática. Una mujer muere cada 32 horas en el país producto de haber sido agredida por su condición. Y, según algunos estudios, cada vez hay más jóvenes -incluso niñas- que padecen este fenómeno dramático y condenable a todas luces.
Un banco en una plaza invita a descansar. Pero también a reflexionar. Serena el ánimo y disminuye los latidos. Y si es rojo llama más la atención. Con el tiempo, se ha venido transformando en un símbolo de la lucha diaria que hay que dar contra los agresores de las mujeres, en favor de un cambio social profundo que no se logrará sin educación ni justicia.