Ayer compartieron aula y hoy, el trabajo en la escuela de su infancia
Desde hace 40 años, Gariela y Nnacy cultivan una mistad que tiene como testigo a la comunidad educativa de la Escuela Nº 1001 "Santiago Puzzi" de Frontera, que en 2018 celebra su cumpleaños número 75. Afirman que su tarea en el comedor y como portera, es como devolverle al colegio todo lo que les dio en su niñez.
Durante su niñez las unió la primaria y si bien son vecinas del barrio, 40 años después se reencontraron en la misma escuela que las vio crecer, pero ahora como compañeras de trabajo.
Esta es la historia de Gabriela Puchetta y Nancy Origlia, la portera y ecónoma del comedor de la Escuela Nº 1001 "Santiago Puzzi" de Frontera, respectivamente.
Ambas tienen 52 años y egresaron de dicha institución educativa en 1978. Hoy tienen el privilegio de seguir compartiendo el vínculo de la amistad en los pasillos de su "escuelita", que en 2018 celebra su 75º cumpleaños.
"Si bien nunca perdimos el contacto entre nosotras porque somos vecinas del barrio, nunca pensamos en reencontrarnos en nuestra escuela trabajando juntas", manifestaron las exalumnas de la 1001, en declaraciones a LA VOZ DE SAN JUSTO.
"Es una gran satisfacción poder trabajar por la escuela que nos dio todo, por los niños de esas familias de Frontera que nunca dejaron de venir a la escuela y hoy asiste hasta la cuarta generación", expresaron.
Nancy y Gabriela disfrutan del trabajo en la escuela Nº 1001, la que hace 40 años fue su "casa" de estudio
"La escuela sigue siendo nuestra segunda casa"
Según relataron las mujeres, en aquel entonces, cuando fueron estudiantes, la escuela no funcionaba en el actual edificio, sino en el emplazado sobre calle 1 esquina 84, que hoy alberga al Eempa Nº 1062 "General Don José de San Martín", la vivienda de don Santiago Puzzi.
"Las clases se dictaban en la casita de Puzzi, ubicada sobre el camino interprovincial donde estuvo hasta hace poco el colegio secundario", recordaron.
"Teníamos dos aulas, siendo que la de cuarto grado era pre-fabricada, con techo de paja. De hecho muchas veces nos encontrábamos con los bancos sucios producto del excremento de las palomas", acotaron.
"Todo era muy humilde, de hecho había una sola maestra para todos, siendo que sólo en nuestro grado éramos 28 alumnos". Y aseguraron que "si bien hoy sigue habiendo pobreza, no se compara con aquellos tiempos donde la gente era muy humilde y la escuela también".
Nancy y Gabriela afirmaron que "la escuela era muy importante para nosotros así como también los maestros; era nuestra segunda casa y lo sigue siendo; y los docentes, nuestros segundos padres".
"No teníamos profesora de educación física, de hecho la alegría más grande fue contar con una con maestra de música. Que ella nos tocara el piano era lo mejor que nos podía pasar".
"Fue una alegría muy grande volver a encontrarnos en nuestra escuela y para trabajar juntas. Nunca hubiéramos pensado que nos íbamos a reencontrar de esta manera", manifestaron.Nancy trabaja desde hace 12 años en el comedor
escolar que atiende a 300 chicos
Devolver a la escuela lo recibido en la niñez
Nancy trabaja en la 1001 desde hace 12 años, primero como cocinera del comedor escolar que atiende a unos 300 niños, y hoy se desempeña como ecónoma del mismo. Es la encargada de administrar los fondos destinados a garantizar el desayuno, almuerzo y cena de los chicos. Gabriela es desde 2016 la portera de la institución y ayuda también en el comedor.
"Antes de entrar como portera en esta escuela, trabajé en otra institución, en San Francisco, y a su vez hacía suplencia en la 1001. Hace dos años renunció el portero y pude quedar fija aquí. Realmente es muy significante para mí poder devolver a la escuela no mucho que me dio en mi niñez y su vez reecontrarme con amigos".
Gabriela y un fuerte sentido de pertenencia a "la 1001"
En este sentido, Gabriela reconoció que "trabajar con niños es muy gratificante porque muchas veces ellos nos enseñan a nosotros con cosas sencillas y cotidianas. Ellos devuelven mucho de lo que uno da".
La escuela tiene un ambiente muy lindo, nuestros chicos son muy sanos, de hecho siguen jugando al tejo, a la soga o juegos tradicionales; no son mucho de la computadora, siendo que muchos no tienen acceso en sus hogares a las mismas. Nos dicen seño a todas, son amigables, agradecidos, y respetuosos".
"A su vez, desde nuestro lugar podemos aportar mucho a las maestras, ya que somos del barrio y conocemos a las familias y las realidades que viven. El trabajo en equipo es un pilar en esta institución", rescató la portera de la escuela.
Gabriela, la portera, disfruta de su labor. "Los niños
nos devuelven mucho de lo que les damos"
"Trabajamos con amor, porque es lo que nos gusta"
"Trato de estar antes de las 8 porque soy la que trae todos los elementos a las chicas para que trabajen", comentó Nancy, quien trabaja en el comedor junto a dos cocineras y dos ayudantes.
"Los porteros nos ayudan con el desayuno y también con la merienda ya que nosotros nos vamos a las dos y le dejamos todo listo para que ellos lo sirvan", agregó.
Asimismo, destacó que "es un comedor abierto que recibe además a los niños del jardín nucleado y del secundario, por lo que al mediodía el trabajo es arduo para servir a todos, pero a la vez gratificante de poder trabajar con niños".
"Muchos exalumnos pasan y nos dicen que se extraña mucho la escuela y la comida, quiere decir que lo que hacemos, es con amor y dedicación, porque es lo que nos gusta".
Hay equipo. El comedor escolar, servicio y vocación
Vivir los festejos, desde adentro
Las exalumnas y empleadas de la escuela aseguraron que "estamos viviendo con gran emoción los festejos de los 75 años, de hecho nos hemos reencontrado con muchas maestras de nuestra niñez que hoy nos recuerdan como si hubiese sido ayer que nos dieron clases y esperamos volver a ver a muchos de nuestros compañeros en la gran fiesta del reencuentro".
"Poder ser partícipes de los festejos, desde adentro como parte de la comunidad educativa y a su vez, como exalumnas, no tiene precio", concluyeron.
Una amistad que continúa en los pasillos del colegio
Habrá celebración
En el marco de los festejos por los 75 años de la institución, ubicada en Calle 86 Nº 280, el jueves 13 de septiembre, a las 9.30 tendrá lugar el acto académico en el patio cubierto de la escuela. En tanto, el jueves 15, la cena del reencuentro en el Polideportivo Municipal de Frontera.
"Es un año muy especial para la escuela. Cumplir tantos años en la labor educativa es muy importante y tener una institución con muchos chicos y con un buen nivel académico es más importante aún", destacó la directora de la escuela, Nancy Gandino.