Aunque está prohibido, se duplicó el uso de cigarrillos electrónicos en adolescentes
La cifra se desprende de una investigación que realizó en San Francisco el doctor en Medicina, Héctor Badellino. El consumo de cigarrillos se mantiene en los jóvenes pero el uso de vapeadores se duplicó en tres años, mientras en 2016, lo usaba el 14,2%, en 2019 el porcentaje subió al 29,8%.
Isabel Fernández|LVSJ
La nicotina -una de las miles de sustancias químicas en el tabaco- es tremendamente adictiva y el principal componente que afecta al cerebro. Entre los adolescentes tiene cada vez más puertas de entrada con los cigarrillos tradicionales, electrónicos y pipas.
En San Francisco, el doctor en Medicina e investigador Héctor Badellino, viene estudiando el consumo de cigarrillo desde 2006 y los resultados son alarmantes. La prevalencia de consumo de cigarrillo en adolescentes casi no ha variado pero el uso de cigarrillo electrónico se ha duplicado en tres años, mientras en 2016 lo usaba el 14,2% de los adolescentes de 13 y 14 años, en el año 2019 el porcentaje subió al 29,8%.
A pesar de estar prohibidos por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica en el país, las ventas de cigarrillos electrónicos gozan de un gran auge.
Todos sabemos que el consumo de tabaco tiene un impacto profundamente negativo en la salud de las personas, causa enfermedades de gravedad y es la principal causa de muerte prevenible a nivel mundial. El cigarrillo electrónico no deja de ser tan dañino como el tradicional y no es una alternativa "más inocua".
En diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO, el doctor Badellino -quien también es pediatra en la Clínica Regional del Este y docente universitario- brindó detalles de su investigación e informó que en la ciudad "la prevalencia de consumo de cigarrillo en adolescentes casi no ha variado -entre el 11,2 y el 13,2 %- pero el uso de cigarrillo electrónico se ha duplicado en tres años - en 2016 lo usaba el 14,2% de los adolescentes de 13 y 14 años y en 2019 el 29,8% lo había usado-".
"Esto demuestra que la ley que lo prohíbe no sólo es desoída, sino las autoridades que tienen que controlar su uso hacen caso omiso de la seriedad del problema", advirtió.
En cuanto al consumo de cigarrillos tradicionales, Badellino consideró que aunque la prevalencia fue disminuyendo en las últimas décadas en los adultos a nivel mundial, la Argentina no ha logrado una disminución demasiado significativa, como otros países de Latinoamérica.
"Las compañías tabacaleras, al ver esta tendencia, pusieron énfasis en aumentar el consumo en adolescentes y adultos jóvenes, sobre todo en los países de bajos ingresos, y lo ha logrado. Como con eso no alcanzaba, se han enfocado en la promoción de los cigarrillos electrónicos, que aparecieron en 2007 y que a pesar de estar prohibidos por la Anmat en nuestro país, tienen un alto nivel de ventas".
El doctor manifestó que los adolescentes y los que quieren dejar de fumar "son los principales consumidores de los vapeadores, con la falsa creencia que son inofensivos. No sólo que no dejan de fumar los fumadores de cigarrillo, sino que también le agregan el riesgo del cigarrillo electrónico".
Contrariamente a lo que se supone, los cigarrillos electrónicos generan un enorme daño a la salud, no sólo respiratoria sino cardíaca, inmunológica, reproductiva, etc. Badellino explicó que las más de 100 sustancias que contienen "producen efectos irritativos y pueden generar el mismo daño que el cigarrillo de tabaco".
"Hace poco tiempo Agencia Federal para alimentos y medicamentos de EE.UU. (FDA) prohibió los cigarrillos mentolados por el enorme daño que produce el mentol en el pulmón. Con los cigarrillos electrónicos pasa algo similar. Mucha gente, no sólo los adolescentes sino también muchos padres, creen que el cigarrillo electrónico es vapor con saborizante. Nada más alejado de la realidad", sentenció.
El 24% de los chicos de 17 años consumen marihuana
En su investigación, Badellino también midió el consumo de marihuana en adolescentes entre 12 a los 19 años, que también arrojó resultados preocupantes. Mientras en la mayoría de los países el consumo llega a su punto más alto entre los 20 y 25 años, en San Francisco es anterior en edad y llega al 24% de los adolescentes de 17 años, para luego ir en descenso.
Actualmente existe la creencia en la población que la marihuana es una hierba "natural e inofensiva", incluso que es otra alternativa al cigarrillo común, sin embargo es muy dañina. El doctor Badellino advirtió que los "efectos a corto y largo plazo a nivel pulmonar y cognitivo -para nombrar sólo algunos de los sitios principales de daño- son desconocidos por la población y parece haber una ignorancia sospechosa en quienes debemos educar y en quienes deben asegurar la salud física y mental de la población".
"Las tabacaleras lo saben y la propietaria de la compañía Philip Morris ya ha comprado la principal productora de cannabis de Canadá. En pocos años tendremos cigarrillos con marihuana en los quioscos", finalizó.
El consumo de
marihuana se está naturalizando. Cada vez se ve por la calle a más adolescentes
fumando cannabis. El problema es minimizar los daños físicos y psicológicos que
puede provocar esta droga en los jóvenes bajo la falsa creencia de que se
consume con fines medicinales y/o terapéuticos. Desde la Sociedad
Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), alertaron que genera
adicción y que puede provocar cáncer y daños graves en el sistema
cardiovascular, respiratorio y Ahora, un nuevo
trabajo de Estudes (Encuesta sobre uso de drogas en enseñanzas secundarias en
España) reveló que la marihuana es la sustancia psicoactiva más consumida entre
los estudiantes de 14 a 18 años (un 28,6% la ha probado) y alertó que, como el
cerebro está en desarrollo en la adolescencia, consumir esta droga a esa edad
aumenta cinco veces el riesgo de psicosis temporal (pérdida de la realidad,
alucinaciones y paranoia) y de esquizofrenia. A su vez,
aclararon que como la marihuana fumada contiene las mismas toxinas y
carcinógenos que hay en el tabaco, no solo daña los órganos sino también la
salud cerebral. Puede afectar la memoria, la atención, la toma de decisiones,
el aprendizaje, la coordinación, las emociones y la velocidad de reacción. Los especialistas
explicaron que muchos consumidores de cannabis se excusan en que la marihuana
tiene efectos terapéuticos. No obstante, aclararon que eso es correcto cuando
lo determina un médico para ciertos casos de epilepsia refractaria (ya que
ayuda a evitar convulsiones), y pacientes con cáncer, HIV y esclerosis múltiple
(ya que estimula el apetito, controla las náuseas y alivia el dolor crónico). "La marihuana no
debe consumirse con fines recreativos, ya que pone en peligro la salud mental y
física de la población. Además, genera adicción", dijeron. En un momento en
que se extiende la legalización de la marihuana, un gran número de menores de
50 años es diagnosticado con un trastorno por consumo de cannabis que deriva en
un ataque cardíaco. El cannabis tendría estos efectos sin importar el modo de
consumo, ya sea fumado, vaporizado, o agregado en comidas. "El cannabis
puede afectar el ritmo cardíaco del consumidor. Y, a su vez, puede limitar la
cantidad de oxígeno que llega al corazón", advirtió Karim Ladha, autora
principal del estudio, clínico-científico y anestesiólogo del Hospital St.
Michael y de la Universidad de Toronto en Canadá. En ese sentido,
aclaró: "Algunas personas asumen que el consumo de cannabis es seguro y que no
puede dañar su cuerpo, pero eso es incorrecto. Cada vez hay más pruebas de que
la marihuana podría ser potencialmente perjudicial para la gente". Aunque las
estadísticas de la AHA muestran que los ataques cardíacos son mucho menos
comunes en personas menores de 50 años en comparación con los adultos mayores,
el estudio sugiere que las personas que consumen cannabis tienen que tener un
seguimiento más específico por posibles problemas cardíacos.Consumir
marihuana aumenta riesgo de
psicosis y esquizofrenia
Ataque cardíaco:
el riesgo de consumir cannabis