Asaltan a mano armada agencia de quiniela: “Duró seis minutos, pero fue como un año”
Sucedió esta noche frente al Parque Cincuentenario. Marcelo y su hijo Alejandro, las víctimas, contaron que uno de los delincuentes lers apuntaba todo el tiempo con un revólver.
Esta noche, dos sujetos, uno de ellos armado, ingresaron a un local de agencia de quiniela de quiniela de la esquina de calles Uruguay y Mármol y tras apuntarles con un revólver al propietario y a su hijo, huyeron, aunque sin robar nada.
Marcelo Juncos (49), la víctima, contó a LA VOZ DE SAN JUSTO que "alrededor de las 20.40 ingresó un joven desconocido que cubría parte de su rostro con un pañuelo tipo sirio. Otro joven, lo aguardaba afuera, a bordo de una motocicleta".
La pesadilla duró unos seis minutos pero para Marcelo y su hijo Alejandro (23) duró "como un año". Ambos estaban adentro del local ubicado frente al Parque Cincuentenario, conversando, cuando "este sujeto ingresó y sacó un revólver. '¡Dame la plata!, ¡dame la plata!' me decía en todo momento. Yo le respondía que no le iba a dar nada", narró Marcelo.
El local de Uruguay y Mármol
La víctima confesó que le "dolía el pecho" de los nervios y el temor que sentía. El delincuente "me apuntaba a mí y a mi hijo, hasta llegó a martillar dos veces el arma. Fue terrible e interminable".
En ese lapso de tiempo, Mirta, la esposa de Marcelo, se presentó en el local -lindante a la casa de familia- y también alcanzó a ver al delincuente y a su cómplice afuera. La resistencia puesta por el dueño del negocio hizo que el asaltante desistiera y huyera junto al otro malhechor en una moto. En tanto, Marcelo salió y pudo correrlos una cuadra, hasta que se topó con policías en San Lorenzo y Uruguay, a los que alerto sobre lo sucedido. En cercanías del lugar está la sede del Comando de Acción Preventiva (CAP).
Os uniformados "salieron a perseguirlos, pero luego no sé bien si lograron interceptarlos", contó el hombre, que lleva 25 años al frente de la agencia de juego y asegura que no es la primera vez que sufre un episodio de inseguridad.
Lo ocurrido lo obliga a repensar el modo de trabajar, sin embargo, "no podemos hacerlo a puerta cerrada, esto es una agencia, sale y entra gente todo el tiempo".