Antonella Costa: “No existe hecho artístico que justifique el sufrimiento de una persona”
La protagonista de la multipremiada serie cordobesa "La chica que limpia" atraviesa un gran momento en su carrera. La actriz adquirió cierta popularidad luego de que por medio de un video, que se convirtió en viral, denunciara abusos durante rodajes de películas. "Hay cosas que tienen que dejar de ser moneda corriente. No existe hecho artístico que justifique el sufrimiento de una persona", asegura.
La serie cordobesa "La chica que limpia" se convirtió en la serie más vista en la plataformaCine.ar Play el año pasado, se alzó con del Martín Fierro Federal de Oro y recientemente fue reconocida por el Gobierno provincial.
Su protagonista, la actriz ítalo argentina Antonella Costa, le aportó ese "toque" especial que la convirtió en éxito.
Comprometida con los derechos de la mujer, con valentía hizo pública denuncias por hechos de abusos durante los rodajes.
Con 38 años y un hijo de un año y medio, la protagonista de "Diarios de motocicleta" y "Garage Olimpo", entre varias películas, dialogó con VOZ MUJER sobre su carrera actoral, la despenalización del aborto y la realidad de la producción audiovisual.
- "La chica que limpia", otra vez reconocida. ¿Qué significa esto para vos?
No temo hablar por mis compañeros porque creo que todos sentimos que estos fueron premios a nuestro esfuerzo. Tuvimos un rodaje complejo y difícil, arriesgamos mucho y tratamos de dar lo mejor. La serie en un primer momento no fue comprada por ningún canal, nadie confió en un producto que a nosotros nos llenaba de orgullo y fue duro. Pero la gente nos eligió, y desde un bastión muy modesto como fue CineAr Play en un principio, conquistamos un espacio que ahora no para de crecer. Estos premios son caricias, estamos agradecidos y lo disfrutamos mucho.
-¿Cómo te sentiste trabajando en una producción del interior del país?
Si bien la serie tiene un nivel poco habitual entre las producciones de provincias, el equipo estuvo siempre a la altura. No me extrañó porque mucha gente del interior del país viene a trabajar a Buenos Aires, por lo que el nivel que se alcanza en la Capital no es mérito exclusivo de los porteños. Por otra parte, Córdoba me es muy familiar -mi mamá era cordobesa-, tengo primos allá y viví algunos años en la Docta. Pasé mis vacaciones en las sierras hasta los 15 años, es un lugar que aprecio y disfruto.
- ¿Cómo es Rosa, el personaje que interpretaste?
Rosa es uno de los pocos personajes que podría interpretar toda la vida. Está llena de detalles, tiene una personalidad compleja. Nunca le pasa una sola cosa, siempre está haciendo malabares entre sus sentimientos, sus emociones, sus responsabilidades y las sensaciones que la asaltan. Además, tiene un universo gestual maravilloso; su sensualidad está depositada en esa obsesión por la limpieza. La relación con su hijo, llena de amor y de culpa, todo en ella tiene bemoles, contradicciones. Es un gran personaje, tuve suerte de que confiaran en mí para interpretarlo.
Antonella es Rosa en "La chica que limpia"
- Has sido partícipe de muchas películas. ¿Te sentís más cómoda con el cine o con las series?
El cine es mi casa. Es parte muy importante de mi vida, es mi pasión, es donde me formé como persona y como profesional. Las series ocupan otro lugar, pero me parece un formato maravilloso, y cuando son de calidad, el cuidado que se pone en la producción es bastante similar al del cine. Además, la posibilidad de dar una continuidad en el tiempo a un personaje, es muy atractiva. Poder retomarlo un tiempo después, que te sorprenda lo que le pasa, sin duda genera un apego, tanto del actor como del espectador, que el cine no permite.
- Denunciaste que sufriste abusos durante rodajes. ¿Eso te afectó en tu carrera?
En realidad, yo no salí a hablar de un asunto en particular. Escribí en mi Facebook un texto dirigido más que nada a mis colegas, en el que contaba una serie de situaciones incómodas o abusivas que sufrí a lo largo de mi carrera, explicando que esto no tiene por qué ser así. Ese texto trascendió muchísimo, cosa que no me esperaba. No soy una persona mediática, nunca me llamó ningún medio por nada que no fuera un rodaje o un estreno, pero una vez que el texto se replicó, me hice cargo de la situación y di algunas entrevistas. No me interesa dar nombres porque no son interesantes. Además, si bien apoyo a las chicas que deciden publicar el nombre de sus agresores, creo que también es importante dar a conocer las generalidades, los mecanismos habituales de ciertos abusos, cómo hacen los que hacen estas cosas, para que estemos más atentas. Hay mucho de engaño en ese tipo de agresiones. Se basan mucho en hacerte creer que la cosa es así, que te lo buscaste, que todas lo hacen, que no hay otra manera, que te la tenés que bancar, etc. Y nada de eso es cierto. Eso era lo que me interesaba transmitir, no el hecho en sí de lo que me pasó a mí.
- En Hollywood se conocieron muchos casos de abuso y las actrices se animaron a hablar. ¿Eso marca un punto de inflexión?
Sin duda. Hay cosas que tienen que dejar de ser moneda corriente. No existe hecho artístico que justifique el sufrimiento de una persona. Nada vale más que la dignidad de una persona. Los mecanismos que se instalan por fuera de esta premisa se tienen que desarticular, son nocivos y poco civilizados.
- Se te vio muy activa a favor de la despenalización del aborto...
Por un lado, me moviliza la falta de equidad social, ya que es un derecho que sólo parecen tener quienes pueden acceder a una intervención segura. Quienes pueden pagarlo, lo hacen con total impunidad y discreción, mientras que las más pobres ponen en riesgo su vida.
Pero además estoy convencida de que es un derecho de todas las personas gestantes. Mientras el embrión o feto dependa de otro cuerpo para desarrollarse, tiene el valor que le otorgue esa persona, como pasa con cualquier parte de nuestro cuerpo. Se trata de un tema de salud pública porque ante el deseo irrefrenable de interrumpir un embarazo no deseado, muchas mujeres ponen en riesgo su vida. También hay una cuestión de costos y recursos, ya que se invierte mucho más en atender casos de abortos mal practicados de lo que se invertiría en garantizar el resultado de un aborto seguro. Por último, es anacrónico que el precio del deseo femenino sea tener que optar entre un embarazo no deseado o convertirse en delincuente. Una relación sexual no puede tener hoy en día consecuencias tan brutales para nadie. Es fundamental garantizar una educación sexual integral y el acceso universal a los anticonceptivos.
- ¿Qué crees que opinaría tu tía abuela, la gran Niní Marshall sobre esta expresión de las mujeres?
Ignoro su postura con respecto al aborto y no hablaría en su nombre pero fue una mujer aguerrida, creativa e independiente, en un mundo que sin duda le debe haber sido muy hostil. Seguramente, sabría reconocer la fuerza que mueve un movimiento como este y más allá de su opinión personal, lo respetaría.