Alumbra una nueva realidad en la oposición cordobesa
Tres datos: el triunfo de Luis Juez sobre Mario Negri, la validación de Juan Schiaretti y nueve de cada diez cordobeses contra el modelo K, representado por Carlos Caserio.
Julio C. Perotti | LVSJ
No hay elección con resultado inocuo. Nadie está inmunizado lo suficiente para no sufrir su impacto. Por más que sea, como ayer, un acto para definir candidatos, siempre surgen ganadores y se hunden perdedores.
Y lo que viene, el día después, es un doble desafío: abrir un arduo y urgente trabajo de reingeniería para contener heridos y reajustar la mira con vistas a los comicios parlamentarios cuando, ahí sí, se elegirán los diputados y senadores que sumará o restará el poder instalado en la Casa Rosada.
Lo que sigue es una radiografía inicial a partir de los resultados de ayer.
Juntos por el Cambio. Si duda, Luis Juez emerge con el principal referente opositor en Córdoba, tanto hacia el poder provincial como hacia el kirchnerismo.
Como candidato a senador de Juntos por el Cambio, Juez deberá construir un liderazgo adentro de la alianza y convencer a quienes ayer se jugaron por Mario Negri y Gustavo Santos de que lo sigan.
En esto, Juez contará con Rodrigo de Loredo, su compañero en la lista para Diputados, que se convierte en una figura de peso dentro de la UCR y que, con seguridad, va a reclamar su lugar en los sitiales de decisión que hasta ayer monipolizaban Negri y Ramón Mestre.
De Loredo no llegó solo: un grupo de dirigentes jóvenes, como el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, lo acompañaron en esta instancia.
Por eso, la realidad interna del radicalismo entrará en una espiral de cambios, con noviembre como fecha máxima para evitar fugas.
A la hora de votar, Santos prometió que los dirigentes van a estar todos juntos para el 14 de noviembre, pero esto puede quedar en una expresión de deseos, en particular porque su figura carece de ascendencia dentro del radicalismo. Santos, con todo, se aseguraría un lugar en la lista de Diputados en tanto se distribuyen los lugares de manera proporcional, según un acuerdo interno. "Mañana estaremos juntos", sostuvo anoche.
Quizá el resultado actúe como un bálsamo y la expectativa de un triunfo en noviembre ayude a sanar las heridas y eso evite la dispersión, en particular de los votantes radicales.
Este resultado electoral en Córdoba también fue una cuña en la interna nacional del PRO. Mauricio Macri bajó a Córdoba para jugar por Santos para el 2023, o sea la elección para gobernador, e intentó que liderara esta elección parlamentaria como escala previa.
Luego, apareció en video y en afiches con Mario Negri para ratificar su padrinazgo sobre este sector.
Sin embargo, al frente, con Juez y De Loredo, estuvo Patricia Bullrich, la presidenta del PRO. De hecho, la compañera de fórmula de Juez, Carmen Álvarez Rivero, fue su idea. También hubo un cierto guiño (sin involucrarse directamente) de Horacio Rodríguez Larreta.
La interna del PRO se exteriorizó con la presencia de dirigentes en las dos listas: Laura Rodríguez Machado y Héctor Baldassi con Juez, y Soher El Sukaría con Negri.
Con todo, Rodríguez Machado, a su vez, prometió en declaraciones a AM 1050 Radio San Francisco que todos estarán juntos.
Anoche, Baldassi, un macrista de la primera hora, consideró inoportuno que el ex presidente haya jugado en la interna. Toda una definición.
Con todo, Rodríguez Machado, a su vez, prometió en declaraciones a AM 1050 Radio San Francisco que todos estarán juntos.
Finalmente, anoche, aun antes que se conocieran los resultados, Negri admitió el triunfo de Juez y De Loredo. Por cierto, se comprometió a acompañarlos porque, según dijo, hay un objetivo común: vencer al kirchnerismo. "Ahora vamos unidos a noviembre", escribió Negri en su cuenta de Twitter.
Anoche, bajo el fragor de los festejos hubo promesas coincidentes de una cumbre Juez-Negri en las próximas horas, tal vez hoy mismo.
Hacemos por Córdoba. En la fuerza liderada por el gobernador Juan Schiaretti se reconoció por lo bajo durante esta campaña que no iba a ser fácil superar la sumatoria entre las dos listas de Juntos por el Cambio. Así ocurrió, pero en términos individuales sus listas, con Alejandra Vigo (Senado) y Natalia De la Sota (Diputados), quedaron segundas y no lograron encabezar la tabla general.
Pero visto en términos de diferenciación con el gobierno nacional, el objetivo parece estar cumplido: desplazaron lejos al Frente de Todos y, si se repitieran en las generales este resultado, quedaría en manos de Vigo la banca que hoy tiene Caserio y que no respondía, obviamente, a las directivas del peronismo cordobés sino al kirchnerismo.
Un segundo nivel de lectura para el justicialismo mediterráneo tiene que ver con la performance de sus dirigentes e intendentes en el interior.
En definitiva, Schiaretti se ratifica como el gran elector cordobés y con poder de negociación con el kirchnerismo a nivel nacional. Como todos, desde luego, tendrá a noviembre como escala imprescindible.
Anoche, el clima en el acto de Hacemos por Córdoba era festivo. Identidad y autonomía fueron los argumentos centrales durante la campaña y reivindicados en la celebración.
El discurso de Schiaretti estuvo claramente en esa línea: "Nosotros no queremos grieta en nuestra Córdoba (...) siempre buscamos unir a los cordobeses, con apoyo a la producción y el trabajo". Un decálogo de diferencias con el kirchnerismo.
Frente de Todos. Con nueve de cada días votos en contra, el kirchnerismo no logró remontar los resultados históricos en Córdoba, donde es tercera fuerza. Cuando todavía no se conocían los resultados, Martín Fresneda -un dirigente kirchnerista puro, de raigambre cristinista- sostuvo que las expectativas se estaban cumpliendo respecto de Martín Gill porque, de repetirse los resultados en noviembre, retendrán con él la banca que ponen en juego y que hoy está en manos de Pablo Carro.
En cambio, la elección de Caserio no alcanzaría para pelear por el escaño en el Senado.
La "peronización" de la lista, con la inclusión de Olga Riutort, fue y es objeto de cuestionamientos en particular en los sectores más allegados a Cristina Fernández de Kirchner.
Cuando fue a votar en Carlos Paz, Caserio hizo una autocrítica porque tardaron "demasiado" en acordar la lista e, incluso, en poner la cartelería.