Alimentos que nos ayudan a hacerle frente al invierno
Las bajas temperaturas afectan nuestras defensas, por eso en esta época es importante fortalecer a nuestro organismo con una alimentación sana, variada y equilibrada.
Llegó el invierno y es común oír que debemos cuidarnos del frío y de las bajas temperaturas que tanto afectan a nuestro sistema inmunológico, las defensas que tiene nuestro organismo. Está constituido por el conjunto de mecanismos que lo protegen de infecciones causadas por agentes externos (por ejemplo, un frío intenso) o internos (virus, parásitos, hongos, bacterias).
Por lo tanto, es muy importante que lo fortalezcamos con una alimentación sana, variada y equilibrada capaz de aportar los nutrientes necesarios para mantenernos libres de enfermedades. Los cambios bruscos de temperatura, el descanso insuficiente, el estrés diario y la mala alimentación ponen en jaque nuestras defensas.
Existen signos que nos advierten que están bajas: cansancio mayor del habitual, dolores musculares, caída del cabello, herpes en comisuras labiales, heridas que no cicatrizan. Asimismo, el exceso y la deficiencia de energía afectan la capacidad del sistema inmunológico en combatir las infecciones. Por eso, la obesidad está relacionada a muchas enfermedades infecciosas.
Reducir la ingesta de grasas y seleccionar alimentos de buena calidad nutricional no solo permite controlar el peso, sino que mejora rendimiento del sistema inmunológico. En otras palabras, cuanto menos grasas, más altas las defensas.
No obstante, el opuesto tampoco es bueno. El bajo peso o la desnutrición también aumenta el riesgo de disminuir las defensas orgánicas y padecer enfermedades. Esto se debe a que las personas que realizan dietas a veces no cubren las necesidades básicas de energía y de nutrientes.
Podemos afirmar, entonces, que los buenos hábitos alimentarios, entre otros factores, condicionan los mecanismos de defensa.
Los nutrientes especiales
En nuestra alimentación, no pueden faltar estos nutrientes especiales:
* Las vitaminas. La vitamina A se encuentra en el hígado, en los lácteos y en los derivados del huevo. Previene de enfermedades infecciosas (especialmente del aparato respiratorio), promueve la reparación de los tejidos infectados y aumenta su resistencia. La vitamina C está en los cítricos (naranjas, mandarinas, pomelo, limón) y también en la frutilla, el kiwi, el pimiento, el tomate y los coles. Estimula las defensas naturales, previene el resfrío y la gripe, evita el estrés y facilita la absorción de otras vitaminas y minerales. La vitamina E se encuentra en el germen de trigo, el aceite de soja y de oliva, los panes integrales, los vegetales de hoja verde y las frutas secas. Refuerza el sistema inmunológico y previene las enfermedades virales crónicas, entre otras.
* Los minerales (zinc, cobre, hierro, magnesio, selenio). Son ricos en zinc el hígado, las legumbres, las frutas secas, los cereales integrales, la carne, el pescado, el huevo y los lácteos. Promueve la cicatrización de las heridas y aumenta la absorción de la vitamina A. Es, además, un antioxidante natural. El selenio, en cambio, está en la carne, los pescados y mariscos, los cereales, las frutas y las verduras. Protege contra las enfermedades cardiovasculares y disminuye el proceso de envejecimiento vascular.
* Los ácidos grasos (omega 6 y omega 3).
* Las calorías necesarias según la edad, la contextura y la actividad de cada persona, y las proteínas de alto valor biológico, como las que se encuentran en la carne, la leche, el queso, la soja y las combinaciones de cereales y legumbres.
La incidencia de la alimentación en el sistema inmunológico es tal que ha surgido una rama denominada inmunonutrición, que se ocupa del estudio de cómo cada alimento influye en la activación de las defensas o, lo que es lo mismo, en la lucha contra la invasión de bacterias, virus y células malignas. Nuestro cuerpo es nuestro único y mejor hábitat. Solo tenemos uno. Ocupémonos de cuidarlo y de darle lo que necesita.