Al salvataje de un árbol en extinción que solo sobrevive en la Plaza Cívica
La ambientalista Ernestina Saravia, en un rinconcito de la Plaza Cívica, trabaja de manera incansable en la custodia del último ceibo mexicano del departamento San Justo. Cuando hay viento, recoge las semillas que se desprenden del gran ejemplar con el objetivo de preservar esta especie en peligro de extinción.
El último ejemplar de ceibo mexicano del departamento San Justo, de más de 40 años, está en nuestra ciudad, en la Plaza Cívica.
Este árbol es el único de su especie en todo el departamento y los ambientalistas bregan por su cuidado recuperando sus semillas para hacer germinaciones y dar vida a nuevos ejemplares.
"Es el último ceibo mexicano y lo tenemos en la ciudad", destacó Ernestina Saravia, la ambientalista local que se encarga de la recuperación de semillas de plantas y árboles que están en vía de extinción.
Saravia se acerca cada día ventoso a la Plaza Cívica, donde reside este ejemplar de los años '70, para recuperar las semillas rojas que se desprenden de las chauchas del ceibo.
"Este ceibo fue podado muchísimas veces, por lo que ha cambiado su estructura original. Tuvo distintas dimensiones y formas con ramales grandes que se fueron podando de a poco. Lo que hoy queda es un reducto de aquella planta", contó Saravia a LA VOZ DE SAN JUSTO.
El nombre científico del ceibo es Erythrina crista-galli. También conocido como ceibo o ceiba, es originario de Centroamérica y se distribuye desde México hasta Sudamérica, donde tiene su mayor diversidad (13 especies).
La
ambientalista Ernestina Saravia, en un rinconcito de la Plaza Cívica, custodia
del último ejemplar de ceibo mexicano en San Justo.
Un árbol sagrado
"Lo admiro, lo quiero y lo cuido. Sus semillas son muy valiosas para muchas culturas en especial en su país de origen", reflexionó la ambientalista.
La ceiba mexicana era un árbol sagrado para los mayas. La altura de este árbol hizo creer a las tribus mayas que sus ramas soportaban a los cielos, mientras que sus profundas raíces eran los medios de comunicación entre el mundo de los vivos y el Inframundo.
Saravia busca proteger este ejemplar recuperando sus semillas y germinándolas con el objetivo de regalar nuevas plantas a quienes aman los árboles, vecinos de distintas localidades de la región. "Selecciono las mejores semillas y regalé las germinaciones de las mismas en Balnearia, La Tordilla, La Francia, entre otros".
Los que quedan y los que faltan en las plazas
La paisajista Gabriela Ludueña, consultada por LA VOZ DE SAN JUSTO, se refirió a esos ejemplares exclusivos, esos que quedan en las plazas de San Francisco.
La experta, basándose en el Plan de Acción Verde de 1999 de la ingeniera Mónica Paschiero y la arquitecta Cristina Cerecetto, y el seguimiento y reconocimiento que se hace de las plantas de la ciudad, enumeró cuáles son los únicos que quedan en pie: "El pica pica (Lagunaria Patersonii) y la planta Justicia de la India (Justicia Adhatoda) , que están en la Plaza General Paz, y el árbol denominado Encina (Quercus Ilex), ubicado en el Rincón Español del Centro Cívico".
"La ciudad perdió la anteúltima Encina que estaba en la plaza de barrio El Prado y el último Alcornoque de la Plaza de barrio Sarmiento debido al cambio climático, los vientos, las lluvias, las napas altas o porque simplemente terminó su ciclo de vida; a causa de esto último, también desaparecieron los ejemplares de las Casuarinas de las plazas Vélez Sarsfield, Sarmiento y 1º de Mayo".
"La ciudad está muy desforestada"
Con preocupación, Saravia advirtió: "Hoy la ciudad está muy desforestada, hay en San Francisco muchas cazuelas están vacías o cerradas y mucha arboleda de las plazas que ya caducó por una u otra razón y están secas o mal cortadas".
En San Francisco, predominan las plantaciones de fresno común o fresno Americano, pero en los últimos años se han plantados variedades diferentes que se adaptan a nuestras condiciones climáticas de hoy, tales como la Pezuña Vaca; Ibirá Pita; Fresno Rojo; los Hacer, como el Negundo, Burgerianum, Sacharinum u otros autóctonos como el Cina Cina; algarrobos; chañares; casias Carnaval o Lagañas de Perro ya que son las que mejor funcionan con las altas temperaturas, períodos prolongados de lluvias y estancamientos de agua", describió por su parte Ludueña.
"Estoy intranquila porque estamos perdiendo el pulmón verde de la ciudad", expresó Saravia.
Tanto Saravia como Ludueña bregan por el cuidado de la arboleda local. En este sentido, indicaron que "hay que iniciar acciones para la preservación y conservación del arbolado, señalizar adecuadamente los lugares y ejemplares que forman parte del patrimonio arbóreo local y poner en valor los lugares donde están plantados, ya que serían de utilidad para acciones educativas".
Los nuestros
Los pinos de la plaza Vélez Sarsfield tienen más de 60 años
Ejemplares autóctonos:
- Algarrobo centenario: ubicado en calle Perú 916. Declarado de interés Municipal por ordenanza Nº 4429, el 8 de Julio de 1997.
- Parque Cincuentenario: bosquecito de Chañares (Geoffroea decorticans)
Ejemplares de interés patrimonial:
-Retoño Pino de San Lorenzo: en el Centro Cívico
-Retoño Higuera Vivienda de Faustino Sarmiento: en el Rincón de los Símbolos, en el Centro Cívico
-Palmeras Washintoneas: línea doble en la Plaza Vélez Sarsfield, que es plantación original del espacio verde.
-Pinos de la plaza Vélez Sarsfield: tienen más de 60 años. Son los últimos que quedan de las plantaciones originarias de la plaza y que se les realizó un sostén fuerte a los fines de su preservación.
- Plátanos de la plaza General Paz: plantación de los orígenes del espacio verde, están lastimados; existenten sobre calle Sáenz Peña en la Plaza General Paz.
El más antiguo
La Plazoleta del Algarrobo, en barrio Vélez Sarsfield
La Plazoleta del Algarrobo cumplió en abril siete años de su creación. El espacio resguarda una especie de algarrobo blanco que según los especialistas ya supera los 160 años y es considerado el árbol más antiguo de San Francisco.
A un nuevo aniversario de ser considerado un espacio de interés municipal, este aguarda por su cartel identificatorio que no volvió a colocarse luego de que sea retirado para su arreglo.
El algarrobo blanco que se erige con su enorme tronco y ramas interminables en calle Perú 926, se roba las miradas de los transeúntes.
Hoy el prosopis alba no está florecido, está oscuro y desprende las pequeñas hojas que le quedan.