Aislados por covid: historias en medio de una pandemia
De festejar fiestas de quince en casa hasta la preocupación de cuidar a una adulta mayor. Miedos, rabia, angustia y reflexiones de una vida atravesada por coronavirus.
Por Stefanía Musso | LVSJ
Cuando pensábamos que todo había terminado o que tal vez, poco a poco íbamos saliendo de la pandemia, diciembre nos sorprendió con la llegada de la variante Ómicron, que trajo aparejada un aumento exponencial de casos de coronavirus en la ciudad que superó a los primeros tiempos.
De hecho, San Francisco llegó a tener picos de 684 casos en un solo día, lo que dio indicios de que cualquiera podría correr el riesgo de cursar esta enfermedad. En estos días, muchos vecinos se contagiaron y otros tantos debieron aislarse por contacto estrecho. Hoy, con nuevas normativas y en un dinamismo constante, las reglas van cambiando, pero muchos vivieron momentos especiales debido a esta enfermedad.
De las miles de historias que seguramente se escucharon o conocen, LA VOZ DE SAN JUSTO rescató la de Gigi Ottino y la de Daniel Ricardo Filippi.
La joven profesora de artes plásticas atravesó la covid por segunda vez en la tercera ola y celebró Año Nuevo encerrada con su familia. Pero en su primer contagio, ella festejó el cumple de 15 de su hija mayor también sin poder salir de su casa.
Daniel Filippi, por su parte, lo está atravesando en este momento junto a su mamá de 82, quien en el aislamiento encontró en las páginas de nuestro diario la manera de pasar las horas hasta poder salir.
Muchas anécdotas, momentos, historias que la pandemia tendrá escritas en sus páginas. Aquí, algunas de ellas.
Celebrar en casa por el covid
Si hay algo que nos enseñó la pandemia es que, con este virus, no hay que planificar. Esto es lo que le ocurrió a Gisela "Gigi" Ottino, de 33 años, quien planificó la fiesta de 15 sorpresa de su hija. Pero se contagió y tuvieron que celebrarlo en casa.
Como si fuera poco, este 31 cuando todos se disponían a decirle adiós al 2021, esta mamá volvió a ser positiva y pasaron el último día del año encerrados. Dos veces covid, 19 hisopados y una familia que conoce de aislamientos...
El 2021 era el año de Magui, la hija mayor de Gigi. "El 7 de junio de 2021 se contagia Magui y creemos que fue en el hotel donde se realizó el book de fotos de sus 15 que previamente lo habíamos tenido que suspender por los casos de covid. Hasta ahí ella sola era positivo, el resto negativo".
"A los pocos días, más precisamente el 12 de junio me aparecen síntomas a mí con el positivo confirmado, a los 7 días a Cristian, y a los 7 días cae Faus. Todos caímos escalonados así que estuvimos más de 20 días adentro de casa. En ese entonces la cepa que hacía estragos con muertes jóvenes era la de Manaos. En comparación de los que estuvieron internados o intubados podemos decir que la pasamos con síntomas duros, pero no graves, con días y noches difíciles para los 4".
Para esta familia fue muy duro ver como los planes del cumpleaños de Magui se desvanecieron en el aire. Pero ésta mamá no iba a dejar que eso suceda. "Magui no había pedido ni fiesta ni viaje, pero le teníamos preparado una cena sorpresa especial en un lugar nuevo y hermoso que había abierto hacía poco; la íbamos a llevar engañada", contó esta mamá.
"Al pasar todo esto, se canceló eso y decidí decorarle toda la casa. Gracias a la tecnología, pedí todo por WhatsApp y le fui armando sin que ella supiera, como la mayor parte del tiempo ella estaba en su pieza, yo hacía cosas a escondidas".
Con celular en mano, Gigi iba a celebrar el cumpleaños de su hija como sea. "Le encargué la bandera, la torta, un desayuno sorpresa, le hice tarjetas con sus fotos del book para repartirle a la familia, pedí un arreglo de globos, compré toda la decoración y lo más lindo es que encargué una caja de madera gigante como un regalo la que pinté y coloqué el moño gigante. La idea era que la familia me trajera los regalos para ella y los colocáramos adentro para sorprenderla".
Así fue el cumple de su hija mayor. "Nos levantamos de la cama, nos vestimos de fiesta y la sorprendimos. Así pasó el cumple con la suerte que justo ese día (23 de junio) finalizaba su aislamiento de 14 días. Su madrina junto con sus abuelos le organizaron otro festejo aparte con ellos mientras nosotros tres seguíamos aislados en casa transitando la enfermedad".
En junio, Gigi tuvo que celebrar el cumpleaños de 15 de su hija en su casa ya que todos se contagiaron de covid.
Año nuevo, también encerrados
Los quince parecían una anécdota cuando llegó la tercera ola de covid a fines de 2021 y Gigi no puedo escaparle otra vez al contagio. "El 31 de diciembre me levanté a la mañana a hacer los postres para la noche ya que todos venían a mi casa a pasar año nuevo. Cuando me di cuenta que me cansaba haciéndolos y que no aguantaba más el dolor lumbar que apareció de la nada, decidí ir a hisoparme".
Luego de horas en el centro de testeo, dio positivo. "Sentí rabia porque no sé cómo me lo contagié y me sentía culpable, con miedo a que los que estuvieron 48 horas conmigo antes se hayan contagiado. Por suerte ni mi propia familia conviviente ni los demás se contagiaron, solo fui yo pero íbamos a estar solos los cuatro".
Aunque las dolencias fueron menores, para Gigi no fue fácil estar contagiada dos veces y más aun con una pequeña a cargo: "El contagiarse con niños es un tema muy complicado, es mucho más difícil transitar la enfermedad con ellos porque en nuestro caso, por ejemplo, mi marido y yo estábamos mal en el primer contagió y la más pequeña era asintomática, así que nos demandaba todo el tiempo de jugar, nos íbamos turnando para atenderla, para jugar como podíamos, para entretenerla"
Gigi atravesó el covid dos veces, tuvo 19 hisopados, dos PCR y quizás unos 11 aislamientos batiendo su propio record de 20 días. Todo lo vivido en dos años, le valió de reflexión: "Después de tantos aislamientos y doble contagio lo que más valoro de mi vida, los momentos que antes me parecían insignificantes o rutinarios porque no hay nada como la libertad".
"Debemos ser conscientes, empáticos y responsables por nosotros mismos, por quienes amamos y también por todo el personal de salud que son los que están al frente de esta batalla desde el día uno, exponiéndose constantemente no sólo al virus sino también a un montón de situaciones feas de gente desubicada y poco solidaria", expresó Gigi.
"Muchas personas se quedaron en el camino peleándola, no pudieron vencer la enfermedad y es por ellos también que debemos agradecer que estamos vivos nosotros y honrar la lucha de los que no contaron con esa suerte", concluyó.
Atravesar el virus con un adulto mayor
Daniel Ricardo Filippi (51) vive con su mamá Edit Ribodino de Filippi que tiene 82 años. El covid llegó a la casa cuando él se enfermó de coronavirus.
"Debo confesar que desde que empezó la pandemia, tuve contactos estrechos, pero nunca tuve ninguno de los síntomas o me tuve que hisopar por eso, el viernes pasado a la tarde cuando comencé a sentirme mal, pensé que algo no estaba bien. Tuve mucha fiebre esa noche y algunos vómitos. De inmediato pensé que era covid. Por eso, conociendo también mi cuerpo pensé que estaba infectado", contó.
Con dos dosis de vacuna y sin patologías, Daniel atraviesa el coronavirus, pero su preocupación es su mamá de 82 años. "Me preocupé por ella porque más allá de su edad y que tiene tres dosis de vacunas tiene párkinson en grado 4", contó.
Ante la situación, no pierde de vista a Edit y su salud. "Atravesar esto con un adulto mayor es un tema. Hay mucha desinformación u opiniones como qué tomar o qué hacer".
"Es difícil de convencerla en algunas cosas, pero hace años que estoy a cargo de ella y sé algunos trucos. Lo importante es sacarle el miedo a la enfermedad y estar atentos a su evolución", agregó.
Edit Ribodino de Filippi pasa el tiempo de su aislamiento con la página de entretenimiento de LA VOZ DE SAN JUSTO.
El diario para pasar el rato
Con los días de encierro, Daniel aprovechó para poner en orden su casa. "Nos pusimos a ordenar, a separar para donar. Siempre hay algo que está ahí por meses y seguro a alguien le va a servir. La casa es grande y cada uno puede hacer su historia. A veces ese tiempo extra al principio agobia y después, es impagable", comentó.
En la casa de los Filippi el diario era habitual tres veces por semana y las páginas de entretenimiento se convirtieron en el pasatiempo de Edit. Por eso, Daniel decidió comprarlo todos los días porque ayudan mucho a su mamá.
"La verdad es que se convirtió en una buena opción para ella. Le gusta, se divierte y pasa el tiempo. Además, le hace bien a su memoria", relató el hombre.
Daniel es conocido por su voluntariado en la ONG "Proyecto Pulguitas" de la ciudad de Frontera, Santa Fe y además es cuidador/paseador de perros. Para él "se complica quedarse encerrado porque siempre está en la calle. A pesar de eso, tiene compañeras de 'fierro' que ayudan en todo".
"Con la experiencia del principio de la pandemia, donde los días se hicieron interminables, y al tercer día ya tenías todo resuelto más mi madre incluida, esta vez repasaré algunas cosas que hice de pasada. Es increíble verte caminar hacia la puerta que da a la calle solo para ver cómo te movés sin posibilidad de salir", lamentó.
"Cuando salga voy a cuidarme más, confieso que me cuesta usar barbijo, pero voy a usarlo y a mantener la distancia social, aunque reconozco que interactúo más con animales que con humanos", concluyó el hombre.