“Ahora estamos quietos”, aseguraba el “Perro chocao” a LA VOZ DE SAN JUSTO en marzo
Pablo Zalazar se encontraba prófugo de la Justicia y se entregó esta mañana luego de los allanamientos realizados en el marco del megaoperativo antinarco concretado en la madrugada del pasado lunes 17 de septiembre. En marzo se despegaba de este tipo de acusaciones en una nota con este diario.
En marzo de este año, la violencia encrudecía en barrio Acapulco (Josefina) con tiroteos en las calles y heridos de bala. Y entre las calles del barrio, un apellido resonaba: Zalazar. Justamente un adolescente de 14 años, de esta familia, había sufrido un disparo de bala de goma en el transcurso de un allanamiento efectuado en su vivienda en Calle 24 al 500.
El menor, hijo de Pablo Salazar, alias "Perro chocao", sufrió lesiones en su pierna izquierda cuando efectivos del GAT (Grupo de Apoyo Táctico) ingresaron cerca de las 9 a la casa. Se trataba del hermano de otro adolescente, de 15, que fue herido en una feroz balacera desatada en la noche del lunes 26 de febrero en el mismo sector.
LA VOZ DE SAN JUSTO accedió en esa oportunidad a dialogar con Pablo Zalazar, quien se despegó de las versiones que lo vinculaban a la venta de drogas, causa por la cual se habrían desatado estos inconvenientes.
Purgó condenas
El "Perro chocao", quien hoy se entregó a la Justicia Federal ya que era buscado desde el día en que se realizó un megaoperativo narco, purgó condenas en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza en la provincia de Buenos Aires, en Santiago del Estero y también en Chaco. Pese a ello, en el mes de marzo se despegaba de la ola delictiva actual y del negocio de la venta de drogas y aseguró que trabajaba de changas.
"Estábamos tranquilos, nosotros no molestamos a nadie y a cada rato nos efectúan disparos en contra de la vivienda, no sé qué está pasando", decía ante las agresiones sufridas por su familia.
¿Por qué cree que lo acusan de ser un narcotraficante?, le preguntó este diario a Salazar, quien respondió: "La gente habla muchas cosas, pero no saben cómo vivimos nosotros. Yo ahora me dedico a hacer changas, en un momento teníamos con mi otro hijo un comedor en San Francisco y lo tuvimos que cerrar porque a él lo tirotearon. Lo que dicen sobre mí son versiones de Facebook truchos que han inventado no sé con qué interés, esto es por bronca. Nosotros no molestamos a nadie, yo estuve en cana y ya pagué lo que hice con la condena y ahora estamos quietos, no hacemos nada fuera de la ley".