“Siempre le digo a mis alumnos que soy profesora de Historia porque soy un producto de mi época”
La profesora e investigadora Jaqueline Gómez realiza un interesante trabajo sobre el regreso dela democracia.
Con el fin de colaborar en un libro digital que indaga sobre los intendentes democráticos que iniciaron sus gestiones a partir de 1983 -tras la última dictadura militar- en la provincia de Córdoba, la profesora de Historia e investigadora local, Jaqueline Gómez, se encuentra realizando una investigación que parte de la intendencia de Ricardo Cornaglia y el marco político que se suscitó de allí en adelante.
'La historia política de Córdoba' es el título del libro que, junto a otras investigaciones, tendrá un capítulo con lo sucedido en San Francisco. El proyecto es parte de uno de los equipos de investigación del que forma parte Jaqueline en la ciudad de Córdoba.
La profesora expresó a LA VOZ DE SAN JUSTO que se encuentra "todavía en la recolección de fuentes de información sobre el gobierno radical de Ricardo Cornaglia, me interesa analizar cuáles fueron los primeros problemas que se le presentaron, cómo actuaba la oposición en ese momento y me resulta llamativo cómo se repiten ciertos actores políticos que venían gobernando San Francisco, entre las décadas del '60 y del '70. A su vez, comienzan a surgir las nuevas generaciones políticas, que las vamos a ver recién plasmadas en los noventa con el gobierno de Jorge Luis Bucco".
"Analizar también la relación del gobierno local con el gobierno provincial y con el nacional, que por lo que pude averiguar fue mejor con Raúl Alfonsín que con Eduardo Angeloz (el entonces gobernador de la provincia)", añadió Jaqueline y expresó que "a la intendencia de Cornaglia, el recuerdo popular la plantea como una buena intendencia, hasta ese momento se evaluaba si las calles estaban limpias y no había disturbios".
Una gran cantidad de listas
Cabe destacar que la vuelta a la democracia produjo que en la ciudad se presentara "una gran cantidad de listas, al radicalismo y al peronismo se sumaron, entre otros, la Democracia Cristiana, el Partido Intransigente y la Izquierda". La efervescencia política se hizo sentir al punto que arribaron a la ciudad en la campaña tanto Raúl Alfonsín como el candidato justicialista, Ítalo Argentino Luder.
Tras la elección, Jaqueline adujo que "a nivel país la derrota del peronismo en el '83 pegó muy fuerte y desde ese partido comenzaron a replantearse una necesidad de recambio generacional. Con los años en nuestra ciudad se comienza a desarrollar la Juventud Radical (JR) con una fuerte presencia, participan los Centros de Estudiantes. Esto tiene que ver con lo que había promovido Alfonsín y es en parte lo que nos pasó a todos los que vivimos esa época, donde se vivió un importante llamado a la afiliación, que fue altísima en todo el país".
"Mi familia fue radical, yo seguí esa línea durante el gobierno de Alfonsín y después comencé a votar a la Izquierda porque el radicalismo se fue para cualquier lado y hoy ni hablemos, la situación con los dirigentes actuales da lástima y vergüenza, siempre me pregunto qué diría (Raúl) Alfonsín si estuviera vivo", añadió la profesora.
La necesidad de indagar en la historia
El caso de Jaqueline es de muchos que crecieron desde niños viendo en los dirigentes políticos el traje verde olivo de los militares. El cambio democrático sería tajante para no pocas personas. "Siempre le digo a mis alumnos que soy profesora de Historia porque soy un producto de mi época, en el sentido de haberme criado siempre bajo gobiernos dictatoriales para mí era normal que un presidente o intendente estuviera vestido de milico. Y de pronto, cuando estalla la Guerra de Malvinas... siempre les cuento a mis alumnos que llegamos al colegio y nos dijeron que teníamos que cantar la marcha de Malvinas. Y nadie la sabía".
"La profesora de Historia nos hacía llevar recortes de diario, y todos los días en los primeros veinte minutos en la materia que fuera leíamos en las notas que íbamos ganando... y eso generaba, como éramos chicos, que gritáramos y aplaudiéramos. Y cuando perdemos la Guerra y volvemos la clase, enojados por el verso que nos habían hecho, la profesora de Historia nos mira (era una mujer buenísima, condicionada seguramente por el tiempo y con algunos miedos) y dice 'del tema no se habla más, abran la carpeta y pongan de título 'Presidencia de Domingo Faustino Sarmiento' y sobre eso nos dictó los 80 minutos de la clase. Y eso me marcó para decir que tenía que estudiar Historia", finalizó.