“Si Germán Abdala viviera, le diría a Macri que no está a la altura de gobernar un país”
Así lo afirma el actor Pablo Razuk, que se luce en el personaje del recordado dirigente sindical estatal en una obra inspirada en su lucha y su vida, que llegó a San Francisco. Diferencia al "Turco" de los gremialistas de hoy.
El movimiento sindical argentino se hace carne en el teatro e inspira a directores. Es el caso de "Germán", la obra sobre el sindicalista de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Germán Abdala, que el actor Pablo Razuk personifica y trae a la actualidad esa lucha del pasado.
Para el actor, de cepa militante, peronista y amante del fútbol, Abdala alentaría el encuentro, nunca la grieta y enfrentaría al presidente Mauricio Macri, desde lo que él considera, una visión inteligente sin pelos en la lengua: "Germán enfrentaría a Macri y le diría con mucha sutileza y diplomacia que él no está a la altura de gobernar un país, que no tiene la experiencia, la sapiencia y los recursos de la justicia social para hacerse cargo del Estado. Estoy seguro que el mismo Macri no tendría palabras para contestarle", dijo Razuk en entrevista con LA VOZ DE SAN JUSTO, antes de presentarse en el Teatrillo Municipal con la obra "Germán".
"Abdala tenía una visión inteligente de lo que sucedía en el país y también era muy visionario de lo que podía llegar a pasar. Ponía sobre la mesa una forma de ver la realidad muy distinta a la que ven el resto de los sindicalistas que conocemos en la actualidad", indicó Razuk.
Y estimó que el recordado dirigente sindical, que falleció hace 26 años a causa del cáncer, estaría a favor de acercar posiciones y no alimentaría la grieta, sino que "estaría parado en el lugar del encuentro y de la forma más democrática posible le pediría a todos los que están en el poder que pongan un freno a las diferencias. Para él, habría que barajar y dar de nuevo", dijo el también docente de teatro.
La obra que dirige Sebastián Berenguer muestra diferentes facetas del "Turco" Abdala, tanto como uno de los dirigentes más destacados de la segunda mitad del siglo 20 como así también como padre, hijo, hermano y amigo.
"El hecho de poder contar la historia de hombres que hicieron mucho por la Argentina, señores comunes que tenían preguntas y buscaban soluciones, que se animaron a hacer cosas por la justicia social sin nada a cambio, es gratificante".
Trascender el personaje
Además del personaje de Abdala, Razuk es el actor principal de "Padre Carlos", la historia del padre Carlos Mugica, quien hace hace 45 años se convirtió en un símbolo del compromiso eclesiástico con los sectores populares al caer asesinado por la organización parapolicial Triple A, que comandaba el entonces ministro de Bienestar Social, José López Rega.
De esta manera, Razuk se pone en la piel de dos hombres de personalidad fuerte y no titubeó al aceptar interpretarlos en el teatro, porque -asegura-, algo de ellos lleva en su sangre. "Un poquito de Carlos y Germán llevo dentro mío. Hay algo del sindicalismo y la lucha social que me pertenece y me siento identificado con las palabras tanto de uno como del otro", contó.
"Las palabras de ellos se hacen carne en mí y resuenan. Para hacerlo, tengo que sacar a relucir mi esencia de militante peronista cuando era joven y del pensamiento de izquierda que no deja de estar en mí. Ellos me usan y yo a ellos, porque de alguna manera a través de mi persona se puede conocer todo lo que les quedó por decir, aquello que no pudieron hacer, tratando de mostrar el amor por el prójimo en todos los formatos", continuó el actor rosarino.
Pablo Razuk junto al director Sebastián Berenguer
Teatro militante
El teatro militante le dio mayor impulso a la carrera artística de Razuk, que entiende la actuación cono una práctica colectiva y de denuncia, sobre todo, en épocas de una coyuntura socialmente agitada de la crisis.
Siempre estuvo el escenario presente en su vida. Aun antes del teatro, Razuk formó parte de la banda de rock rosarina La Cortina.
"El hecho de poder contar la historia de hombres que hicieron mucho por la Argentina, señores comunes que tenían preguntas y buscaban soluciones, que se animaron a hacer cosas por la justicia social sin nada a cambio, es gratificante. Eso es lo que cautiva al público, el hecho de que tomaron la iniciativa de terminar con las injusticias sociales", comentó.
"La gente ama el teatro de hombres reales porque puede conocer la historia de los hombres que son parte de su `banco de datos´, pero que no saben los verdaderos relatos. Si bien estamos haciendo historia, queda mucho por decir y el teatro lo está permitiendo", concluyó Razuk.