“Seremos inflexibles, el policía debe ser profesional, sino, buscar otro trabajo”
“Seremos inflexibles, el policía debe ser profesional, sino, buscar otro trabajo”
Marcos Derfler tiene 43 años y hace 25 que está
en la policía, hoy no solo es comisario inspector, sino que como director
general de la Departamental Norte está en la plana mayor renovada de la fuerza.
Marcos Derfler tiene 43 años y hace 25 que está
en la policía, hoy no solo es comisario inspector, sino que como director
general de la Departamental Norte está en la plana mayor renovada de la fuerza.
-
Derfler: “Espero poder cumplir con lo que la gente espera y tener salud para hacerlo”.
Por Ivana Acosta | LVS
La Dirección Departamental Norte de la
Policía de la Provincia de Córdoba, al igual que otras del territorio, está en
proceso de transición después de los hechos de "gatillo fácil" que provocaron
una suerte de reestructuración - en cuanto a jefaturas - dentro de la fuerza. O
lo que comúnmente se llama purga.
Dos casos puntuales donde policías son
investigados por su irregular actuación que derivó en las muertes de Blas
Correa y Joaquín Paredes dispararon una depuración en diferentes puestos clave
de la cúpula policial y obligó al gobierno provincial a replantear la modalidad
con que deben operar.
En particular, el crimen en Paso Viejo
de Paredes primero llevó al desplazamiento del jefe y subjefe Jorge Funes y
Ariel Vargas. Después siguió escalando hasta motivar el apartamiento del comisario
general Leonardo Páez Stelmach que era el jefe de la Dirección de
Departamentales Norte (DDN).
Stelmach será recordado por aducir en
el inicio de la investigación por ese caso que todo fue parte de "un
enfrentamiento" donde "los policías se defendieron de agresiones físicas y
verbales".
Esa inmensa vorágine pasó como un
torbellino por la estructura de la policía cordobesa. En la DDN se designó en lugar
de Stelmach como director al morterense comisario Inspector Marcos Derfler que
deberá supervisar las actuaciones de 14 departamentales, incluida la de San
Justo.
En la trayectoria de su ascenso en la
fuerza dijo que su primer destino fue la subcomisaría de Miramar, luego (en
2003) se convirtió en el creador del Gers (Grupo Especial de Rescate y
Salvamento), jefe de comisaría de Balnearia, pasó a Brinkmann como comisario,
al ascender fue jefe de Zona de Las Varillas y de ahí al Duar (Departamento de
Unidad de Alto Riesgo que coordina todos los equipos Gers de la provincia).
A pocas semanas de estar en el cago,
Derfler, que es un apellido conocido por sus actuaciones en la región, analizó en
diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO la
situación actual de la fuerza y contó detalles sobre su nuevo desafío.
-¿Cómo es este nuevo ámbito en que se desenvuelve?
Me ha tomado por sorpresa ser elegido para
formar parte de la plana mayor de la Policía, pero lo tomo con mucha ansiedad
de generar cosas como siempre lo hice en destinos anteriores. En los destinos
que tuve siempre me tocó ejercer en un rango superior apuntalando un concepto
que para mí es clave como la capacitación.
-Usted conoce la Departamental San Justo y ahora tiene
14, además de la Patrulla Rural. ¿Las conocía o solo ahora está haciéndolo?
Al estar a cargo del Duar las conocía,
pero solo la geografía, policialmente en estos 20 días en el cargo recorrí la
mitad de las departamentales porque a mí me gusta estar en el terreno. Eso me
ayuda a tomar mejores decisiones y también tener un contacto directo con el
personal, que no vean al director como algo lejano.

"En estos 20 días en el cargo recorrí la mitad
de las departamentales porque me gusta estar en el terreno. Eso me ayuda a
tomar mejores decisiones y también tener un contacto directo con el personal,
que no vean al director como algo lejano".
-Este año hubo grandes cambios en la estructura
policial, nuevos casos de "gatillo fácil", ¿cómo se transformó la función del
policía?
La policía ha sido atravesada en el
último por hechos graves y trascendentales que obliga a reconocer errores. En
ese sentido, adhiero a las palabras de la jefa de policía (Liliana Zárate Belletti)cuando dijo "es importante reconocer los errores", en
función de esa autocrítica se puede diagnosticar la solución, si no reconocemos
el problema no podemos encontrarla. Son situaciones difíciles en este tiempo,
el contexto también hay que reconocerlo, pero eso se combate con tres pilares.
Uno es la capacitación, el entrenamiento y la formación, si entendemos eso para
consolidar la capacitación seguramente habrá un impacto favorable y en esa transición
estamos con los nuevos protocolos. Ahora en la DDN estoy haciendo hincapié en
una policía más formada capacitada.
"Es importante la formación porque en el tiempo
se pude diagnosticar quién la tiene y no que sea solo una salida laboral. Hoy
queremos conjugar eso con la vocación. Quien no lo entienda seremos
inflexibles, el que no entienda que la policía tiene que ser profesional, estar
capacitado, dar respuestas rápidas y prácticas deberá buscar otro trabajo".
-Usted tiene casi 25 años de carrera en la Policía,
¿aún persiste esa vocación que aseguraban tener los policías?
Ahora los cursos de formación e
ingreso a la fuerza son de tres años y eso dio un dato de interés con un gran
porcentaje de los aspirantes han desistido de continuarlos, eso denota que no
todos tenían la vocación, por ejemplo. En ese sentido, es importante la
formación porque en el tiempo se pude diagnosticar quién la tiene y no que sea
solo una salida laboral. Hoy queremos conjugar eso con la vocación. Quien no lo
entienda seremos inflexibles, el que no entienda que la policía tiene que ser
profesional, estar capacitado, dar respuestas rápidas y prácticas deberá buscar
otro trabajo.
-¿Qué aporte da la capacitación?
Es enorme, debe capacitarse con otras
fuerzas, dedicarse al estudio y comprender el nuevo paradigma mundial que hay
respecto a la seguridad.
-Los cambios en la cúpula, sumado a la polémica por
los casos de brutalidad policial ¿debilitan a la fuerza o cómo potencian el
cambio?
La refuncionalización tiene que ver
mucho con que reconocer errores nos hará crecer, tenemos que trabajar en cómo
podemos mejorar y también hay que trabajar en el día a día porque por un lado,
los cursos de ingresos van a durar tres años, pero hay otros policías en la
calle y sobre ellos tenemos que consolidar los cambios, que sean monitoreados y
evaluados permanentemente. Allí hay casos no deseados y tenemos que detectarlos
para apartarlos. Cuando veamos un policía así, tendremos que poner en
conocimiento a la Dirección General de Conducta Policial y por otro lado al
Tribunal de Conducta, independientemente que debamos hacerlo en la justicia
también.
-¿Qué objetivo personal tiene con este nuevo cargo?
Pido que Dios me dé salud para poder
darle al máximo un servicio de calidad a la gente como policía, más llegando a
las últimas etapas de carrera. Espero poder cumplir con lo que la gente espera
y tener salud para hacerlo.
-¿Qué le diría al Marcos que empezó la carrera y al
del futuro?
Al joven le diría que se prepare, que
la sociedad es muy exigente, que se capacite y busque siempre la honestidad,
transparencia y el compromiso institucional. Al del futuro justamente pediría
que redoble los esfuerzos cuando uno podría empezar a relajarse, hoy es todo lo
contrario, hay que potenciar la experiencia, capitalizarla y profundizar ese
trabajo para que tenga un impacto positivo en la sociedad.

Derfler asumió el desafío más grande de su
carrera.
Por Ivana Acosta | LVS
La Dirección Departamental Norte de la
Policía de la Provincia de Córdoba, al igual que otras del territorio, está en
proceso de transición después de los hechos de "gatillo fácil" que provocaron
una suerte de reestructuración - en cuanto a jefaturas - dentro de la fuerza. O
lo que comúnmente se llama purga.
Dos casos puntuales donde policías son
investigados por su irregular actuación que derivó en las muertes de Blas
Correa y Joaquín Paredes dispararon una depuración en diferentes puestos clave
de la cúpula policial y obligó al gobierno provincial a replantear la modalidad
con que deben operar.
En particular, el crimen en Paso Viejo
de Paredes primero llevó al desplazamiento del jefe y subjefe Jorge Funes y
Ariel Vargas. Después siguió escalando hasta motivar el apartamiento del comisario
general Leonardo Páez Stelmach que era el jefe de la Dirección de
Departamentales Norte (DDN).
Stelmach será recordado por aducir en
el inicio de la investigación por ese caso que todo fue parte de "un
enfrentamiento" donde "los policías se defendieron de agresiones físicas y
verbales".
Esa inmensa vorágine pasó como un
torbellino por la estructura de la policía cordobesa. En la DDN se designó en lugar
de Stelmach como director al morterense comisario Inspector Marcos Derfler que
deberá supervisar las actuaciones de 14 departamentales, incluida la de San
Justo.
En la trayectoria de su ascenso en la
fuerza dijo que su primer destino fue la subcomisaría de Miramar, luego (en
2003) se convirtió en el creador del Gers (Grupo Especial de Rescate y
Salvamento), jefe de comisaría de Balnearia, pasó a Brinkmann como comisario,
al ascender fue jefe de Zona de Las Varillas y de ahí al Duar (Departamento de
Unidad de Alto Riesgo que coordina todos los equipos Gers de la provincia).
A pocas semanas de estar en el cago,
Derfler, que es un apellido conocido por sus actuaciones en la región, analizó en
diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO la
situación actual de la fuerza y contó detalles sobre su nuevo desafío.
-¿Cómo es este nuevo ámbito en que se desenvuelve?
Me ha tomado por sorpresa ser elegido para
formar parte de la plana mayor de la Policía, pero lo tomo con mucha ansiedad
de generar cosas como siempre lo hice en destinos anteriores. En los destinos
que tuve siempre me tocó ejercer en un rango superior apuntalando un concepto
que para mí es clave como la capacitación.
-Usted conoce la Departamental San Justo y ahora tiene
14, además de la Patrulla Rural. ¿Las conocía o solo ahora está haciéndolo?
Al estar a cargo del Duar las conocía,
pero solo la geografía, policialmente en estos 20 días en el cargo recorrí la
mitad de las departamentales porque a mí me gusta estar en el terreno. Eso me
ayuda a tomar mejores decisiones y también tener un contacto directo con el
personal, que no vean al director como algo lejano.

"En estos 20 días en el cargo recorrí la mitad
de las departamentales porque me gusta estar en el terreno. Eso me ayuda a
tomar mejores decisiones y también tener un contacto directo con el personal,
que no vean al director como algo lejano".
-Este año hubo grandes cambios en la estructura
policial, nuevos casos de "gatillo fácil", ¿cómo se transformó la función del
policía?
La policía ha sido atravesada en el
último por hechos graves y trascendentales que obliga a reconocer errores. En
ese sentido, adhiero a las palabras de la jefa de policía (Liliana Zárate Belletti)cuando dijo "es importante reconocer los errores", en
función de esa autocrítica se puede diagnosticar la solución, si no reconocemos
el problema no podemos encontrarla. Son situaciones difíciles en este tiempo,
el contexto también hay que reconocerlo, pero eso se combate con tres pilares.
Uno es la capacitación, el entrenamiento y la formación, si entendemos eso para
consolidar la capacitación seguramente habrá un impacto favorable y en esa transición
estamos con los nuevos protocolos. Ahora en la DDN estoy haciendo hincapié en
una policía más formada capacitada.
"Es importante la formación porque en el tiempo
se pude diagnosticar quién la tiene y no que sea solo una salida laboral. Hoy
queremos conjugar eso con la vocación. Quien no lo entienda seremos
inflexibles, el que no entienda que la policía tiene que ser profesional, estar
capacitado, dar respuestas rápidas y prácticas deberá buscar otro trabajo".
-Usted tiene casi 25 años de carrera en la Policía,
¿aún persiste esa vocación que aseguraban tener los policías?
Ahora los cursos de formación e
ingreso a la fuerza son de tres años y eso dio un dato de interés con un gran
porcentaje de los aspirantes han desistido de continuarlos, eso denota que no
todos tenían la vocación, por ejemplo. En ese sentido, es importante la
formación porque en el tiempo se pude diagnosticar quién la tiene y no que sea
solo una salida laboral. Hoy queremos conjugar eso con la vocación. Quien no lo
entienda seremos inflexibles, el que no entienda que la policía tiene que ser
profesional, estar capacitado, dar respuestas rápidas y prácticas deberá buscar
otro trabajo.
-¿Qué aporte da la capacitación?
Es enorme, debe capacitarse con otras
fuerzas, dedicarse al estudio y comprender el nuevo paradigma mundial que hay
respecto a la seguridad.
-Los cambios en la cúpula, sumado a la polémica por
los casos de brutalidad policial ¿debilitan a la fuerza o cómo potencian el
cambio?
La refuncionalización tiene que ver
mucho con que reconocer errores nos hará crecer, tenemos que trabajar en cómo
podemos mejorar y también hay que trabajar en el día a día porque por un lado,
los cursos de ingresos van a durar tres años, pero hay otros policías en la
calle y sobre ellos tenemos que consolidar los cambios, que sean monitoreados y
evaluados permanentemente. Allí hay casos no deseados y tenemos que detectarlos
para apartarlos. Cuando veamos un policía así, tendremos que poner en
conocimiento a la Dirección General de Conducta Policial y por otro lado al
Tribunal de Conducta, independientemente que debamos hacerlo en la justicia
también.
-¿Qué objetivo personal tiene con este nuevo cargo?
Pido que Dios me dé salud para poder
darle al máximo un servicio de calidad a la gente como policía, más llegando a
las últimas etapas de carrera. Espero poder cumplir con lo que la gente espera
y tener salud para hacerlo.
-¿Qué le diría al Marcos que empezó la carrera y al
del futuro?
Al joven le diría que se prepare, que
la sociedad es muy exigente, que se capacite y busque siempre la honestidad,
transparencia y el compromiso institucional. Al del futuro justamente pediría
que redoble los esfuerzos cuando uno podría empezar a relajarse, hoy es todo lo
contrario, hay que potenciar la experiencia, capitalizarla y profundizar ese
trabajo para que tenga un impacto positivo en la sociedad.

Derfler asumió el desafío más grande de su
carrera.