Los chicos y el inglés: ¿por qué aprender una segunda lengua?
En esta época del año, en los padres surge el dilema de enviar o no a los chicos a clases extra escolares. Hacerlo les permitirá no solo ampliar su bagaje cultural sino también desarrollar capacidades. Las ventajas de comenzar este aprendizaje a temprana edad.
Comienza el año escolar y muchos padres están pensando en que sus hijos se formen en inglés. En tanto, algunos todavía no lo decidieron debido a la inversión que implica enviar a un niño a un instituto privado o porque hay ciertos prejuicios, creen que son chicos y confían en que Internet, la televisión o el mismo colegio les enseñarán lo suficiente sobre el idioma.
Sin embargo, el profesor de inglés siempre será el apoyo sustancial para una buena adquisición del lenguaje.
La directora del English Private Intitute (EPI), Ana María Ambroggio, destacó en diálogo con VOZ MUJER que "con la adquisición de una lengua extranjera, el niño adquiere un mayor desarrollo cognitivo y mejor comunicación, habilidad de resolución de problemas, rapidez mental, concentración y atención selectiva".
"Está comprobado que estimular la escucha
y el uso de palabras de un nuevo idioma produce cambios a nivel corteza
cerebral que facilita la internalización de
los aprendizajes en forma rápida y permanente", aseguró la docente.
La edad ideal para
empezar
Sobre la edad conveniente para que comiencen a estudiar la lengua inglesa, la directora de EPI señaló que la primera infancia es la mejor y tiene sus beneficios. En ese período del crecimiento del chico, cuatro años es la edad ideal para comenzar a estudiar inglés.
"Los niños son como esponjas, absorben todo -metaforizó-. Poseen la capacidad de aprender de manera fácil y natural, a través de juegos, canciones, programas de televisión, jueguitos en la tablet u otras actividades divertidas. El cerebro adquiere comportamientos de forma inconsciente en toda la infancia. Es por eso que mientras más joven empiece, por ejemplo, a los cuatro años, mejor será su dominio y pronunciación. Luego podrán desarrolla más de un idioma sin frustraciones, no sienten vergüenza y estarán más dispuestos a aceptar costumbres de otras culturas. Entonces, los cuatro años es la edad ideal para empezar a adquirir este aprendizaje".
Que aprender sea placentero
Con un cúmulo de actividades diarias que ya tienen los chicos como el deporte o jornada extendida en la escuela, la forma de acercarse al inglés debe hacerse a través del placer de aprender. "La motivación es esencial en estos casos, acercándolos a través del placer que implica aprender. Hay que trabajar padres y docentes en la ansiedad, la creatividad y las habilidades socio emocionales del niño", señaló Ambroggio.
En las clases en ese primer acercamiento en los institutos "los profesores hacen que el aprendizaje sea divertido y agradable. Los alumnos aprenden de una manera muy lúdica y práctica por medio de canciones, juegos; ofreciendo situaciones significativas y relevantes y obviamente siguiendo la personalidad e interés de los chicos.
Mitos y verdades
A continuación, Ambroggio deja en claro algunos mitos que rodean al inglés:
-La gente piensa que los alumnos van a confundir el inglés con el español: "Si no manejan bien el castellano, ¿cómo van a aprender un nuevo idioma?", aseguró Ambroggio. "La realidad es que los idiomas son tan diferentes que las palabras no se confunden ni es impedimento para el uso del español, sino, preguntémonos cómo hacen los niños cuyos padres son de diferentes nacionalidades y viven en distintos países a lo largo de su infancia. Estos manejan a la perfección tres, cuatro o cinco idiomas a la vez", agregó.
-Se Aprende con programas de Internet sin un profesor o por la televisión con programas infantiles. Para Ambroggio, "esto en parte es verdad. Hay muy buenos recursos virtuales en la web y programas que usan el léxico del inglés y enseñan a través de los dibujos, pero ni uno ni el otro van a reemplazar a un profesor en cuanto a aclarar dudas en forma rápida y eficiente economizando tiempo y esfuerzo. Un docente va a su ritmo, lo acompaña en el proceso de aprendizaje y corrige los errores. Se puede aprender gramática pero no la pronunciación ni conversación o lectura".