Las secretarias del médico, las otras esenciales en la pandemia
En el Día de la Secretaria, LA VOZ DE SAN JUSTO rinde un homenaje a todas ellas visibilizando a estas mujeres que trabajan a destajo y le ponen el cuerpo a la lucha contra el coronavirus.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Al igual que médicos y enfermeros, las secretarias del sector de salud son esenciales en esta pandemia de coronavirus. Como nexo entre los pacientes y los profesionales, esta inédita experiencia las puso en una función que se llenó de incertidumbre, miedos y también de desafíos.
Aunque no fue nada fácil adaptarse aésta emergencia, todas fueron aprendiendo día a día, cuidándose con las medidas de bioseguridad y cuidando a pacientes y profesionales de los centros de salud.
Cambiaron su forma de trabajar, de manera virtual gestionan prácticas y recetas ante las obras sociales; también con mucha paciencia, explican a los pacientes mayores esta nueva manera digital de realizar las consultas médicas.
El distanciamiento les sacó el apretón de manos, el abrazo o el beso, pero no quitó el calor humano de la relación con los pacientes. Aún detrás de los barbijos, sigue intacta la sonrisa y el objetivo de brindar el mejor servicio.
Hoy 4 de septiembre es el Día de la Secretaria y aunque se homenajea quienes realizan esta tarea indispensable en distintos rubros como escuelas, empresas, universidades, etc., en este año tan especial LA VOZ DE SAN JUSTO quiso recoger la experiencia de estas trabajadoras que organizan turnos, recetas, consultorios, siempre aliviando a quienes llegan a clínicas o sanatorios con dolor, miedo y angustia a consultar al doctor.
Elizabeth Campos, del Sanatorio y Clínica San Justo; Viviana Ríos, de la Clínica de Especialidades "Enrique J. Carrá"; Carina Valverde, de la Clínica Regional del Este y Fernanda Basílico, del Sanatorio Argentino, contaron cómo viven la pandemia desde su puesto de trabajo.
Que no se rompa el vínculo con los pacientes
En los 36 años que trabaja como secretaria en el Sanatorio San Justo, Elizabeth Campos pasó por mucha emergencias sanitarias, como el brote de gripe A, hepatitis, meningitis, pero esta pandemia las superó a todas y según admitió, sintió miedo.
"Tuve miedo, los primeros días incluso mi familia tenía temor que me enfermara, pero después con el paso de los días todo fue mejorando. Lo que sí tengo es mucho cuidado, cumplo con todas las medidas de bioseguridad, como el uso del barbijo, el lavado de manos, uso de alcohol en gel e incluso en el escritorio tengo un plástico que me distancia de los pacientes. Salgo del sanatorio y no voy a ningún otro lado, voy a casa, me lavo las manos y me saco la ropa para ventilarla", contó Eli, como la llaman todos en la clínica.
Elizabeth Campos
Aunque usa obligatoriamente el barbijo como corresponde, Eli sostiene que"una sonrisa para recibir al paciente es fundamental, la gente viene con dolor y angustia, por eso me molesta -afirmó-. Con esto se perdió el hecho de abrazarse, besarse, darse un apretón de manos, hay gente que tiene esa costumbre y eso se extraña mucho, pero tenemos que cuidarnos y cuidar a los demás".
Es que está acostumbrada al contacto estrecho con los pacientes, afirmó que el "vínculo con ellos siempre es importante y es muy estrecho, hay gente que las recuerdo como si fueran de mi familia".
El desafío del mundo virtual
En la clínica cambió muchísimo la forma en que realiza su tarea. Ahora además de asegurarse que los pacientes cumplan con el distanciamiento social y que no estén esperando tanto tiempo en los pasillos, realiza muchas gestiones vía mail o por Whatsapp.
"Nos manejamos mucho con el mail, algunas obras sociales aceptan las recetas digitales, con algunas los trámites son máságiles y otras no. El problema es que a mucha gente grande le cuesta esta nueva manera de trabajo y que por su edad la están pasando mal, son pacientes de riesgo, por eso tratamos de hacérselo lo más fácil posible, tratando de aliviar la angustia ante esta situación que vivimos", indicó Elizabeth.
"Mantenemos la armonía con el resto de la clínica, somos el nexo también entre cada uno de los servicios. El compañerismo en esto es fundamental, es muy importante nuestro rol, no somos secretarias solamente de un médico sino de otros especialistas porque muchas veces tenemos que vincular a los servicios de la clínica", finalizó.
Un trabajo en la línea de fuego
Al principio la gente tenía mucho temor y no iba a los centros de salud, pero de a poco eso fue cambiando, aunque con los nuevos contagios en la ciudad se refuerzan las medidas de precaución.
Para Viviana Ríos, esta experiencia fue "de las más traumáticas, hace 16 años que trabajo y pasé la gripe A, pero ésta es más fuerte. Al principio parecía algo lejano pero después llegó y tuvimos miedo al principio porque no sabíamos bien de qué se trataba".
"Tomamos todos los recaudos de higiene continuos, el uso de alcohol, lavado de manos, uso de mascarilla y tapabocas, cambiamos muchas cosas, aunque siempre está en el pensamiento que puede venir una persona infectada".
Viviana Ríos
Cambiaron muchas cosas en la forma de trabajar, especialmente en lo que hace a la cuestión digital. "Orientamos a la gente mayor sobre todo con las recetas virtuales de Pami, tenemos que tener mucha paciencia para enseñar y muchos tienen trabas. Les brindamos herramientas y explicamos cómo se hacen estas cosas ahora con el distanciamiento social", afirmó Vivi.
Consideró que como secretarias "cumplimos varios roles, atendemos el teléfono, gestionamos los turnos, aclaramos dudas de los pacientes, entregamos recetas, dejamos los consultorios acondicionados para la atención, son muchas cosas. Es muy importante el trabajo porque ya conocemos los pacientes y se entabla una amistad con ellos, sabemos los nombres, es una confianza que se construyó con los años. También sentimos tristeza cuando algunos parten. Es una familia más".
"Hoy más que nunca nuestra tarea es esencial"
"Hoy más que nunca nuestra tarea es esencial", aseguró Carina Valverde que trabaja desde hace 32 años en la Regional.
Afirmó que no tuvo miedo aunque sí incertidumbre al no saber qué iba a pasar ante una enfermedad que no se conoce muy bien.
"No fue fácil porque nunca dejamos de trabajar -admitió-. Incorporamos medidas de bioseguridad como el uso de barbijos, alcohol en gel permanentemente, máscaras, gafas. Y obviamente distanciamiento social. También nos acostumbramos a los tunos por whatsapp o teléfono, se envían fotos a los pacientes que vienen de la zona para que puedan ingresar a la ciudad, además aprendimos el manejo de las recetas digitales".
Carina Valverde
Carina aseguró que el rol de una secretaria en una clínica es fundamental. "Es una ardua labor. Es estar atareada todo el tiempo, pero es también sentirte útil y tratar de solucionar los problemas a la gente que viene con una dolencia o con una enfermedad y tratar de simplificarle las cosas. Aunque a veces no es fácil, porque el mismo sistema complica, siempre tratamos de ser lo más amables posibles en el servicio".
Cuidarse entre todos
Para Fernanda Basílico, que trabaja en el Sanatorio Argentino, el rol de la secretaria de salud en esta pandemia "es hacer que se cumplan lo mejor posible las medidas de bioseguridad y que nos cuidemos entre todos. Siempre tratar de brindar la información correcta, actualizándonos ante cualquier cambio y estar pendientes que todo el que ingrese al sanatorio cumpla con las normas".
Si bien las secretarias "siempre estuvieron y están expuestas", confesó no sentir miedo. "Jamás sentí miedo, al contrario estoy tranquila sabiendo que hago lo correcto para cuidarme y también para cuidarlos, siguiendo el protocolo de bioseguridad".
En medio de alfombras sanitizantes, tapabocas, alcohol en gel y termómetros, el trabajo diario se trasladó a la virtualidad. "Con los jubilados realizamos recetas electrónicas para evitar que no concurran tanto a las clínicas. Aumentaron las llamadas telefónicas y nosotras siempre estamos tratando de solucionar todo lo que se pueda por ese medio para evitar que la gente se movibilize".
Fernanda Basílico
"Los pacientes de la zona solo pueden ingresar a la ciudad con un mensajito que confirme su turno con el médico y estamos facilitando las cosas de ese modo para que no tengan inconvenientes al ingresar. Creo que la mayoría de las personas ya están un poco cansadas de tanto tiempo de encierro y quizás se relajaron un poco. Eso no quita que sigan teniendo sus cuidados", indicó.
En este día especial todas dejaron un saludo para sus compañeras. "Gracias por la tarea desempeñada en conjunto. Nada sería posible sin el trabajo de cada una". ¡Feliz día a todas las secretarias!
¿Por qué es hoy el Día de la Secretaria?
El 4 de septiembre es el Día de la Secretaria en la Argentina. El motivo de la celebración se origina a partir de dos historias. Durante la segunda etapa de la Revolución Industrial, Christopher Sholes inventó la máquina de escribir. La hija del inventor probó su flamante creación y se convirtió así en ser la primera en practicar dactilografía, en 1850.
Cien años después de ese momento, los fabricantes de máquinas de escribir eligieron la fecha para recordar la invención de Sholes y fijaron el 4 de septiembre como un día para realizar una jornada para destacar la dactilografía.
La competencia se repitió año tras año hasta lograr que se fije el Día de la Secretaria, aunque cada país eligió la fecha de la celebración.
La segunda versión indica que el comienzo de esta celebración se inició en 1942, en Estados Unidos, donde se reconocieron los derechos de estas trabajadoras y se creó la Asociación Nacional de las Secretarias.
María Barret, presidente de la agrupación, organizó 10 años más tarde, en 1952, una reunión entre todas sus compañeras y juntas establecieron una fecha en honor a su labor: "la Semana Nacional de las Secretarias", aunque hoy lo conocemos como el Día de la Secretaria.