La capilla arrasada por el temporal que los vecinos rescataron
El templo San Martín de Porres, de a poco se recupera del temporal que el 14 de diciembre de 2018 le voló el techo. Voluntarios de barrio Dos Hermanos y de otros sectores de la ciudad salieron a su rescate, mientras aguardan la ayuda estatal prometida.
En la capilla de San Martín de Porres, en barrio Dos Hermanos en San Francisco, todo es silencio. Fieles adentro rezando sería el motivo lógico, pero no.
Las sillas están apiladas a los costados del salón principal, no hay bancos, solo el altar de mármol y la cruz siguen en el mismo lugar que hace un año.
El techo del templo ya fue reconstruido en gran parte, pero todavía resta el cielorraso. También la capilla arrasada por el temporal de diciembre aguarda volver a tener conexión eléctrica y ventiladores para poder celebrar misas los domingos.
El 3 de noviembre pasado, día de San Martín de Porres, los fieles regresaron pero el templo se volvió a cerrar y mañana domingo, volverán a abrirlo para una misa sencilla, para dar gracias porque en este año, con pequeños pasos, pudieron salir adelante. Sin embargo, la iglesia no es la misma.
"Es un milagro que el altar y las figuras no las haya arrasado la tormenta. Cuando se terminó el techo, la campana sonó. Queremos terminarlo por completo para que vuelva a sonar", dijo Olga Nicola, de la subcomisión cooperadora de la capilla.
Diciembre 2018 (arriba)- Diciembre 2019 (abajo). En el templo el
techo está, pero esperan que se cumpla con la ayuda prometida.
Falta pintura y detalles; los fieles saben que esta fue una verdadera prueba de fe. "Por algo nos pasó. Es un mensaje. Teníamos que empezar de abajo", agregó Olga.
La colocación del techo demanda una inversión cercana a los 400.000 pesos; cinco meses después de la tormenta, más de la mitad del costo de la obra se cubrió con donaciones anónimas.
Asimismo, Lo recaudado en las colectas de las misas en la iglesia Nuestra Señora de La Consolata fue a los fondos para la recuperación de la capilla San Martín de Porres. También hubo ventas de locro y otros eventos a beneficio, pero todavía no alcanza y esperan por un aporte económico prometido por la Provincia y el municipio.
Ayuda que salva
La capilla sin techo. Nunca imaginó encontrase ante esa imagen Roberto Galletto, colaborador de la iglesia, que vive a media cuadra. Sin embargo, sucedió aquel 14 de diciembre. La lluvia además arruinó el mobiliario y había huellas del desastre en cada rincón. No se parecía a una capilla.
"Todo el dinero vino de la gente, que además a veces traía una chapa, una bolsa de Portland o arena. Hasta el albañil y el herrero colaboraron con la mano de obra", destacó Jorge la ayuda colectiva.
Parte de la comisión que salió al rescate de la capilla
El centro vecinal del barrio aportó las sillas y los vecinos colaboraron con la limpieza.
La campaña sigue y quienes deseen ayudar pueden acercarse a la capilla en Pasaje Haití 261 o consultar en la iglesia Consolata, Caseros 240, teléfono (03564) 420767.