Industriales y comerciantes alertan sobre versiones de suba de los salarios
La posible idea de un fuerte aumento de sueldos desde el 10 de diciembre, desde el punto de vista de las empresas, cae en el peor momento del sector.
Los empresarios están lejos de avalar una suba de salarios del 20% al estilo de lo que le propuso días atrás Claudio Moroni, mencionado como futuro ministro de Trabajo en la administración de Alberto Fernández a los principales dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos (AIM) de San Francisco y la región y desde el Centro Empresarial y de Servicios (CES) manifestaron su desacuerdo con la medida.
Cuestionan que "el ajuste siempre lo tiene que hacer el sector privado", reclamando de esta manera una reciprocidad de parte del Estado.
El presidente de la AIM, Ariel Poli, no dudó en señalar que una suba generalizada de salarios "impactará de manera negativa" en el sector que no atraviesa el mejor momento.
"Las empresas están asfixiadas financieramente y además no tienen casi nada de trabajo - dijo-. Las pymes están pasando por un momento sumamente preocupante".
El pedido del sector
Poli instó al gobierno a poner en marcha "una reducción tributaria y una reforma laboral además de créditos blandos para la productividad".
"Las pymes son el motor de la economía de este país y para ayudarlas deben implementarse políticas que fomenten la producción y el desarrollo", sostuvo.
Para el titular de la AIM al gobierno nacional "resulta muy fácil avalar aumentos (de salarios) con el bolsillo ajeno. Lo mismo hizo el gobierno de Mauricio Macri con los bonos de fin de año. El esfuerzo siempre lo termina haciendo el sector privado a costa del sacrificio que ya está haciendo. ¿Cuándo el ajuste va a venir de la política y no del sector privado?".
También preocupa al comercio
El sector comercial de la ciudad, al igual que las empresas, se mostró preocupado por la posibilidad de tener que afrontar un incremento generalizado de haberes para los trabajadores en medio de un contexto recesivo de la economía y 21 meses de caída de ventas.
El presidente del CES, Darío Tamagnini, expresó su intranquilidad señalando que "de ninguna manera" se puede afrontar una medida de esta naturaleza desde el sector comercial.
"Aquí lo que necesitamos es que el Estado ponga lo que tiene que poner sobre la mesa. Si quieren una suba de salarios, entonces que bajen las cargas sociales", señaló.
El dirigente mercantil remarcó que a través de una disminución en el componente impositivo de la actividad comercial se podría lograr una compensación de esfuerzos que atenuaría las consecuencias de un incremento en los sueldos.
Tamagnini reclamó que "se adopten políticas que busquen una reactivación en serio y que no siempre los ajustes caigan sobre las empresas".
"Todos sabemos que los salarios tienen que subir, pero también sabemos que las empresas y los comercios están exhaustos, atacados por muchos flancos. Los impuestos siguen subiendo y si a esto se le agrega una suba salarial, es un problema muy grande".
El titular del CES consideró necesario "una reunión entre todos los sectores para ver de qué manera se puede sacar a este país adelante pero sobre la base de que si hay que hacer un ajuste, lo hagamos todos. Si hay un aumento de salarios, seguramente algunas empresas que trabajan al límite de su capacidad van a tener que despedir o cerrar sus puertas porque no alcanzan más a pagar los salarios".