“El espacio de la pastoral juvenil ayudó a despertar mi vocación de ser hermano”
La historia de Daniel Alberto, egresado del Sagrado Corazón y actual novicio marista. Cuenta que allí fue ratificando sus convicciones y forjando su decisión de sumarse a la tarea educativa y evangelizadora.
Daniel Alberto es un joven sanfrancisqueño, ex alumno del colegio Sagrado Corazón -donde cursó desde el nivel Inicial- que actualmente está haciendo el noviciado en la congregación de los Hermanos Maristas. Durante largo tiempo, incluso luego de haber egresado del nivel Secundario, cumplió un rol activo en el área de Pastoral juvenil de la institución que está cumpliendo 95 años. Allí fue ratificando sus convicciones y forjando su decisión de sumarse a la tarea educativa y evangelizadora de los Maristas. El Sagrado Corazón "significó mucho para mí", dijo. Especialmente el "espacio de la pastoral juvenil que ayudó a despertar mi vocación de ser hermano marista".
"Ingresé a la formación en el 2020, con el postulandado que hice en la comunidad de hermanos que está en Darregueira, provincia de Buenos Aires. Luego vivió una experiencia de apostolado durante dos meses y medio en Uruguay. "Y el 1 de mayo del 2021 comencé formalmente con el noviciado", afirmó en diálogo mantenido con este diario.
Agregó que "el noviciado Champagnat es la casa de formación de la Región América Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay)" y se encuentra en la ciudad de Cochabamba, Bolivia). Relató que actualmente son "6 novicios de segundo año, 6 de primero y tres formadores, provenientes de la Argentina, Bolivia y Brasil".
De acuerdo a lo que se expresa en el sitio web de la provincia marista Cruz del Sur, "con ayuda de la comunidad formadora, el novicio discierne lo que Dios quiere de él, pero también examina sus motivaciones y conocimientos". "El noviciado es la etapa central dentro del itinerario formativo para la vida consagrada del Hermano Marista", afirma el hermano Deivis Fischer, miembro del Consejo Regional y Provincial de la Provincia Marista Brasil Sul-Amazônia. "En este sentido, poder vivenciar la celebración de ingreso al proceso es una alegría que significa un gran desafío: entrar en el misterio de la Trinidad, del Dios amoroso que nos creó, llamó y quiere una respuesta", sostiene.
Así lo ratificó Daniel Alberto: "Acá, algo que marca de la formación, es el discernimiento que hacemos para ingresar a la vida religiosa. Si bien cada uno hace un discernimiento para terminar de definir si ingresar o no al noviciado, el tiempo del noviciado nos invita a acercarnos a María, Jesús y Champagnat para a abrirnos al amor de Dios, como fuente y origen de toda vocación cristiana, sabiendo que Dios va a ser el centro fundamental de la vida que estamos eligiendo. Y también es donde vivimos profundamente la espiritualidad, la misión y la fraternidad como Hermanos Maristas. Y así poder profesar nuestros votos, castidad-pobreza-obediencia, en su totalidad". Sobre estos tres votos, agregó que "hacen referencia a las 3 renuncias fundamentales que Jesús les pide a los 12 apóstoles, cuando los llama e invita a cumplir la misma misión a la que le fue encomendada a Él. Las tres renuncias son: a todos los bienes, al parentesco y a sí mismo. Profesando estos 3 votos, nosotros podemos vivir en plenitud a Dios".
Aclaró que los maristas no son sacerdotes: "nos diferencian la profesión de los 3 votos, así como que nuestra vida es en comunidad: nosotros vivimos donde nuestra congregación necesite la presencia del hermano (no tenemos un territorio fijo)". En ese lugar "trabajamos por la evangelización y educación de los niños y jóvenes, en especial los más desamparados, también para dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar. Y ser testigo y ejemplo de vivir el evangelio en nuestros días".
Daniel Alberto, en la fila de parados segundo desde la izquierda, junto a novicios y formadores maristas.
El recuerdo del colegio
Consultado sobre qué influencia tuvo el colegio Sagrado Corazón en su vida y en su decisión de ser hermano marista, dijo que "significó mucho y tengo los mejores recuerdos, sobre todo del espacio de la pastoral juvenil, en la cual trabaje hasta el 2019. Para mí era un espacio donde me sentía como en mi propia casa. O, como decimos en la pastoral, era y es mi cable a tierra. Y también, tiene un sentido muy especial porque ayudó a despertar mi vocación de ser Hermano". Daniel egresó del secundario en 2008. Un año antes había comenzado a intervenir en la pastoral juvenil del colegio, como animador. Lo hizo hasta que en 2016 fue nombrado coordinador.
Agregó que "en verdad, desde niño vivo la impronta Marista. También creo que se debe a la ayuda mi propia familia. Siempre digo que mis padres vivieron muchos años el carisma marista, estando en contacto con el colegio y también con los hermanos que fueron pasando por el colegio, por lo que también nos lo inculcaron dentro de nuestra casa. Y también con las personas con las cuales fui trabajando o interactuando dentro del colegio".
Finalmente, Daniel Alberto se encargó de formular su agradecimiento "a todas aquellas personas, en especial a mi familia, que me ayudaron a despertar mi vocación de hermano, que hoy me acompañan y me fortalecen desde la distancia". También, "aprovechando que nuestra congregación declaró el Año Vocacional (desde el 20 de mayo del 2022 hasta el 6 de junio del 2023), les pido que recen por la vocación del Hermano, como lo hizo Marcelino en 1822 (hace 200 años) que pidió a nuestra Buena Madre por más vocaciones".