Borgarello, diseñador del más grande monumento a Eva Perón
Un proyecto del escultor local buscaba homenajearla en Buenos Aires y, a la vez, integrarla a un hospital de niños. La obra jamás se realizó. A la luz de los vaivenes políticos argentinos y las grietas que desde siempre nos caracterizan, cabe preguntarse qué podría haber ocurrido en los años del primer posperonismo si tamaña escultura se hubiera llevado a cabo.
Por Arturo A. Bienedell
Desde la muerte de María Eva Duarte de Perón el 26 de julio de 1952, se multiplicaron en el país los homenajes a la extinta esposa del presidente Juan Domingo Perón, expresados en monumentos, bustos, nombres de instituciones, plazas, calles y hasta provincias, como en el caso de La Pampa, entonces "territorio nacional" que recibió el nombre de Eva Perón. En San Francisco, a pocos días de su fallecimiento y por ordenanza aprobada por mayoría del Concejo Deliberante, el Bv. 25 de Mayo dejó de llamarse así para ser Eva Perón y el Bv. 9 de Julio, Presidente Perón.
Pero, aún antes de esta fecha, en 1950 el escultor Miguel Pablo Borgarello, nativo de Angélica (Santa Fe) pero desde hacía muchos años residente de San Francisco, proyectó un monumento de características incomparables en el mundo, aun en la actualidad. Para explicación del mismo, vamos a transcribir textualmente el contenido de una publicación de la revista "Mundo Peronista" del "Año del Libertador General José de San Martín".
La nota, de una página y con tres fotografías en huecograbado, en una de las cuales se observa a Borgarello con la maqueta de su creación, tiene el título: "El Hospital de Niños Eva Perón: singular proyecto de monumento arquitectónico" y fue escrita por Guillermo A. Basualdo.
Esa página se conserva en el Archivo Gráfico y Museo Histórico de San Francisco y contiene el texto que se transcribe a continuación:
"Desde la ciudad de San Francisco (Córdoba), Miguel Pablo Borgarello ha lanzado una audaz concepción artística. Para quienes han penetrado en su temperamento tumultuoso y traspasado de inquietudes a través de sus múltiples exposiciones, no resulta una sorpresa. El tal proyecto es un producto lógico de su efervescencia espiritual. Se ha desprendido como el fruto en sazón.
Antes de presentar a la consideración pública la maqueta de su Monumento Estatuario Arquitectónico, debió de pensarlo hondamente. En un principio tal vez su proyecto se le ocurrió algo inalcanzable. Pero después, la imagen fue tomando cuerpo al rememorar a aquellos viejos monumentos de la antigüedad que hablan en el lenguaje de todos los tiempos. Su inspiración fue bebiendo así de las fuentes intemporales del arte.
Pero ahora no se trataba de crear un nuevo "Coloso de Rodas" u otra obra semejante, sino de realizar un monumento en donde se diera armónicamente resuelto el aspecto estético y práctico de la obra. Y aquí estaban las dificultades que debieron de presentársele a Borgarello pues lo que el artista se planteaba era hacer un monumento de hierro y de cemento que cumpliera las funciones de un hospital para niños al mismo tiempo que una imponente estatua a la señora Eva Perón. Las dos cosas en una, es decir concebida funcionalmente. ¿Cómo coordinaría los múltiples problemas que le ofrecía su proyecto? No obstante Borgarello no se detuvo y con pujanza creadora resuelve las necesidades del confort de la aireación y de la luz natural y también resuelve la armonía del motivo escultórico -que mediría 115 metros de altura- con relación al resto del edificio que viene a servirle de pedestal.
La obra, de ser realizada, tendría un aspecto imponente. Las líneas del edificio se elevan hacia la parte más alta del monumento esfumándose con las que constituyen la estatua de la señora Eva Perón. Esta estatua concebida con un espíritu clásico, tiene el brazo derecho levantado en actitud de saludar a las multitudes, mientras que la mano izquierda, a la altura de la cintura, sostiene la paloma, símbolo de la paz.
La esbelta figura de una diafanidad extraordinaria y con marcado movimiento de ascensión, tiende a aligerar la masa del edificio. De esta forma, el conjunto toma características dinámicas y armoniosas.
Cabe señalar con referencia al motivo escultórico, cómo Borgarello ha sabido captar el espíritu de la esposa del primer magistrado de la Nación. Se la ve, se hace presente de una manera notable. Trasunta generosidad y amor, tal como la percibe y siente nuestro pueblo, sentir que ha nutrido la creación del escultor.
Hemos dicho ya que todo este monumento estatuario arquitectónico sería destinado para un hospital de niños y hemos dejado entrever los difíciles problemas de índole estética, arquitectónica y científica que debió resolver el artista, pero no dijimos que además de un establecimiento sanitario dotado de las amplias dependencias que requiere la actividad médica, la figura escultórica podrá ser recorrida en su interior hasta la mano en alto, constituyéndose así en un mirador.
Como verdadero artista, Miguel Pablo Borgarello ha dejado constancia -y esto revela autenticidad- de que en el caso de que se llevara a cabo la obra, él declina toda remuneración por derechos de autor y solo reclama el honor de ser un operario consagrado a su especialidad, dentro de las múltiples facetas de trabajo material que la obra implica.
No podemos concluir esta nota sin dejar de mencionar algunas palabras con referencia a la personalidad y a la labor desarrollada por Miguel Pablo Borgarello. No se trata de un improvisado. Aunque nacido en la provincia de Santa Fe su educación artística se realizó en Córdoba bajo la dirección de los maestros Emiliano Gómez Clara y Carlos Camilloni, ambos profesores de la Academia de Bellas Artes de dicha ciudad. Actualmente ocupa el cargo de director de la Academia Municipal de Bellas Artes de San Francisco y se encuentra trabajando en el monumento al poema "Bamba", de Ataliva Herrera que se erigirá en las serranías cordobesas. Pintor, escultor y grabador de méritos sobresalientes, se ha permitido en esta oportunidad presentar una creación plena de emoción estética en homenaje a la defensora de los humildes y de los niños, la señora Eva Perón".