Con la presencialidad, los chicos volvieron a “La Luci” y el patio se llenó de cumbia
La música inundó el patio de La Casa y el aire primaveral. Después de un año y medio de pandemia, los chicos que asisten a "La Luciérnaga", volvieron a compartir el taller de música en la presencialidad, ya no a través de las pantallas.
Por Isabel Fernández | LVSJ
Para muchos "La Luci" es "su lugar en el mundo" donde encuentran contención, esperanza y pueden aprender y en estos días pudieron volver a ese espacio que los hermana. Comenzaron a dictarse de manera presencial los talleres de música y en los próximos días se irán incorporando otros talleres como los de apoyo escolar, educativos, "Los Luciernaguitos", "Luci Corazón", "Adorable Puente" y "Expresarte".
La cumbia se mezcló con el canto de los pájaros en la siesta primaveral, en un reencuentro que conmueve y desafía tanto a chicos como profesores a seguir cumpliendo con el objetivo de construir un mundo mejor para todos.
En el primer encuentro presencial del taller de percusión, las sonrisas de alegría traspasaban los barbijos y no faltaron las miradas con ojitos brillosos. Con todos los cuidados de bioseguridad, distanciamiento, uso de alcohol en gel y de tapabocas, unos ocho chicos por clase disfrutan de hacer música con sus profes.
Matías Figueroa, Nahuel Piombo, Noelia Villarreal, Camila Argente y Alejandra Aladin, coordinadora de "La Luciérnaga", contaron en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO cómo están atravesando este tiempo de transición, los sentimientos y desafíos que siguen enfrentando.
Matías Figueroa y
Nahuel Piombo son profesores de percusión y su lazo con "La Luci" es muy
profundo, ambos fueron alumnos del taller, integran la Banda Libre y hoy
enseñan a las nuevas generaciones.
"Nos da esperanza"
Matías Figueroa y Nahuel Piombo son profesores de percusión y su lazo con "La Luci" es muy profundo, ambos fueron alumnos del taller, integran la Banda Libre y hoy enseñan a las nuevas generaciones.
"Esta nueva etapa presencial es como volver a empezar, nos da esperanza, nos sentimos orgullosos y contentos de estar en nuestra casa -aseguró Matías-. Estamos acompañados de los chicos que en estos dos años crecieron mucho, hoy los vemos más grandes, de otra manera y ellos también nos ven diferente".
Nahuel afirmó que 'La Luci' es un espacio único. "Al entrar tengo muchas sensaciones porque asisto desde los ocho años, pasé muchas cosas aquí y realmente es mi lugar en el mundo".
"Aunque tuvimos talleres en la virtualidad, lo más lindo es volver a 'La Luci', volver a entrar, estar en el patio, reencontrarnos, nos emociona mucho. Cuando venimos acá nos olvidamos de muchas cosas que nos pasan, los problemas en casa, éste es un mundo aparte en el que aprendemos no solo música o ritmos, sino también el apoyo escolar", destacó.
Agregó que es "increíble verlos de nuevo compartiendo y aprendiendo en la presencialidad, grandes, disfrutando, el crecimiento que tuvieron es espectacular, eso nos pone felices y tener ganas de seguir".
Un lazo que se fortaleció
Actualmente son 80 los niños y adolescentes que integran "La Luci". El lazo nunca se cortó en pandemia, todos se reinventaron y lograron unirse aún más desde la virtualidad, no solo con los talleres sino también conteniendo, atendiendo necesidades de las familias en pandemia.
La trabajadora social, Noelia Villarreal afirmó que el camino nunca se cortó porque los chicos "se fueron conectando, la mayoría gracias a las becas de virtualidad que se hicieron realidad por el aporte de los socios. Nos conectamos con videollamadas, con llamadas comunes, no tuvimos grandes inconvenientes y siempre pudimos mantenernos en contacto".
Resaltó: "No solamente nos conectamos con los chicos sino de manera especial con la familia porque surgieron muchas cuestiones durante el año pasado, se virtualizaron muchas cosas como trámites, necesidades de alimentos, los casos de covid que aparecieron en las familias, la alegría de la llegada de las vacunas y el trabajo de acompañar para inscribirse a los adultos, adolescentes y niños".
Noelia dijo que el contacto con la familia "se afianzó mucho más, nos acompañamos codo a codo y el vínculo con la familia se hizo más cercano, más personal. Trabajamos como siempre con áreas como Desarrollo Social, con el Hospital y otras instituciones, fue un trabajo intenso".
"Estamos muy felices de poder compartir los talleres de manera presencial, empezando con el taller de percusión. Hay cosas que antes con la virtualidad llevaban más tiempo para resolver ahora se hacen más sencillas con la posibilidad de estar frente a frente. Nos reinventamos en esta pandemia se humanizó la virtualidad, esta presencialidad con distanciamiento está humanizada, extrañamos los abrazos, pero nos seguimos cuidando", afirmó.
Resaltó que todos "aprenden a través de juegos, se disfrazan, bailan y saltan. Descubrimos en la tecnología nuevas herramientas para enseñar, hicieron viajes virtuales a diferentes lugares de la Argentina y eso se logró gracias a las becas".
Por su parte, Aladin comentó que recientemente recibieron instrumentos aportados por la Agencia Córdoba Cultura. "Nos enviaron cajones peruanos, guitarras eléctricas, bajos, melódicas, bongos y güiros, que son los que se están utilizando en los talleres de música".
Esta semana comenzó a dictarse de manera
presencial los talleres de música y en los próximos días se irán incorporando
otros talleres como los de apoyo escolar.
Música y apoyo escolar desde casa
Camila Argente forma parte del apoyo escolar de primario y secundario y participa también en talleres de música, educación física y arte. Contó que desde la virtualidad hicieron muchos contenidos de música. "Trabajamos con el profesor Isaías Castillo con los recursos que teníamos no dejamos de aprender contenidos", dijo.
Afirmó que en la cuarentena hacían videollamadas de música, personalizadas, en pequeños grupos. "Algunos chicos tenían instrumentos en sus casas y se dictaron clases de teclado. En los talleres virtuales también confeccionamos instrumentos caseros y vimos mucho contenido sobre ritmos, música a través de las generaciones, ópera, programas para ser DJ, trabajamos con cuentos sonoros. Todo esto se traslada ahora a la presencialidad".
Por otro lado dijo que los talleres educativos "tienen que ver con el fortalecimiento de aprendizajes de materias como matemáticas, lengua de nivel primario y secundario, acompañamiento para el ingreso al secundario, técnicas de estudios".
El apoyo de los socios y las necesidades
La Luciérnaga se mantiene gracias al aporte de los socios que afortunadamente no la abandonaron durante esta pandemia, porque continuaron colaborando para lograr las becas de virtualidad y para mantener todos los gastos fijos que tienen la institución.
Sin embargo las necesidades siempre son muchas. Actualmente con el regreso de la presencialidad, están necesitando elementos de limpieza y bioseguridad para la prevención del coronavirus como alcohol, alcohol en gel.
"La Luciérnaga" funciona en "La Casa" ubicada en Avellaneda 255 para colaborar pueden comunicarse a través de Facebook: La Luciérnaga San Fco.