Centros vecinales, un puente para la integración
Las sedes barriales ofrecen diversas actividades. En torno a ellas surgen historias de inclusión y socialización, como la de María Isabel y su amor por la zumba.
Darle vida a la sede social del barrio y los vecinos no tengan que trasladarse hasta lugares más alejados para realizar una actividad es el principal objetivo de los centros vecinales que en San Francisco ofrecen desde cursos de idioma, gimnasia, defensa personal, patín, yoga, costura, manualidades, apoyo escolar, y hasta teatro.
Estas propuestas son además una puerta a la inclusión y socialización. Y María Isabel Orellano es un ejemplo de ello.
Esta joven tiene un retraso madurativo y asistir a las clases de zumba fitness en la sede de barrio José Hernández significó dar un paso importante. "Ella ama la zumba", contó su profesora, Milena Ríos.
"A la actividad la conocimos el año pasado por una visita al centro vecinal. Somos de otro barrio (Roca), vimos los talleres, nos interesaron y desde entonces ella se sumó a la actividad y este año la continua", contó la mamá de la joven.
E Isabel, sonriente, confirmó que le gusta bailar zumba y que sus compañeros "son muy buenos. Es un grupo compuesto por mujeres, de todas las edades". La amistad que construyeron va más allá de las dos horas semanales de clase.
"Para el Día de la Mujer hicimos un picnic en el predio y tomamos mates todas juntas. A veces también salimos a comer a distintos lugares", contó con alegría al recibir a LA VOZ DE SAN JUSTO, con el mate circulando por la mesa del comedor de su casa.
"Ella ama venir a bailar. Hace la clase a su gusto, totalmente libre, participa en todas las actividades y juntadas", agregó Ríos.
Y remarcó que, al igual que María Isabel, para las mujeres "asistir a la clase de zumba es nuestra hora feliz".
Acercan a los vecinos
En los centros vecinales las actividades son muy diversas y para todas las edades. Las hay para niños y también para adultos.
La mayoría requiere una cuota mensual que varía según la disciplina. Otras, como los talleres de gimnasia, nutrición, alfabetización, reflexión y memoria que brinda Pami en algunos centros barriales, son gratuitas.
Algunas sedes son más activas que otras, como la de barrio José Hernández y Sarmiento, con 9 y 11 actividades diferentes, respectivamente. No obstante, la propuesta responde a las necesidades de cada sector.
Las autoridades vecinales aseguran además que muchas veces estas actividades funcionan como un "anzuelo" para atraer a los vecinos que no conocían el trabajo barrial hasta que se enteraron de los talleres que brinda.
Al respecto, Ríos explicó que "gracias a estas actividades en general, mucha gente conoció el salón de barrio Hernández y el predio del centro vecinal para luego realizar allí algún tipo de evento".
Y agregó que esto resulta "muy beneficioso porque además se crea una comunidad, hay mayor contacto entre la gente del barrio y la que llega de otros sectores".
En la misma línea, Víctor Combina y Julio Kohan, del centro vecinal de Barrio Sarmiento, manifestaron que la difusión de las instalaciones, mediante estas actividades, "es parte constitutiva del origen de estos talleres y cursos. Nucleamos además a niños y adultos, no solo de nuestro barrio sino de otros aledaños. Aquí le damos lugar a todos".